Un enfermero del Hospital Monte España – quien desertó hace poco tiempo – relató a Nicaragua Investiga la «compleja» labor del personal de salud frente a la crisis sanitaria, pues en muchas ocasiones la falta de condiciones y el limitado número de colaboradores de la salud incrementa el cansancio y desvanecimiento físico del personal de salud, quienes cumplen una ardua labor frente al COVID-19.
Pero no solamente el cansancio, pues las áreas de emergencia de respiratorio y la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a veces carecen de condiciones como el mal estado del aire acondicionado y un reducido número de enfermeros para atender a más de una docena de pacientes, por lo cual las jornadas de trabajo incrementan a 24 horas.
Y aunque muchas personas destacan la labor de los médicos – quienes son imprescindible en épocas de pandemia – el personal de enfermería al igual que el personal de limpieza también tienen su reconocimiento en la labor hospitalaria. De acuerdo al relato de este enfermero, sus colegas y él debían usar un traje especial de protección que cubre de la cabeza hasta los pies, y el cual deben usar hasta concluir su turno de trabajo.
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Este traje especial para atender a pacientes con COVID-19 hace que la persona sude descontroladamente en áreas cerradas, pues la atención a los enfermos requiere de movimiento de una camilla a otra, bañar a los pacientes, darles de comer, moverlos de posición en la cama, administrarles la medicina y tomar signos vitales a todos.
Incluso, los pacientes que hacen uso de pañales desechables deben recibir mayor atención por el personal de enfermería que esté de turno, así como también cambiarles ropa de cama, y en el caso de quienes saturaban bajo en oxígeno no se les debe mover de su lugar, pues se les hace «su baño en cama».
«En mi caso pasaba 24 horas sin dormir, escribiéndole a todos los pacientes, sacando muestras, cumpliendo medicamentos, y todo», relató.
Los enfermeros deben esperar hasta 24 horas después de entrar a un turno para volver a comer, volver a tomar agua, e incluso para ir al baño, ya que no es permitido manipular el traje con el cual atienden a pacientes con coronavirus.
«Pasábamos 24 horas sin comer y beber. Teníamos que entrar bien desayunados y pasar fijos ahí (UCI)», si queríamos ir al baño «teníamos que aguantar», describe el enfermero.
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Y aunque lo real para atender a 15 pacientes enfermos y en condiciones estables son dos enfermeros, en ocasiones una persona «atendía alrededor de 15 a 20 pacientes» durante 24 horas en este hospital capitalino.
Era común atender un paciente estable y en corto tiempo pasaban a estado crítico, dice el enfermero
«Era muy triste ver tantas personas como fallecían, algunas les daba mucho temor estar solas, y aunque uno quisiera estar ahí conversando, no podía por tantos pacientes que atender», recuerda el enfermero.
En el caso del área de respiratorio, era común atender a pacientes que pasan de un estado delicado a estable, lo cual generaba buenas expectativas en su proceso de recuperación, sin embargo, en corto tiempo el paciente pasaba a un estado crítico y debían ser trasladados a UCI.
«Lo mas triste fue con un paciente que animé y le dije que en su casa lo esperaban sus tres hijos. Luego me enteré que había entrado a UCI, uno de sus hijos le envió una carta. La leí, y fue lo más devastador. En el momento no pude llorar, pero cuando llegué a mi casa si lo hice», relató.
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A pesar del esfuerzo de los trabajadores de la salud, el sacrificio y las largas jornadas de trabajo, muchos de sus pacientes fallecen, y otros aún continúan intubados en UCI. El enfermero lamenta que una vez que entras a las áreas de COVID-19 no se vuelve a ver a la familia hasta que se logra la recuperación, de lo contrario, el cuerpo del paciente es entregado en una caja sellada, la cual debe ser sepultada inmediatamente.
Médicos y enfermeros que aún trabajan en este hospital, han contabilizado solo en la semana pasada 4 decesos en «el área privada» (donde son atendidos los que pagan y no son asegurados), y otros dos en el «área del INSS» (clientes del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social).
Renuncias constante en el personal de salud
Ante tal escenario luctuoso, cansado y repetitivo, muchos trabajadores de la salud deciden renunciar a pesar de la crisis económica que atraviesa el país.
Solo en este centro asistencial se conoce que el 30% del personal de enfermería del área de hospitalizados han renunciado recientemente, y de 30 enfermeros especializados para atender UCI COVID-19, UCI quirúrgica, UCI pediátrica, UCI Intermedio, entre otros, ahora solo han quedado siete, lo cual se traduce en más jornadas labores para quienes continúan dando su mayor esfuerzo en estas salas.
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«Ahorita el hospital quedo sin personal de enfermería de UCI (…) y lo que se está haciendo ahora es agarrar enfermeros de otras áreas – que no tienen el conocimiento – los están enviando ahí a hacer el trabajo, cosa que es muy difícil», dijo nuestra fuente.
Según la experiencia del enfermero, «el trabajo es más difícil» en el área de UCI, pues se debe dar de comer a pacientes por medio de sondas, se debe atender a pacientes con traqueotomías, algunos con mascarillas no invasivas, otros con reservorio, algunos intubados (pacientes más complejos), y sumado a ello, estar pendiente de las sedaciones, bombas de infusión, entro otros.
Nicaragua Investiga
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