Este 10 de agosto iniciará operaciones el ferri de la empresa Blue Way, que transportará unos cien furgones por viaje de El Salvador a Costa Rica y viceversa, esto evadiendo que mercadería de ambos países pase por suelo nicaragüense.
La medida de Costa Rica y El Salvador es una señal clara de aislar a Nicaragua y de quitarle a Daniel Ortega la “pistola para chantajear” a las demás naciones centroamericanas con su posición geográfica, según señalan los economistas Juan Sebastián Chamorro y Enrique Sáenz.
“Esta es una mala noticia para la economía nicaragüense porque es una señal de aislamiento a la economía al tener que pasar ese ferri. ¿Por qué un transportista prefiere asumir el riesgo de montar un camión en un barco y llevarlo a unos 200 kilómetros por el mar y volverlo a bajar en un puerto? Es porque el riesgo de hacer eso es más bajo de pasar por Nicaragua donde la situación es compleja”, señala Chamorro.
Para el economista las aduanas en Nicaragua “friegan mucho” con el tema de las declaraciones de los productos que transportan los vehículos, especialmente camiones; los trámites son engorrosos y además de ser muy lentos. Por tal razón, señala que la activación del ferri entre El Salvador y Costa Rica “muestra una clara señal de que hacer negocios en Nicaragua es cada vez más complicado”.
Daniel Ortega se queda sin municiones
El economista y analista político Enrique Sáenz explica que el nuevo ferri no tendrá “mayor repercusión” en el pueblo nicaragüense, debido a que gracias a los acuerdos y convenios del Mercado Común Centroamericano, hay libre circulación de mercancías y “no se paga impuestos al entrar ni al salir” de Nicaragua, para quien sí repercute directamente es para el régimen Ortega-Murillo.
“Si esta operación del ferri se afianza y se desarrolla, al pueblo nicaragüense no tiene mayor afectación, pero sí a Ortega le quita municiones o le descarga esa arma que ha utilizado ya y que los otros, las empresas, las cámaras empresariales y los gobiernos saben que Ortega no tiene ningún escrúpulo para cuando lo considere conveniente utilizarlas como ya la ha utilizado”, afirma Sáenz.
«Baypasean Nicaragua por dificultad para hacer negocios»
Por su lado, Chamorro apunta que esta iniciativa de Costa Rica y El Salvador “es un golpe a la integración centroamericana porque aísla a una de las naciones”, prefiriendo asumir los riesgos marítimos que atravesar Nicaragua por tierra.
“Prefieren tomar ese riesgo y transportar esta mercadería que perfectamente podría detenerse también en Corinto como originalmente estaba también pensado, porque el puerto salvadoreño de Cutuco es importante en el comercio marítimo del pacífico y que por lo tanto, puede ser una terminal y de ahí el ferri podía distribuir carga de Cutuco a Corinto, carga que fuera a Nicaragua, Puntarenas o puerto Caldera en Costa Rica, pero básicamente baypasean Nicaragua por razones de dificultad de hacer negocios”, resalta Juan Sebastián.
Ortega utiliza posición geográfica para “chantajear”
Enrique Sáenz insiste en que Ortega ha utilizado la posición geográfica de Nicaragua “como una pistola para chantajear o la amenaza de retaliación”, y que hay ocasiones que lo han demostrado en los últimos años, como cuando cerró las fronteras a migrantes que se dirigían hacia Estados Unidos.
“Cuando se produjo un flujo de migrantes cubanos que venía desde Ecuador, en ese tiempo Ortega se congraciaba con la administración norteamericana con lo que le llamaban ‘el muro’ y no dejaban pasar migrantes, los perseguían, los criminalizaban y trancaron la entrada de migrantes cubanos que empezaron a aglomerarse en Peñas Blancas y a generar una situación bastante caótica en la frontera”, recuerda tambipen analista político.
Para resolver el problema Costa Rica y los demás países centroamericanos, especialmente los del norte, tuvieron que hacer un convenio de emergencia para el traslado de estos migrantes cubanos hacia El Salvador para que siguieran en su ruta hacia Estados Unidos.
Otro de los momentos en los que Ortega volvió a usar el “arma” de la geografía de Nicaragua, que terminó afectando las cadenas de distribución entre los países de la región, fue durante la pandemia de Coronavirus.
“Con la pandemia, Ortega volvió a trancar la frontera y se acumularon kilómetros y kilómetros de furgones y como el comercio en Centroamérica es muy rápido, entonces los inventarios de las empresas que están interconectadas son muy pocos porque hay un flujo muy sostenido, recuerdo que empezaron a escasear algunos productos en algunos supermercados porque las industrias costarricenses estaban produciendo pero las cajas las compraban de El Salvador y Guatemala y no pasaban”, recuerda Sáenz.
El inicio de operaciones de la embarcación sienta un precedente que demuestra que la administración del régimen de Ortega no es bien percibida por el comercio centroamericano.
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