Cuando usted nace ya viene endeudado, y seguramente muy pocas veces se toma el tiempo para pensar sobre eso. No importa con la condición que usted nazca, si tiene la facilidad de venir de una familia adinerada o si nace en pobreza extrema o hasta con alguna discapacidad. La deuda existe, y la va a pagar  lo largo de su vida. En esta nota se lo vamos a explicar en detalles.

En 1990 Daniel Ortega dejó al país en ruinas y con una deuda sin precedentes conocidos, 9,597 millones de dólares según registros históricos.

Era para el momento una cifra impresionante, porque en 1978, poco antes de que Ortega iniciara su primera dictadura, la deuda externa total del país apenas alcanzaba los 961.3 millones de dólares.

La expresidenta Violeta Barrios de Chamorro hizo esfuerzos durante su gobierno por reducir esa deuda. El economista Enrique Sáenz, recuerda cómo absurdamente las medidas de restricción y de ajuste a las políticas económicas de los organismos financieros multilaterales que tenían que adoptarse para lograr este objetivo, fueron la justificación para que el caudillo sandinista “encabezara asonadas que significaron tranques, huelgas, paros de transporte y hasta muertes”. Esto a pesar que esa deuda enorme la había heredado él. Tras su salida, Barrios de Chamorro deja la deuda en cerca de 6 mil millones de dólares.

El expresidente Enrique Bolaños se ajustó a la iniciativa de Países Pobres Altamente Endeudados, conocida como HIPC, lo cual representó muchas restricciones más para los nicaragüenses que vieron reducida por años la inversión en salud, educación y otros programas sociales, pero con lo cual se logró la condonación de la mayor parte de la deuda.

La “era Ortega”, de vuelta al abismo

Cuando Ortega retomó el poder en 2007, la deuda externa total de Nicaragua era de apenas 2,550 millones de dólares, pero en marzo de 2024, el dictador la volvió a subir a cifras históricas, alcanzando los 15,364.2 millones de dólares, según datos del Banco Central de Nicaragua. Es un aumento de más del 502%.

Sáenz dice que “con el acelerado endeudamiento con China es previsible que esta deuda haya aumentado en más de mil millones de dólares”, a la fecha.

Sin embargo, tomando en cuenta solo el registro que se tiene hasta ahora, US$8,609 es deuda pública, es decir, deuda que el Estado asumió con otros países o con organismos financieros multilaterales, y US$6,756 es deuda privada, lo que significa que fueron deudas que empresas privadas asumieron con otros Estados.

Sáenz recuerda que buena parte de esa deuda privada “corresponde a la deuda con Venezuela, es decir, «es deuda directa de la mafia en el poder”, y no descarta que “a estas alturas seguramente habrán aplicado maquinaciones fraudulentas para convertirla en deuda pública”.

Solo entre el año 2019 y el primer trimestre de 2024 la deuda pública lleva un aumento del 36% pasando de U$ 6,278.7 a U$ 8,608.6 en ese período.

Más deuda, menos desarrollo

Pero la deuda del país la pagan todos los nicaragüenses. Por la compra de cualquier bien o servicio, se gravan impuestos que sirven para que el Estado funcione, pero también para que pague las obligaciones contraídas, entre ellas, las deudas.

Como todos somos el Estado, cada nicaragüense hace parte en esa deuda, pero no solo de eso sino también de sus abultados intereses. Enrique Sáenz explica que “en el 2023, de acuerdo con informes oficiales, el servicio de la deuda pública fue de US$ 606 millones, de los cuales casi el 60% fue en concepto de intereses”.

El economista dice que aunque en realidad la deuda se paga con dinero, en términos prácticos,  “se paga con menos salarios para los maestros, menos infraestructura productiva, mala calidad de las medicinas, menos modernización de las escuelas. Es decir, con menos desarrollo económico y social”.

¿Por qué?, porque entre más dinero se destina a pagar la enorme deuda y sus inflados intereses, quedan menos recursos para estas otras necesidades.

Así lo explica también la socióloga Elvira Cuadra, quien indica que en “el tema de los impuestos, las personas tienen que pagar más impuestos, o impuestos más altos, o ambos”, a como ya está sucediendo.

Biden ordena vetar préstamos de organismos multilaterales a dictadura Ortega Murillo

El Banco Central de Nicaragua celebró en su informe anual 2023 un aumento de más de 19 millones de córdobas producto de más recaudación de impuestos.

La mayor carga impositiva, dice Cuadra, “significa encarecer productos de necesidad para la población, porque el gobierno tiene que recaudar más dinero para poder cubrir ese costo de la deuda”, pero también, porque ese costo es trasladado a los productos y servicios que la población adquiere.

En relación a cómo el Estado se ve obligado a reducir la inversión social para pagar deuda, Elvira Cuadra explica que por lo general, los sectores más afectados suelen ser salud y educación, siendo esto un daño enorme al desarrollo del país, porque perjudican sobre todo “la cobertura de estos servicios” a las personas más vulnerables económicamente, que por ende, se ven impedidas de salir del círculo de la pobreza.

¿Cuál es la deuda actual de cada nica?

Explicado todo esto, ¿Cuánto debe entonces cada nicaragüense?

Considerando que según datos oficiales del Instituto Nacional de Información y Desarrollo INIDE, la población total de Nicaragua es de 6 millones 853 mil 487 personas, se infiere que cada habitante, independientemente de su edad y condición, debe 2,242.82 dólares, y lo pagará a lo largo de su vida a través de impuestos. Además, esto subirá a medida que el régimen se siga endeudando, a como lo está haciendo ahor adquiriendo nuevos préstamos con China, Rusia, Belorrús y otros países aliados ideológicamente, que más que beneficiar a Nicaragua, se benefician ellos de esa relación al asegurarse un jugoso interés por cada crédito que aprueban a Ortega.

“Cada nicaragüense al nacer, nace endeudado. Lo peor es que este endeudamiento sigue subiendo”, explica Enrique Sáenz.

Importante destacar dos cosas, entre más alto el nivel de endeudamiento más altos son los intereses que se cobran debido al riesgo de impago, y lo otro, que muchas personas a veces no asumen, es que si Ortega deja el poder, esa deuda queda ahí para que todos los nicaragüenses la sigan pagando, porque es una deuda del Estado.

La socióloga Haydee Castillo dice que con este alto endeudamiento «no sabemos cuántas generaciones futuras ya están siendo endeudadas», y que es importante destacar que los que se está haciendo es «comprometiendo desde ahora el futuro de Nicaragua».

El economista Marco Aurelio Peña señaló que lo peor en este caso es que debido a que estamos en dictadura, no hay forma de auditar ni tenemos rendición de cuentas ni fiscalización ciudadana, de tal manera que «ese endeudamiento es sensible a la corrupción y no tenemos certeza de que se va a usar en virtud de lo que se presta».

Castillo aboga porque la oposición haga un trabajo más beligerante para convencer a los organismos financieros multilaterales de la opacidad con que se manejan estos recursos e iniciar una campaña para dejar claro que debido a la falta de transparencia y de consultas los nicaragüenses no deberían asumir esa deuda una vez que caiga la dictadura.