Nicaragua se encuentra entre los países que más bosques perdieron en el 2023 junto a Bolivia y Laos (país del Sudeste Asiático), de acuerdo al informe “Pulso del bosque” (Forest pulse, en inglés) que elabora anualmente el Instituto de Recursos Mundiales (World Resources Institute).
De acuerdo con el centro de investigación especializado en recursos naturales, con sede en Washington, Estados Unidos, en el 2023 se registraron “aumentos fuertes” de pérdida de bosques en estos tres países, además de “aumentos más moderados” en otros, lo que deja claro que “el mundo no está alcanzando sus objetivos” de detener y revertir la pérdida de bosques prometida para 2030.
“Bolivia, Laos y Nicaragua experimentaron rápidos aumentos de pérdida de bosques en 2023, principalmente por incendios (en el caso de Bolivia) y expansión de tierras agrícolas”, resalta el informe.
Ortega autoriza el corte y comercialización del pino, cedro real y pochote
Nicaragua arrasa con sus bosques primarios
Específicamente sobre Nicaragua, Forest Pulse, detalla que se “observó un aumento de pérdida de bosques primarios en 2023 y en los últimos años, con 60 mil hectáreas perdidas en 2023”, y aunque fue la onceava más alta de los trópicos, “tuvo la mayor tasa de pérdida de bosques primarios con respecto a su tamaño”.
Añade que el país centroamericano “perdió un 4.2 por ciento de su bosque primario restante en un solo año”.
Oro también arrasa con los bosques
Entre las principales causas de la pérdida de bosques en Nicaragua, se menciona la agricultura y ganadería, pero también se hace mención de la actividad minera, a la que señalan de “impulsar” los daños a dichos recursos naturales.
“El área de concesiones mineras casi se ha duplicado desde 2021 y cubre alrededor de un 15 por ciento del país. La carne vacuna y el oro son ambos importantes productos de exportación de Nicaragua, con mucha de su producción destinada a Estados Unidos”, explican en el informe.
“Gobierno es cómplice de la deforestación”
Tal como ya lo han denunciado distintas organizaciones ambientalistas y las que defienden los derechos de los pueblos indígenas, el Instituto de Recursos Mundiales también menciona que en muchos de los casos “la deforestación fue acompañada por invasiones violentas de tierras en territorios indígenas”.
“Según las fuentes, el gobierno es cómplice de la deforestación y las invasiones de tierras y también de cerrar grupos de defensa ambiental e indígena del país”, concluye el informe sobre la situación de los bosques en Nicaragua.
Con esto, una vez más queda evidenciada la negligencia del régimen Ortega-Murillo en la protección de los recursos naturales, pese a que en diversas ocasiones ha anunciado en sus medios de comunicación, campañas de reforestación llevadas a cabo por distintas instituciones estatales.
Fiebre del oro en Nicaragua, el lucrativo negocio que genera pobreza y muerte
Durante el 2023 hubo varias denuncias sobre despales desmedidos en Nueva Segovia, Estelí y varias zonas del país, además de la expansión de la minería a través de nuevas concesiones a empresas de ese sector, incluidas más de 15 mil hectáreas de tierra que el régimen entregó en el Caribe Norte a una empresa china en junio de ese año.
Para este 2024 la situación de los bosques de Nicaragua no parece ser alentadora, a mediados de enero el dictador Daniel Ortega, ordenó suspender la veda de pino, cedro real y pochote para cortar, aprovechar, transportar y comercializar estos árboles, según se indicó en dos decretos presidenciales publicados en el diario oficial, La Gaceta.
El cedro real y el pochote son árboles catalogados como madera preciosa y durante años estuvo prohibido su corte y comercialización a gran escala; sin embargo, el régimen decidió suspender su veda de forma indefinida en todo el territorio nacional, incluyendo las áreas protegidas.
