Al menos 81 mil nicaragüenses han salido del país rumbo a Estados Unidos en los primeros tres meses de 2022, casi igualando la cifra total del año anterior que correspondió a 87.530, según informes de las Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del país norteamericano.
Costa Rica dejó de ser el principal destino de los migrantes nicaragüenses, quienes ahora prefieren migrar buscando el «sueño americano» en Estados Unidos. Los nicas migran principalmente debido a que huyen de la dictadura de Daniel Ortega, además, estos buscan una mejor calidad de vida en el exilio.
Desde la insurrección del 18 abril de 2018 hasta 2021, se conoció mediante el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+. que alrededor de 100 mil nicaragüenses migraron por persecución del régimen Ortega-Murillo, asedio policial y la búsqueda de nuevas oportunidades laborales para mejorar su condición económica.
Astrid Montealegre, abogada de inmigración en Estados Unidos y supervisora de Nicaraguan American Human Rights Alliance (NAHRA), dijo a Nicaragua Investiga que «hay algunas personas que están huyendo por la situación económica del país, pero aún predominan las personas que vienen solicitando asilo debido a persecución política».
«Son muy pocos los casos que nosotros -NAHRA- recibimos en los centros de detención que salieron del país por razones económicas, esto es debido a los riesgos que se presentan cuando una persona tiene que migrar de forma irregular y ponerse en las manos de coyote, estar sujetos al tráfico humano. Son riesgos que las personas no están dispuestos a asumir si no es que sus vidas están en riesgo», indicó Montealegre.
Los riesgos de la migración irregular
Dejar la vida a manos de un «coyote», la trata de personas, el tráfico humano y los traumas psicológicos, son algunos de los riesgos de la migración irregular que viven día a día los migrantes nicaragüenses mientras tratan de llegar a EE.UU.
«El migrante tiene que asesorarse con las organizaciones locales que apoyan este tipo de migración, porque todo va a depender de los puntos locales donde vaya en el transcurso de su viaje, a través de Honduras, de Guatemala, toda la trayectoria de México que es un país enorme», dijo Montealegre.
Aparte de los peligros antes mencionados, Astrid Montealegre afirmó que otro de los riesgos son «la extorsión por parte de los coyotes, los secuestros, las muertes debido a las condiciones geográficas como las personas que han muerto ahogadas en el río; y ahora que viene el verano, desafortunadamente vamos a ver un sin número de cuerpos que hay que ir a identificar de personas que no pueden cruzar el desierto porque no cargan suficiente agua, porque es imposible cargar suficiente agua en esas condiciones extremas».
Migrantes centroamericanos intenta cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. FOTO: AFP/NI
Según Montealegre, los riesgos no se limitan solamente a asuntos de vida o muerte, sino que también se refiere a la inestabilidad económica mientras se busca la misma, dado que hay migrantes que «venden sus casas, después tienen que prestar dinero porque el presupuesto solo dá para salir del país, no consideran el caso de que una persona puede morir en la trayectoria y después tienen que repatriar el cuerpo, y eso es también un sin número de gastos que acumula la familia», expresó.
¿Cómo lidiar con el luto de niños que perdieron a padres migrando?
«Esto lo hemos visto como una realidad para demasiadas familias nicaragüenses en las últimas semanas», aseguró la abogada.
A su vez, el peligro de la migración irregular con el fin de solicitar asilo político no es solamente una cuestión de salud, de vida y/o de muerte, sino que también es un peligro que no sea aceptada la persona que ha solicitado el asilo político, aún siendo Estados Unidos uno de los países que más han condenado las acciones de Daniel Ortega contra el pueblo de Nicaragua.
«Desafortunadamente cada Juez tiene amplia discreción para determinar si la persona califica para asilo o no. Hay un Juez en particular que tiene un record, no ha aprobado ni un solo asilo en su historia de ser Juez. No siempre sucede lo que uno espera que es lo justo, y eso es una desventaja que existe en el sistema judicial de los Estados Unidos, pero la persona tiene que venir lo mejor preparada posible para incrementar esa posibilidad», afirmó Montealegre.
Como NAHRA, Montealegre aseguró que ellos recomiendan a los nicaragüenses que no vivan en los estados donde haya jurisdicción para este tipo de Jueces, sino que recomiendan vivir en los lugares donde exista una mayor aprobación de los casos de asilos nicaragüenes. «Es muy importante asesorarse y buscar organizaciones que le pueden brindar recursos para que puedan tomar ese tipo de desición».
¿Qué pasa con los nicaragüenses que consiguen asilo pero no tienen permiso para trabajar?
Durante 2021, según informes del Banco Central de Nicaragua, se registró la entrada de 2,146.9 millones de dólares solamente en remesas familiares. Estas remesas significaron un 17% del PIB (Producto Interno Bruto) en Nicaragua.
Según registros, se informó que entre los meses de enero-febrero de 2022 se han recibido más de 140 millones de dólares en remesas provenientes de EE.UU., esto implica que el 70% de las remesas que se reciben en Nicaragua provienen del país norteamericano.
La falta de trabajo para los nicaragüenses exiliados en territorio estadounidense significa un golpe a la economía nacional.
Montealegre aseguró que esto ocurrió porque «a raíz del Covid, resultó en el cierre de varias instituciones del Gobierno, incluyendo inmigración, y también por la cantidad de solicitantes de asilo y de solicitantes de permiso de trabajo debido a la crisis migratoria que enfrenta los Estados Unidos».
«Una cosa que pueden hacer las personas que ya recibieron su asilo o están tramitando su proceso de asilo y no han recibido una respuesta de inmigración es solicitar un proceso expedito. Este es un derecho que tienen como aplicantes a asilo y como usarios del sistema de inmigración de Estados Unidos, y lo pueden hacer por escrito explicando su situación económica y por qué les urge tener el permiso de trabajo», indicó.
«Si ellos no hablan inglés entonces el documento tienen que ser traducido al inglés con una certificación legal y se envía a las oficinas de inmigración correspondientes solicitando el proceso expedito», recomendó.
«Si se lo otorgan estarían recibiendo su permiso de trabajo e un máximo de 2 meses según lo que indica la ley», confirmó Montealegre.
«Muchas personas no saben que tienen acceso a solicitar este proceso expedito o asumen que tiene algún costo. Quizá inican el proceso enviando el documento en español, inmigración no va a aceptar ningún documento en español, tiene que llevar una traducción certificada legal», manifestó Astrid Montealegre.
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