Josh Medina es un venezolano que salió de su país empujado por la crisis sociopolítica. Llegó a Colombia en busca de refugio y una oportunidad para demostrar su inigualable talento artístico. Esa oportunidad la encontró en el famoso reality «Yo me llamo», popular programa de Caracol Televisión.
El programa busca a imitadores perfectos de artistas famosos a nivel mundial. Sin embargo, la presentación de Medina fue peculiar y sorprendente. Por lo general; los jurados ven al imitador presentar a un solo personaje, pero «el chamo de las mil voces», a como se hace llamar este venezolano, demostró porqué ostenta ese llamativo titulo.
En su presentación, Medina empezó a descolocar al jurado cuando se presentó y dijo: «yo me llamo como ustedes quieran». Y es que en esta parte, el participante suele dar el nombre del artista al que imita. Las palabras de Josh, provocaron la extrañeza de los jurados y uno de ellos se atrevió a cuestionar: «‘¿Cómo?»
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La respuesta de Josh Medina vino de inmediato, con una interpretación casi exacta de Eros Ramazotti, para seguir con Alejandro Fernández en un grueso tono de voz que al poco tiempo fue cambiado a unas notas más agudas que revivieron al fallecido y amado Juan Gabriel. Pasó a Vicente Fernández y lo más sorprendente llegó cuando trajo a sus cuerdas vocales la voz de Ana Gabriel con una perfección tal, que hizo poner de pie al público.
Con el público en pie ovacionándolo, interpretó a Celia Cruz y el jurado ya no pudo ser indiferente, también se pusieron de pie para escuchar el resto de interpretaciones, que incluyó a un nasal y vivaz Nacho Miranda. Fueron siete interpretaciones en total.
Al terminar su presentación y ver la respuesta del público y del jurado, Medina se lanzó al piso del estudio y lloró. «Estoy erizada de pies a cabeza», dijo Amparo Grisales, la juez más ruda del reality.
«Esto es un caso único para nosotros» continúo la polémica juez, que reconoció que nunca había llegado al programa alguien que presentara más de un personaje a la vez.
Medina, en busca de un sueño
En varios espacios noticiosos internacionales Medina ha contado lo duro que ha sido para él alcanzar el reconocimiento. Primero porque para muchas personas la imitación, no es considerada un talento real.
«La gente me pedía que cantara con mi propia voz», explica Medina, que desde muy joven sintió una fascinación enorme por igualar las voces de los artistas más reconocidos de la industria musical.
Contó que una cuñada de él trabajaba en Colombia y presentó sus videos imitando artistas a una discoteca de ese país y estos pidieron hablar con él. Fue con esa promesa laboral que entusiasmado dejó su patria.
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Medina había pasado gran parte de su juventud subiendo videos de sus imitaciones en YouTube y puliendo sus interpretaciones para dar con las notas y tonos exactos de cada uno de los artistas a los que representa.
Ahora, «El chamo de las mil voces», tiene muchas expectativas en que su carrera despegue con este reality, que es uno de los más vistos en la región. El premio asciende a unos 700 mil pesos colombianos, cerca de 180 mil dólares.
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