“Por la víspera se saca el día”, reza un refrán popular, y esto podría ser aplicado a la situación de la Iglesia católica de Nicaragua en lo que se refiere a la celebración de sus fiestas patronales, que al igual que el año pasado no pinta nada bien para este 2023, pues de entrada han sido suspendidas varias actividades religiosas en diferentes zonas del país.
Aunque las fiestas patronales de Catarina en honor a su patrono popular San Silvestre Papa, inician cada 26 de diciembre, su ultima procesión se realiza cada primero de enero, donde la población acompaña a esta venerada imagen en su recorrido por las principales calles del municipio, este año fue impedido salir de su templo por una directriz de la Policía Nacional argumentando “razones de seguridad”, mientras los files devotos no tuvieron otro remedio que visitar a la imagen dentro de la iglesia Santa Catalina de Alejandría.
En horas de la tarde de ese mismo día, efectivos policiales impidieron a la feligresía esteliana realizar la tradicional procesión del Santísimo Sacramento en los alrededores de la catedral de Estelí, saliendo al paso del recorrido, para impedir que avanzaran, al mismo tiempo que los participantes lanzaban vivas a Cristo Rey y a la Iglesia católica.
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Prohíbe procesión en Villanueva
La más reciente acción de hostilidad por parte del régimen sandinista contra la Iglesia se realizó este jueves, cuando la administración parroquial de la iglesia Inmaculada Concepción de María del municipio de Villanueva, Chinandega, comunicó que las autoridades policiales les habían informado que la tradicional procesión de la venerada imagen del Señor de los Milagros, copatrono de Esquipulas, quedaba cancelada.
La parroquia instó a la población creyente a participar de los actos religiosos que se realizarán dentro de este templo y a estar en constante oración. “Como aclaración y siguiendo con las orientaciones de nuestro cura párroco, les hacemos del conocimiento con todo respeto, las autoridades que prohíben las procesiones es la Policía Nacional. ¡Bendiciones!”, explicó en su cuenta de la red social Facebook.
Desde el estallido de las protestas civiles en Nicaragua en abril de 2018, la dictadura ha venido escalando las agresiones contra la Iglesia católica y sus lideres, a través de asedio, profanaciones, hostigamiento a los templos, además de apresar y criminalizar a sacerdotes y laicos, mientras otro grupo de religiosos se exilió ante las amenazas y hostilidades del oficialismo.
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