En Nicaragua nadie tiene “una varita mágica” para resolver la crisis sociopolítica en la que vive sumergido el país, y que inició en abril de 2018, tras el estallido social, no obstante, la palabra unidad opositora aún trastabilla porque no se ha logrado en plenitud para enfrentar al adversario en común: la dictadura Ortega-Murillo.
Juan Diego Barberena, del consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), considera que uno de los principales obstáculos para la unidad, ha sido anteponer ciertos elementos que no son los verdaderos principios para la unificación legítima.
«La unidad no solamente es importante para derrotar a la dictadura, sino también para devolverle la esperanza a la población que esta soportando los embates de una dictadura. La falta de una visión política estratégica de la oposición también ha sido obstáculo”, refirió Barberena.
Cree que todavía no se ha entendido la magnitud de la lucha que es de justicia sin impunidad, por democracia y derechos humanos, y evitar el desgarre del tejido social por la migración galopante, entre otros factores.
El líder universitario y expreso político Lesther Alemán, es del criterio de que el asunto no es correr tan rápido, sino saber llegar donde se han propuesto. Acentúa que en cinco años han logrado que sectores distantes en la historia de Nicaragua, alguno con desencuentros muy arraigados por ideologías, niveles sociales, cercanía generacional y pasados, se han unidos y trabajan en estrategias conjuntas.
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“Si bien es cierto ha habido problemas que en su mayoría giran en torno a las desconfianzas y pocos espacios para hablar y conocernos, hemos trabajado puntualmente en cómo vemos el país y qué queremos para Nicaragua”, indicó Alemán.
Enfatizó en que no hay que asustarse del pensamiento distinto, porque ya se ejercita la democracia de esta manera, sino procurar de que la unidad no sea el fin, sino el medio para salir de la dictadura, que la oposición no caiga en estructuras burocráticas y alcanzar con la mayoría los propósitos que los acerquen.
Escuchar la diversidad de opiniones
El expreso político y excandidato presidencial Félix Maradiaga, explica que la primera barrera es aceptar la riqueza que existe en la propia diversidad como nación nicaragüense, y que no se deben detener en las voces divisionistas.
“Esa pluralidad de nuestras comunidades nos debería hacer más fuertes. Lo segundo es evitar que las voces de división y de odio nos desenfoquen de la única misión de prioridad, que es salir de la dictadura y restablecer una Nicaragua con justicia, democracia, libertad y bienestar para todos, sin exclusiones”, refirió Maradiaga.
Lucha a largo plazo
Un analista independiente que prefirió el anonimato, cree que uno de los primeros pasos es aceptar la diversidad de pensamientos y encausar la lucha en un único plan de gobierno, además se debe de coordinar esfuerzo tanto en el exterior como en el interior para devolver la confianza al pueblo.
“Lo otro es estar preparado a una lucha a largo plazo porque este dictador no tiene escrúpulo y piensa aferrarse al poder hasta que se muera, pero también hay que hablar con la comunidad internacional para debilitarlo económicamente, se debe seguir impulsando los juicios por crímenes de lesa humanidad, y esto reanimaría el espíritu de lucha, y la oposición está dispersa, y dejarse de pronunciamientos y más acciones concretas”, enfatizó.
Nicaragua Investiga
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