Lograr la unidad de la oposición nicaragüense y que estos grupos opositores presenten acciones concretas encaminadas a resolver los principales problemas del país, sigue siendo el reto para que la mayoría de ciudadanos vuelva a simpatizar con alguna organización política, admiten activistas.
La reciente encuesta de CID Gallup— contratada por Confidencial— refleja otra caída en la simpatía hacia FSLN en el último mes, al pasar de 16% al 13%.
A pesar que la simpatía hacia el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) continúa desplomándose, el 75% de los ciudadanos tampoco se inclina hacia otra agrupación política.
El 7% simpatiza con partidos considerados colaboracionistas (PLI, PLC, ALN, APRE); un 3%, organizaciones de oposición; y un 2%, Otro.
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El activista político Juan Diego Barberena reconoce que «hay que darle una alternativa» a la ciudadanía. «En el momento que la oposición se cohesione y le dé una alternativa, la gente va a volver a la esperanza y creer», acotó Barberena, quien integra el denominado grupo Monteverde que pretende unir a la oposición.
Oposición sin identidad
Alexa Zamora, quien también se sumó a Monteverde, observa además la falta de identidad de la oposición.
Antes se identificaba a la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), a la Alianza Cívica o a los líderes opositores, pero ahora «tengo la percepción que al ciudadano de a pie le cuesta identificar cuáles son los espacios de oposición como tal».
«Es mucho más difícil que puedan identificar claramente ¿cómo se llama un espacio de oposición, qué espacio es la oposición, quiénes son los líderes de la oposición, y cuáles son las acciones puntuales que está llevando a cabo la oposición para una transición democrática y dar respuesta a los problemas diarios del ciudadano?», dijo a Nicaragua Investiga.
Apatía hacia la oposición es «culpa de Ortega»
Para Zamora, esto «no es culpa necesariamente de la oposición, sino del recrudecimiento de la persecución política».
Ortega encarceló a los líderes más visibles, provocó el exilio de dirigentes, cerró espacios cívicos, lo que «ha aumentado los obstáculos para que la oposición pueda lograr esta transición democrática».
Explica que este alargamiento de la crisis, desde la brutal represión de 2018, y la percepción pública que la oposición «no haya podido resolver todavía la situación» del país o lograr una salida democrática de Ortega, «ha hecho perder credibilidad».
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Oposición debe «plantar cara a costa de sacrificio»
Para el analista y excarcelado político, Óscar René Vargas, a la oposición le ha faltado «plantarle cara al régimen de Ortega a costa de un sacrificio (…) en la lucha por la democracia».
Vargas señaló recientemente que la posición de monseñor Rolando Álvarez— quien sufre cárcel por negarse al destierro, según fuentes— está generando la agitación nacional e internacional que le ha faltado al liderazgo de la oposición.
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