Brasil pidió a Daniel Ortega que libere a los presos políticos y que permita que ingrese al país el equipo de inspectores de la Comisión creada en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para investigar los crímenes de lesa humanidad del régimen.
La solicitud de Brasil se da, tras sumarse al grupo formado por Canadá, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Chile. Estas naciones son parte de una iniciativa de países que cuestionan las violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.
Estos países denuncian en un documento conjunto presentado en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas que «desde el inicio de la crisis en Nicaragua, las autoridades nicaragüenses han cerrado más de 3.372 organizaciones de la sociedad civil, incluidos todos los medios de comunicación independientes y el espacio cívico».
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«Ahora Nicaragua intensifica su represión contra la Iglesia católica, con la detención y condena del obispo de Matagalpa, Rolando José Álvarez Lagos, a más de 26 años de prisión tras su negativa a exiliarse», expresan.
Los países rechazan la desnacionalización de 317 nicaragüenses en febrero pasado y mostraron su preocupación por “el cierre y confiscación de bienes de la orden religiosa jesuita y de la Universidad de Centroamérica eleva a 27 el número de universidades cerradas”.
El llamado es a las autoridades para que inicien la “cooperación con los mecanismos internacionales de derechos humanos, a permitirles el acceso para investigar denuncias de violaciones de derechos humanos y a renovar el diálogo con la Oficina del Alto Comisionado y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos».
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«Alentamos a la ONU y a las instituciones financieras internacionales a intensificar los esfuerzos para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas de los fondos proporcionados a las autoridades del gobierno de Nicaragua, asegurando que ayuden a las personas más vulnerables», afirman.
Por su parte, el gobierno de Lula da Silva insiste en que es necesario mantener canales de comunicación con Ortega, pero incluso ha sido presionado por la ONU para que explique cómo esa postura se ha traducido en acciones concretas.
Cabe mencionar que Brasil es uno de los países que en reiteradas ocasiones ha denunciado las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura sandinista, incluso ofreció nacionalidad a los nicaragüenses que fueron declarados apátridas.
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