Comunidad internacional teme que oposición nicaragüense no participe en elecciones

El mes de marzo está próximo a finalizar y con ello se acerca cada vez más el plazo límite que brindó la Organización de Estados Americanos (OEA) al gobierno de Nicaragua para la implementación de reformas electorales de cara a los comicios presidenciales de 2021. Sin embargo, ante la ausencia de una respuesta oficial positiva, surgen diversas dudas respecto al panorama que podría presentarse en noviembre.

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Luciano García, presidente de Hagamos Democracia, expuso el jueves tres escenarios ante el acercamiento del proceso electoral: que la oposición logre consolidar una fuerza electoral y Daniel Ortega conceda algunas concesiones que conviertan el proceso electoral medianamente viable, que Ortega no conceda nada y aun así la oposición consolide una opción electoral que participe en el proceso, o bien que Ortega no conceda nada y la oposición no participe de las elecciones apostando a generar mayor ilegitimidad del régimen.

Ante los escenarios planteados por García durante el foro «la crisis en Nicaragua y el papel de la comunidad internacional«, organizado por la Fundación Arias para la Paz y el Progreso, algunos panelistas participantes mostraron preocupación sobre la posibilidad de que la oposición nicaragüense realmente desista de participar de las elecciones generales de no aplicarse las reformas este próximo mes de mayo.

Cynthia Arnson, directora del programa Woodrow Wilson International Center for Scholars, fue una de las participantes que expresó temor por los escenarios planteados. «Creía antes que la gran lucha era para unificarse y ahora escuchar que hay una posibilidad real de que la oposición no participe me llena de pesimismo» comentó.

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Asimismo, explicó que si la oposición no participa, Ortega ganará y con legitimidad ante la ausencia de su participación, en cambio si la oposición va aún bajo negativas condiciones y pierde «es bien probable que la comunidad internacional no va a reconocer a la elección de Ortega, por justamente la falta de condiciones democráticas, en ese caso podría ser que gana Ortega pero al menos la oposición tiene una posibilidad de estar presente públicamente ante el pueblo nicaragüense». Y agregó que no visualiza un futuro positivo para el país basado en la no participación de un candidato único.

Unidad: tema central

Ramón Jáuregui, presidente de la Fundación Euroamérica, alentó a la oposición nacional a observar lo ocurrido con la oposición venezolana en diciembre de 2020 pues «los espacios que no se ocupan, los hacen otros, y lo hace el régimen». El político español planteó que la oposición nicaragüense puede quedarse al margen de un proceso electoral que no cuente con credibilidad pero cuestionó si ¿estamos en condiciones de quedarnos fuera?.

A su percepción, expuso que aún hay tres objetivos que la oposición de Nicaragua puede conseguir: la unidad, pues destacó que «no cabe respeto en una oposición dividida desde la comunidad internacional» y que su credibilidad es «de cero» estando fragmentada; la participación en el proceso legislativo y presidencial, agregando que «¡hay que participar!»; y la ocupación de parcelas de poder para negociar y realizar una transición pacífica.

Destaca que aunque hay riesgos de participar bajo malas condiciones, hay mayores riesgos al no participar, pues esta sería «la derrota definitiva». Para Jáuregui, el 18 de abril «debe materializarse en algo, si la oposición no se presenta este año el 18 de abril muere, desaparece». De igual forma, destacó que esta oposición surgida a raíz de 2018 no ha tenido la posibilidad de ir a las urnas nunca, por lo que debe aprovecharse «sino se diluye».

Cooperación internacional

Ante el pasar del tiempo y la ausencia de progreso por parte de las autoridades, Jáuregui concluye que «el régimen no quiere moverse» y que en cambio «se mantiene más firme que nunca en no permitir ninguna injerencia que facilite la negociación» pues muestran «una actitud intratable» respecto a la posibilidad de mediar de otros países.

Para Arnson, muchas veces suele sobreestimarse el poder de Estados Unidos y «buscan soluciones en Washignton en vez de en sus propios países», destacando que aunque el poder de Estados Unidos es grande en cuanto a los daños económicos o la persuasión a grupos opositores para unirse, hasta ahora la unidad de los sectores en Nicaragua no se ha logrado y eso sería lo verdaderamente fundamental para dar solución a la crisis del país.

Asimismo se aclaró que en estos momentos Nicaragua está fuera del enfoque de los tomadores de decisiones de Estados Unidos pues la crisis fronteriza es en efecto lo principal para la administración del presidente Joe Biden. Ante esto, Jáuregui también alertó que como lo que más importa es la influencia de Nicaragua en el proceso migratorio de Centroamérica eso más bien los podría llevar «más a un pacto que a la presión con los gobiernos actuales».

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Finalmente, ante los diversos problemas que enfrenta Nicaragua el economista y codirector de Nexo Sur Norte, William Vigil, destacó que la cooperación internacional resulta necesaria e importante pero esta también debe ir vinculada al tema de derechos humanos —en relación a los diversos desembolsos que se han extendido al país—, encontrando un balance que cuente con transparencia y la participación de la sociedad civil.