En las votaciones del fin de semana pasado hubo dos formas de protesta que utilizó la ciudadanía para rechazar la reelección de Daniel Ortega y Rosario Murillo. En estas votaciones ganó primeramente el abstencionismo que superó el 80%, según Urnas Abiertas.
La segunda protesta ciudadana más usada ese día fue el voto nulo al que se sumaron más de medio millón de nicaragüenses. «Usar la abstención en un proceso es una forma de protesta», dice una opositora.
Ante el evidente vacío en los centros de votación, la militancia del Frente Sandinista reaccionó ese mismo domingo por la tarde y ejecutó la “operación acarreo”, en las que movilizaban a las personas que aún no habían votado para que lo hicieran a favor de la pareja presidencial.
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En la tarde, aún se podía observar el grosor de las boletas electorales que no bajaban ante la poca afluencia de ciudadanos. Los miembros de las Juntas Receptoras de Votos se miraban entre sí, visiblemente desocupados y en muchas ocasiones se les pudo tomar fotografías con la cabeza recostada sobre la mesa en evidente señal de aburrimiento.
El primer ganador: El abstencionismo
La decisión de los nicaragüenses en estas votaciones fue quedarse en casa en “acción política pacífica”, que reflejó la demanda insistente de elecciones justas y transparentes, a lo cual no cedió el perenne líder sandinista.
Urnas Abiertas registró una participación promedio nacional del 18.5% y un nivel de abstención promedio nacional del 81.5%.
Pero el Poder Electoral asegura que hubo una participación “masiva”, con una histórica participación ciudadana del 65.26%. Además, sostiene que 2,921,430 personas se motivan a votar en estos comicios.
El candidato presidencial de Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), Guillermo Osorno, afirmó que no hubo ni millón y medio de ciudadanos que hayan votado, y señaló que “el primer ganador en este país fue el no voto. El no voto es el que salió ganando donde perdemos todos los nicaragüenses ahora”, manifestó.
El segundo ganador: El voto nulo
El segundo ganador en estas elecciones fue el voto nulo. En los resultados preliminares de la elección de presidente y vicepresidenta de la República, al menos 161,687 personas optaron por la anulación de la boleta, de acuerdo al análisis del tercer informe que publicó el Poder Electoral en su sitio web.
De igual forma sucedió en los resultados provisionales de la elección de diputados y diputadas nacionales ante la Asamblea Nacional, en la que la cantidad de votos nulos ascendió a los 170,550.
En la elección de diputados y diputadas departamentales ante la Asamblea Nacional también hubo rechazo silencioso en las urnas, contabilizándose aproximadamente 159,527 votos nulos.
En cuanto a los resultados preliminares de la elección de diputados y diputadas al Parlamento Centroamericano (Parlacen), los votos nulos fueron superiores a los demás. El Poder Electoral “registró” 175,102 boletas anuladas.
Todos estos votos nulos suman aproximadamente 666,866 personas que llegaron a las Juntas Receptoras de Votos, solamente a «protestar». Esta cifra superó con creces a 4 de los cinco partidos considerados colaboracionistas por la oposición nicaragüense.
De tal forma que si el voto nulo fuera un candidato, este hubiera quedado en tercer lugar, dentro de los conteos del CSE. Ninguno de los partidos considerados colaboracionistas, lograron alcanzar ni el 4% mínimo que establece la ley deben conseguir en una elección para mantener su personería jurídica.
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Abstención manda un mensaje político
Alexa Zamora, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), dijo que la abstención de los nicaragüenses manda un mensaje político bastante importante para los presidentes del país.
“En primera que no reconocen el proceso o no reconocen la farsa, demandan elecciones libres, transparentes y observadas”, apuntó y agregó que la abstención lleva otro mensaje que es desconocer a los partidos “colaboracionistas” que se sumaron a las votaciones.
“Más el descontento que hay en contra del régimen de Ortega y Murillo; se hace tangible cuando la ciudadanía decide usar la abstención en un proceso como forma de protesta”, indicó Zamora.
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Urnas Abiertas aseguró que el alto porcentaje de abstencionismo es una evidencia de que la población quiere unas elecciones competitivas e inclusivas. “La gente no salió a la calle, no salió a votar, y los únicos que pudieron llegar fueron obligados, constatado y denunciado por los trabajadores del estado”, dice en su informe.
Estas denuncias de trabajadores estatales obligados a ir a votar podría tener una alta incidencia en la cantidad de votos nulos registrados en as urnas el domingo.
Aunque los candidatos presidenciales llamaron a la gente a salir a votar y consideraron que el “paro electoral” no era una buena idea para el país, la mayoría de población destendió este mensaje. Incluso, el acompañante electoral Benjamin Norton reconoció que hubo pocos ciudadanos en los centros de votación.
“Yo fui a cuatro centros de votación, entré y no había filas”, aseguró en cadena nacional el periodista izquierdista.
Al juntar el voto nulo con el alto índice de abstención, el panorama es desalentador para el sandinismo, pues podría confirmar las cifras presentadas por CID Gallup en octubre pasado, que indican que solo el 9% de la población se identifica como simpatizante de ese partido.
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