5 datos que desmienten que el transporte público de Nicaragua es el mejor

Desde que Daniel Ortega llegó al poder en 2007, centenares de unidades de buses rusos han sido donados a Nicaragua y son vendidos a largo plazo a transportistas del país. Aunque los «nuevos» buses  son destinados para renovar la flota del transporte público, en muchas ocasiones se les ha visto siendo utilizados para transportar a la militancia sandinista para actividades con fines políticos del partido de gobierno.

Hace 10 años Nicaragua recibió donados de Rusia más de 300 buses. Estos fueron vendidos a los transportistas a 32 mil dólares cada uno, con un año de garantía y 10 años de plazo, según publicó en 2011 el desaparecido periódico El Nuevo Diario.

La primera entrega inició en 2009 con 110 buses procedentes de la Federación Rusa marca KAVZ-4238, y la segunda en agosto de 2011 para un total de 355 unidades de buses.

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Posterior, en octubre del mismo año el gobierno recibió la primera flota de unidades de la empresa mexicana DINA camiones S.A., y la segunda en marzo de 2013, para un total de 480 buses de este tipo a través de un financiamiento del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), según medio oficialistas.

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Ahora, en un contexto electoral, Ortega ha entregado a 22 cooperativas de transporte público 250 buses donados por Rusia, y se espera que en diciembre arriben al país otras 300 unidades que serán adquiridas por un préstamo al banco ruso Eximbank por un monto de más de 16 millones de euros.

Sin embargo, la renovación de flotas de buses no ha resuelto la problemática del transporte público en Nicaragua durante más de 10 años, mucho menos representa el mejor servicio de transporte terrestre a nivel centroamericano como destacan muchos militantes sandinistas. Aquí te contamos 5 datos que desmienten que Nicaragua tiene el mejor servicio de transporte público.

• Sobrecarga de pasajeros

La queja de la población es constante por el mal servicio del Transporte Urbano Colectivo (TUC) en Managua, ya que a diario la sobrecarga de pasajeros en los buses sobreexpone la vida de los usuarios, un riesgo que aún no es regulado ni asistido por las autoridades a pesar que la Ley 524 establece como objetivo «normar, dirigir y regular el servicio público de transporte terrestre de personas y bienes en el territorio nacional».

Los buses de Managua circulan al máximo de su capacidad en horas pico, por lo cual también los pasajeros se ven expuestos a robos o a sufrir algún accidente debido a que por la obligación de llegar a tiempo a sus centros de labores o estudios, acceden a ir colgados de las unidades.

• Fallas mecánicas

Entre los primeros años después de haber sido entregados los nuevos buses a las cooperativas nicaragüenses, fue evidente observar fallas mecánicas en el sistema eléctrico, eje delantero, válvulas del motor y frenos.

Ante esta situación, se conoció que en 2014 más de 100 unidades de buses rusos se encontraban fuera de circulación, además porque supuestamente las unidades estaban diseñadas para soportar frío en Rusia, mientras en Nicaragua debían exponerse a las altas temperaturas de la capital.

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Según datos periodísticos de El Nuevo Diario, las cooperativas de transportes tuvieron que asumir el primer cambio de pistones, juegos de empaque, balineras, cambio de anillos y las conchas de bielas de las unidades, ya que presentaron más de 20 fallas mecánicas en poco tiempo de circulación.

• Deterioro de las unidades

Evidentemente, los nuevos buses mostraron deterioro y deficiencia exterior tras iniciar circulación hace 10 años. Silla quebradas, timbres dañados, medianamente sucios, vidrios quebrados, vidrios de puertas cambiadas por lata, y pisos dañado o entreabiertos, eran algunos de los problemas más evidentes al abordar estas unidades.

Asimismo, los ascensores para personas en sillas de ruedas no estaban funcionando, así como el cinturón de seguridad. Expertos han señalado que posiblemente las unidades ya cumplieron su vida útil, o bien, se ha abusado de ellas al sobrecargarlas y no darles el debido mantenimiento.

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El pasado mes de abril, se conoció que un bus de la MR4 quedó reducida a cenizas en las cercanías de Plaza España. Un testigo del lugar dijo a medios oficialistas que el bus se incendió de repente. Posteriormente, en agosto un niño de aproximadamente tres años de edad murió tras caer por un agujero dentro de la ruta 117. El menor fue arrollado por las llantas traseras de la unidad de transporte.

• Deficiencia del servicio del conductor

Pese a que el reglamento de Ley General de Transporte Terrestre prohibe a los conductores de buses circular con «la unidad sobrecargada o con pasajeros en lugares inadecuados como: puertas, escaleras y canasteras», en Managua es común observar el exceso de usuarios en las horas picos, rutas a exceso de velocidad por competencia de pasajeros, así como frenazos repentinos que pueden ocasionar accidentes.

Algunos conductores no no acostumbran a esperar que los pasajeros terminen de subir a la unidad, incluso mantiene el volumen alto de los equipos de sonido lo cual no permiten escuchar la parada que solicita el usuario. Otros conductores mantienen una actitud pesimista con los pasajero, y peor aún, contra las personas con discapacidades.

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• No hay modernización en el transporte público

El intento por modernizar el Transporte Urbano Colectivo (TUC) con la implementación de cobros con tarjetas electrónicas y la instalación de un Sistema de Posicionamiento Global (GPS), se vio truncado con el inicio del estallido social en 2018, y finalizó en septiembre de ese mismo año con el cierre de la empresa MPESO en Managua.

MPESO tenía una concesión para administrar el pago del pasaje del Transporte Urbano Colectivo y de acuerdo a datos estadísticos obtenía un ingreso anual de 46 millones 720 mil córdobas, según registros periodísticos. Desde que inició operaciones en el 2014 hubo muchos problemas técnicos, sin embargo fueron resueltos.