Con la victoria de la pareja presidencial Ortega-Murillo anunciada en horas de la madrugada de este lunes a través de un primer informe preliminar del Consejo Supremo Electoral (CSE), se consume el poder por cinco años más del gobierno sandinista sobre Nicaragua. Para muchos no es novedad estos resultados, pues desde mayo de este año, se inició el asedio, persecución y apresamiento de los principales candidatos presidenciales opositores del país que sin duda y de acuerdo a encuestas derrotarían al caudillo sandinista.
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Sobre estos primeros resultados de las votaciones de este 7 de noviembre de inmediato hay reacciones nacionales e internacionales de rechazo al cuarto mandato consecutivo de Daniel Ortega, que mantiene con procesos judiciales viciados a más de 30 dirigentes opositores, entre ellos a candidatos que aspiraban a la presidencia de la república como el caso de los periodistas Cristiana Chamorro y Miguel Mora, al economista Arturo Cruz, al politólogo Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, al líder campesino Medardo Mairena y a Noel Vidaurre.
El impacto económico, político y social
Desde el 2019, el ex el exembajador de Nicaragua en Estados Unidos, Arturo Cruz mediante una conferencia brindada ante los miembros de la Cámara de Comercio Americana Nicaragüense (AmCham), titulada “Mirando hacia el futuro de Nicaragua: la necesidad de un nuevo rumbo”, expuso en ese entonces ¨ que el régimen de Daniel Ortega está agotado, perdió su legitimidad y tiene una legalidad muy devaluada¨.
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A su vez, Cruz abordó los plazos de la transición política y abogó por minimizar los costos económicos y políticos.
“El régimen carece de legitimidad de origen. Está el tema de la legalidad, pero lo más importante es tu legitimidad de origen, que solo te la dan comicios electorales creíbles. Sin los comicios electorales creíbles tu legitimidad de origen es muy débil y por lo tanto tu legalidad también”, dijo.
Luego de este proceso de votación cuestionado en la historia reciente del país, por su falta de transparencia, democracia y violaciones de lesa humanidad denunciada por organismos internacionales producto de la crisis del 2018, Nicaragua está a la deriva para el 2022, pues aún siguen los remanentes negativos en la economía y en la política exterior que inmediatamente se ha pronunciado desconociendo al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
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“Él sabe que con un país deteriorado a partir de enero o febrero del 2022 el gobernante nuevo, aun perdiendo sus elecciones, va a estar en circunstancias muy difíciles”, aseguró.
Para el exdiplomático si la gobernanza pretende ser efectiva se requiere de expectativas ciudadanas modestas y recursos, y según Cruz en el país no existe ni uno ni lo otro, y eso quedó evidente con la reciente votación donde hubo un predominio de una gran abstención como muestra del repudio a la administración sandinista.
Los riesgos y costos de las votaciones cuestionadas
En un reporte del sitio International Crisis Group sostiene que este contexto de polarización y tensión política sin resolver tendrá un costo negativo para el suelo pinolero, entre esos el aislamiento internacional y más repercusiones en el campo económico y social.
¨Unas elecciones cuestionadas que dejen a Ortega aferrado al poder tendrían costos que se extienden más allá de una mayor alienación de la oposición interna; también es muy probable que profundicen el aislamiento internacional de Nicaragua¨, se lee en el informe.
#Nación | ????▶ Ortega se pone a la par de Rosario Murillo en su lenguaje que desdice de un «estadista» y llama «hijos de perra» a los opositores que mantiene presos ¿Qué opina sobre esta reacción del caudillo sandinista? #Nicaragua pic.twitter.com/QAKg5PLlvf
— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) November 9, 2021
¨Algunas de estas medidas han dificultado que el país, uno de los más pobres de América Latina, salga de la profunda depresión económica que atraviesa desde la época de las protestas de 2018. El Fondo Monetario Internacional informó en abril de 2021 que el producto interno bruto de Nicaragua había sufrido una contracción del 4 por ciento en 2018, del 3,9 por ciento en 2019 y del 3 por ciento en 2020, en parte como resultado de la pandemia¨, cita el reporte.
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Desde el 2018, se dio una ola de cierre de empresas y cerca de 200 mil empleos se habían perdido en el sector formal. También la agitación política y los aumentos de impuestos han perjudicados las inversiones nacionales y extranjeras, más el desplome del turismo. Aún es notorio la carestía de la vida, que afecta más a los de bajos recursos económicos.
Esta crisis de Nicaragua ha sido influida por eventos regionales y la presión extranjera, a través de sanciones por Estados Unidos, Unión Europea y demandas con las cuales exigen al gobierno de Ortega la liberación de los presos políticos y la restauración de los derechos del pueblo opositor. Sin embargo, hasta el momento, no hay muestra alguna de que haya un cambio de Ortega más bien continúa con sus declaraciones confrontativas que no abona al bienestar de los nicaragüenses.
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