La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo avanzó en las últimas semanas en su plan de colocar «árboles de la vida» en todo el territorio nacional.
El pasado viernes, autoridades sandinistas de Jinotepe en el departamento de Carazo, hicieron un acto para inaugurar un «árbol-lata» de color amarillo.
La Costa Caribe también cuenta con un «árbol de la vida»
La obsesión de los «Chayo-Palos» a como los llama la ciudadanía nicaragüense, alcanzó el pasado 25 diciembre al Caribe Norte, al ser colocada en el municipio de Siuna la primera estructura de este símbolo de poder de Rosario Murillo.
El alcalde de Siuna, Marvin Polanco Morales, aseguró que los árboles de la vida son «mucho más que una simple decoración. Es un símbolo de amor y felicidad, especialmente en esta época navideña (…) Este árbol nos recuerda los grandes avances que hemos logrado gracias a las políticas del gobierno sandinista».
Derroche de los impuesto de los nicaragüenses
En cada acto de inauguración de los «árbol-lata», las municipalidades derrochan el dinero de los nicaragüenses al movilizar tarimas, equipos de sonido o incluso la quema de pólvora como los costoso juegos pirotécnicos.
Más árboles de metal, menos árboles naturales
Mientras el régimen sandinista instala estas estructuras metálicas, los bosques del país se están desforestando.
Según un estudio realizado en julio pasado por el Observatorio Protransparencia de Hagamos Democracia, a cargo del investigador ambiental Amaru Ruiz, el 75% del territorio nacional está deforestado.
El análisis de situación ambiental revela que Nicaragua pierde anualmente el 10% de sus bosques.
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