Las recientes medidas drásticas de Donald Trump contra la migración ilegal han puesto a los líderes latinoamericanos en alerta. Mientras Gustavo Petro en Colombia y Xiomara Castro en Honduras han respondido a las amenazas del republicano, Daniel Ortega en Nicaragua permanece en silencio, a pesar de sus anteriores discursos desafiantes contra Estados Unidos.
Petro rechazó aviones militares estadounidenses que transportaban inmigrantes esposados de pies y manos, lo que resultó en sanciones y aplicaciones de aranceles del 25 por ciento. Castro amenazó con cerrar las bases militares estadounidenses en Honduras en caso de deportaciones masivas.
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En el caso de Ortega, a pesar de su historial antiestadounidense y de que 47 mil nicaragüenses se enfrentarían a la deportación según Harold Rocha, presidente del Nicaraguan American Legal Defense and Education Fund (NALDEF) dijo a Confidencial, el dictador sandinista no ha respondido a las políticas de Trump.
Ortega ha criticado duramente a Estados Unidos en el pasado, incluso pidiendo su desaparición y utilizando lenguaje vulgar en la Constitución Política para referirse al país. Sin embargo, Nicaragua depende en gran medida de las remesas y la inversión extranjera directa de Estados Unidos, lo que unas posibles sanciones “sería catastrófico” para Nicaragua
“Ortega está nervioso”
El ex diplomático nicaragüense José Dávila Membreño explica que el caso de Nicaragua es especial y no sabemos si el trato a las deportaciones a nicaragüenses, van a ser igual a las de Guatemala, México o Colombia.
“Ortega está nervioso, sabe lo que le puede venir. Está expectante, esperando el momento para tomar decisiones ante la administración Trump de mandar los primeros aviones de migrantes a Nicaragua”, dice Membreño.
Membreño sostiene que se debe esperar cuándo lleguen aviones de deportados a Nicaragua, pero que es importante tomar como ejemplo que el caso de Colombia deja una lección a todo aquel gobierno que se oponga a recibir deportados, porque seguramente va a tener represalias.
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“Aunque está arreglada esa crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, pero si un gobierno no acepta a los deportados, vienen sanciones fuertes como la sanción económica de los aranceles”, dice Membreño, y agrega que si Ortega decide no recibir a migrantes nicaragüenses, las sanciones arancelarias de un 20 o 25 por ciento, “sería catastrófico para Nicaragua”.
“Sería el quiebre de su economía, porque Estados Unidos es el principal socio de Nicaragua. Aranceles significa que los productos que van a salir de Nicaragua, van con un precio mucho más alto que ya no van a vender lo mismo con Estados Unidos. Va a bajarse la exportación y la producción, se van a perder infinidad de empleos. Las empresas agrícolas que van a Estados Unidos, pueden ir a la quiebra si Estados Unidos le pone aranceles”.
Las amenazas de Trump con aplicar aranceles
Trump prometió deportar a los inmigrantes indocumentados y ahora está utilizando aranceles para presionar a los países que no cooperan. Su enfrentamiento con Colombia demuestra que está dispuesto a usar medidas económicas para lograr sus objetivos.
En los primeros comentarios de Trump sobre la deportación masiva, dijo: “Estados Unidos vuelve a ser respetado. ¿No es eso agradable, después de años de reírse de nosotros como si fuéramos estúpidos?”
Luego señaló que el enfrentamiento con Colombia, sus amenazas arancelarias fueron efectivas. “Recuerden de nuevo, la palabra arancel: vamos a proteger a nuestra gente y a nuestras empresas, y vamos a proteger a nuestro país con aranceles”, amenazó Trump.
“Tuvieron una pequeña indicación de ello con lo que sucedió con un país muy fuerte, Colombia es tradicionalmente un país de voluntad fuerte. Si no fabrican su producto en Estados Unidos, entonces, simplemente, deberían tener que pagar un arancel, lo que aportará billones de dólares a nuestro tesoro público de países que nunca nos pagaron ni diez centavos”.