Daniel Ortega apareció hoy en un acto oficial para «rendirle homenaje al comandante Borge en el décimo aniversario de su tránsito a la inmortalidad» y «darle la bienvenida al primero de mayo», día de los trabajadores, aunque el discurso que pronunció luego del himno nacional y La Internacional poco tuvo que ver con Borge,.
Rodeado de funcionarios y al lado de su esposa, Rosario Murillo, Ortega declamó su habitual serie de relatos históricos, desde la época del Imperio Español, pasando por los procesos coloniales de Norteamérica, hasta la revolución rusa y la Segunda Guerra Mundial.
«Los burgueses, los capitalistas, los que acumulan y concentran en sus manos avarientas la riqueza del planeta, no han hecho más que robarle a los trabajadores esa riqueza y le roban a los trabajadores esa riqueza a partir del modelo que les han impuesto a la mayor parte del mundo: el capitalismo salvaje» expresó Ortega.
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Un discurso pro-ruso
Ortega adoptó una retórica pro-rusa y socialista, alabando al «genio» de Vladimir Lenin, que «encabezó la primera revolución de los trabajadores que salvó a todos los pueblos, a todas las naciones, a los pueblos europeos, a los mismos Estados Unidos los salvó del nazismo, del fascismo».
«Nadie puede desconocer el genio de Stalin» como estratega militar en la Segunda Guerra Mundial, declaró Ortega. Según él, Rusia también salvó a Europa del imperio de Napoleón, que tiene «las mismas raíces» que «el imperio europeo de la OTAN».
«Esa Rusia, que llevó al poder y a los campesinos por primera vez en la historia de la humanidad, en esas batallas decisivas, dirigida por Stalin, derrotó al fascismo» celebró Ortega, quien también defendió la postura rusa en el conflicto que actualmente mantiene ese país con Ucrania. A su ver, Rusia se está defendiendo «del nazismo que quedó gobernando» en Ucrania con el apoyo «del imperialismo norteamericano y del imperialismo europeo».
El mandatario acusó a Estados Unidos de racista, aduciendo que los afroamericanos en puestos de poder persisten ahí por motivos propagandísticos, cuando «en Estados Unidos los viven matando». Ortega denunció que Estados Unidos exterminó a los nativos americanos «como los alemanes (nazis)» y que ha invadido y cometido crímenes por todo el mundo.
Ortega asegura que su gobierno sólo ha hecho lo que cualquier gobierno soberano haría en caso de ser atacado y señala que su gobierno «no respondió con bombas atómicas». «Los yanquis han cometido crímenes masivos como ninguna otra potencia o imperio ha cometido en la historia de la humanidad» añadió.
Porras, Ortega y Rosario llegando al acto oficial. Foto: Presidencia
Contra la OEA
Luego dirigió su atención a la Organización de Estados Americanos. «Hablan de la OEA, de Naciones Unidas, como si fueran respetuosas del derecho internacional» dijo Ortega.
Tratando de justificar sus recientes ataques contra de la OEA, Ortega acusó a Estados Unidos de retirarse de varios organismos internacionales cuando le ha parecido necesario sin que «países democráticos, europeos o latinoamericanos, alcen su voz».
Ortega sostuvo que la Policía Nacional sólo llegó a resguardar las oficinas de la OEA «porque también podía haber provocadores que se metieran o también delincuentes, aprovechar que está vacío para robar y después la culpa es del gobierno». Calificó la reacción de la OEA como «un escándalo».
A consideración de Ortega, la OEA «es un instrumento del imperio» y que sus condenas son más bien un favor, un honor para él y su gobierno.
Foto: Presidencia.
«Sandino y Tomás no podían perdonar a los traidores»
«No tenemos un Frente Sandinista que es de carácter electoral. Si fuésemos un partido electorero, nos hubiésemos desintegrado después de esas elecciones», dijo Ortega refiriéndose a las elecciones de principios de los noventa.
Ortega atacó a la disidencia del sandinismo, llamándoles traidores a quienes decidieron criticar a su gobierno «como que ellos fueran blancas palomas, como si nunca hubieran hecho nada malo». Sandino y Tomás «no podían perdonar a los traidores», recordó Ortega.
También Ortega criticó a la Iglesia católica, acusando «al imperio de los papas y de los reyes» de arruinar a buena parte de la humanidad.
«Que viva el día de los trabajadores, que viva el primero de mayo» concluyó Ortega entre aplausos y alabanzas.
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