La ciudad de El Paso, en el estado de Texas, encabeza el envío de inmigrantes que llegan por la frontera sur, hacia otras ciudades de Estados Unidos, al tiempo que se implementa la política del gobernador republicano Greg Abbott que busca nacionalizar una situación que afecta sobre todo a los estados fronterizos.
“Se hizo puramente por una agenda política, y se hizo sin previo aviso a las ciudades y comunidades receptoras”, denunció ante la Voz de América el experto del Migration Policy Institute, Muzaffar Chisti.
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Sobre las nuevas facilidades Chisti explicó que El Paso y otras comunidades ahora están ofreciendo transporte en autobús “porque creen que es lo correcto para los inmigrantes, que necesitan un lugar donde puedan ir y poder quedarse y conseguir un alojamiento básico”.
El plan liderado por el gobernador Abbott ha logrado el envío de más de 12.000 migrantes a ciudades con gobiernos demócratas. Cifras develadas por el gobierno demócrata de El Paso indican que esa ciudad texana por sí sola transporta 126 personas cada día, de modo que en el curso del año, solo esta ciudad ha enviado 11.197 personas a Chicago y Nueva York, tanto en avión, en bus, tren como otros medios.
El gobierno local en El Paso creó centros de bienvenida que a la fecha han recibido más de 16.000 migrantes, pero no es suficiente y estas personas recurren a organizaciones independientes como Rescue Mission.
«Al principio fue un poco abrumador y fue difícil descubrir cómo nos las arreglaríamos […] usamos nuestra capilla y nuestra biblioteca para el desbordamiento», dijo a la VOA Nicole Reulet, vocera de la organización. «Así que brindamos refugio, también brindamos consejo, tenemos una enfermera registrada en nuestro personal, así que vio a muchos de los migrantes y a muchos de los niños migrantes y pudo tratar algunas de las lesiones que tenían”.
Rescue Mission alberga actualmente a 185 personas, de las cuales alrededor de 45 son migrantes.
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Saldo mortal de inmigrantes
Los republicanos han criticado insistentemente la política migratoria del presidente Joe Biden desde que llegó al cargo en enero de 2021, acusándole de reblandecer las medidas impuestas por su antecesor Donald Trump.
La Casa Blanca ha reiterado que “la frontera no está abierta”, advirtiendo de los peligros a los que se enfrentan los migrantes en la travesía desde sus países buscando “el sueño americano” y se ven obligados a transitar el conocido el Tapón del Darién que abarca la frontera colombo-panameña o el Desierto de Arizona, en EEUU.
Los inmigrantes, no cejan en su empeño.
Aunque no hay una cifra definitiva, autoridades y organizaciones de México y Estados Unidos reportan más muertes entre los migrantes que intentan cruzar la frontera sur.
La Organización Internacional de las Migraciones calificó la frontera terrestre entre México y Estados Unidos como la más letal del mundo.
“Este año fiscal 2022 que terminó el último día de septiembre, registra el mayor número de muertos”, dijo a la VOA José Luis Pérez Canchola, miembro de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, quien indica que hay al menos 750 personas que han muertos cuando intentaban cruzar esa frontera, aunque aclara que otros nunca son localizados.
La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU no ha publicado el número de decesos para 2022, pero reconoce el aumento. Ideaspace, una organización no gubernamental estadounidense, estima que son más de 800 los muertos.
La ONG atribuye este incremento a una política migratoria que empuja a la gente a zonas más peligrosas.
“¿Está funcionando para desalentar la migración? y la respuesta es que no”, dijo a la VOA DW Gibson, investigador de Ideaspace.com.
En 2021 la Patrulla Fronteriza detuvo más de 2 millones de personas en la frontera sur y reportó más de 20.000 operaciones de búsqueda y rescate.
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