José Santos Sánchez, de 39 años originario de Masaya relató los tortuosos momentos que vivió al ser capturado el pasado 18 de febrero en la finca ubicada en la comunidad rural Guanacastillo, entre Masaya y Tipitapa, donde se encontraba escondido luego que la llamada «Operación Limpieza» ejecutada por paramilitares y policías acabara con la resistencia en esa ciudad.
Sánchez había participado en las protestas antigubernamentales desde el inicio y relata que días antes de su detención, seis miembros de su familia ya habían sido capturados, incluyendo a su anciano padre y una expareja que fue llevada a la cárcel con su bebé de 12 meses en brazos.
Asegura que su arresto estuvo cargado de torturas físicas y psicológicas graves.
“Recibo una paliza, me dislocan el hombro izquierdo, me fracturan dos costillas, me golpean con algo contundente la cabeza que me hace perder la visión, me golpean con una pistola en la parte de la nariz, me amarran de pie y manos, me arrastran como 30 metros”, narra el denunciante.
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Sánchez afirma que en ese momento llegó la Comisionada Glenda Zavala, a quien los más de sesenta oficiales y paramilitares que participaban de su detención le llamaban “la jefa”.
La presencia de Zavala, no evitó que continuaran las torturas.
“Con el pie de uno de los policías en la parte del cuello me tenían dos AKs apuntándome en la cabeza, uno de los policías me echa tierra en el oído, en la boca, en la nariz, y en los ojos y unas policías mujeres golpeándome en brazos y piernas”, relató.
Según su denuncia las torturas continuaron por largas horas hasta que en algún momento lo llevaron al fondo del terreno y le obligan a cavar una fosa.
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“Cuando me llevan al fondo de ese terreno, me pasan y llevan una pala y una macana para hacer el agujero, y me dicen; ¿ya sabés que ahí te vas a quedar verdad? para eso lo estás haciendo”
Sánchez dice que no pudo hacer muy profundo el agujero porque se encontraba totalmente desfallecido por la golpiza, entonces los policías le obligaron a internarse más al terreno y le hicieron una petición desconcertante.
“Doce policías más o menos con sus AKs y un perro, me sueltan y me dice que me corra, que me vaya, pero todos ellos están apuntando, yo no me muevo por que sé que si hago algún movimiento sé que me van a disparar, entonces alguien le pasa una pistola al policía que me está diciendo que me corra, la monta y me la detona en el pecho, pero no dispara, entonces se la regresa al otro policía y le dice; esto no sirve, entonces el otro policía la agarra y la dispara en el suelo y hace dos disparos”, narra el expreso político.
Dice que entonces la paliza continúo hasta la mañana siguiente cuando lo llevaron al hospital de la policía pero le dijeron que no tenía nada.
“Pero cuatro meses después que ya salgo me hacen una radiografía donde me aparecen las dos costillas quebradas que ya están consolidadas y una pequeña lesión en la cabeza porque también me hacen una tomografía que me hace perder la visión del ojo, tengo la infección en el oído izquierdo desde que entré al Chipote y esto lo corrobora la Cruz Roja Internacional que es la que me está dando seguimiento”, dijo Sánchez.
Además denuncia que el INATEC eliminó sus títulos y que ahora se le hace difícil encontrar trabajo.
“la justicia llegará”
Pablo Cuevas, de la Comisión Permanente de Derechos Humanos dijo que desde un principio atendieron el caso de esta familia que está muy traumatizada por los hechos, pues incluso, a un menor de 16 años le hicieron también cavar su propia tumba.
“Hubo una simulación de ejecución, no en una sino en varias ocasiones, lo cual es gravísimo, estamos hablando de crímenes de lesa humanidad, es como si fueran hechos de ISIS o de los nazis”, dijo Cuevas.
El defensor de derechos humanos recordó que estos delitos no prescriben y aseguró que tienen todas las pruebas necesarias para respaldar la denuncia y que en su momento la justicia llegará para los culpables.
“Haremos todas las diligencias necesarias para que estas personas encuentren el destino que la justicia debe de darles. En Nicaragua llegará el momento de la justicia y estaremos ahí para documentar y aportar pruebas de crímenes como este», afirmó Cuevas.
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