El Gobierno de Nicaragua impidió que un periodista de The New York Times entrara al país la pasada semana, justo cuando arreció su ola de arrestos a opositores de Daniel Ortega, entre ellos cinco precandidatos a la presidencia, en un año de elecciones presidenciales.
El propio diario estadounidense informó que Anatoly Kurmanaev, quien cubrió la actualidad de Venezuela durante varios años y comenzó a trabajar recientemente en la oficina del Times en Ciudad de México, fue notificado el jueves pasado de la cancelación de su boleto a Managua por la aerolínea en la que viajaba, horas antes de que despegara el vuelo, luego de que las autoridades nicaragüenses se negaron a permitirle la entrada al país. Kurmanaev había cumplido con todos los requisitos legales y de salud exigidos por las autoridades de Nicaragua, dijo el The New York Times.
“Este es un ejemplo de los desafíos cada vez más frecuentes que los periodistas enfrentan en todo el mundo por el papel que cumplen para garantizar una sociedad libre e informada”, dijo Michael Slackman, editor de la sección Internacional del Times. “Los intentos de silenciar a los periodistas deberían ser preocupantes para todo el mundo”.
En su cuenta de Twitter, Kurmanaev escribió: «Lo que es especialmente impactante sobre la represión en Nicaragua es la rapidez con que se está desarrollando. Todos los días arrestan a alguien con quien hablaste. Cada semana se apunta a un nuevo sector de la sociedad. Empiezas a escribirle a alguien y te das cuenta de que acaba de ser acusado. Nunca vi nada como esto».
Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), recalcó que estos comportamientos por parte del Gobierno de Daniel Ortega «confirman que el país está informativamente aislado» y denunció que el mandatario no tiene “ningún tipo de interés” en las repercusiones que ese tipo de acciones puedan tener a nivel internacional.
«Si se le prohíbe la entrada a The New York Times, evidentemente se sabe de sobras que va a tener una gran repercusión, pero al gobierno no le importa y está decidido a avanzar con esta total represión de voces alternativas, de propuestas alternativas de cara a las elecciones del 7 de noviembre”, dijo en declaraciones a la Voz de América.
La nota del diario estadounidense indicó que el incidente con Kurmanaev parece evidenciar la escalada de los ataques gubernamentales contra los medios independientes, en medio de la represión del presidente Ortega, quien regresó al poder en 2007 después de liderar el gobierno revolucionario de Nicaragua de 1979 a 1990.
Más de una decena de políticos opositores, ejecutivos de empresas y líderes de la sociedad civil han sido detenidos en las últimas semanas antes de las elecciones generales del 7 de noviembre, en las que Ortega busca su cuarto mandato presidencial.
El domingo, fue arrestado el periodista y precandidato a la presidencia, Miguel Mora.
En días reciente, el gobierno de Ortega incluyó a 13 medios de comunicación nicaragüenses —entre los que se encuentran las publicaciones más importantes del país— en una investigación criminal enfocada en los líderes de la oposición por presunto lavado de dinero, traición y “conspiración sediciosa”.
En las últimas semanas, los fiscales han interrogado a al menos dos decenas de periodistas en relación con el caso. Activistas de derechos humanos y reporteros han denunciado que la investigación es un intento de eliminar la cobertura de noticias independientes en el país.
La investigación de lavado de dinero se centra en la líder opositora Cristiana Chamorro, quien hasta hace poco era la jefa de una organización local de libertad de expresión. Chamorro fue puesta bajo arresto domiciliario este mes, apenas unas horas después de anunciar sus planes para competir contra Ortega en las próximas elecciones.
La ofensiva contra sus opositores sigue a la estrategia represiva ordenada por el Gobierno de Ortega en 2018, cuando la policía reaccionó violentamente para poner fin a las protestas masivas contra el gobierno sandinista.
Sin embargo, el Times dijo que para aquel entonces, su corresponsal pudo ingresar a Nicaragua a cubrir los hechos.
Al amparo de la Ley de Ciberdelitos
El gobierno aprobó en octubre la «Ley de ciberdelitos», en virtud de la cual las autoridades pueden encarcelar a periodistas por publicar lo que consideren que sean «noticias falsas». Desde entonces, tres periodistas nicaragüenses han sido amenazados con la ley y algunos reporteros se han ido del país o están en paradero desconocido para protegerse.
“El Gobierno de Daniel Ortega ha recurrido a tácticas cada vez más abiertas para silenciar las voces críticas”, dijo Natalie Southwick, coordinadora del programa para Centroamérica, Suramérica y el Caribe en el Comité para la Protección de Periodistas. “Negar la entrada a reporteros internacionales muestra que las autoridades nicaragüenses están redoblando sus esfuerzos para limitar el acceso a la información y controlar el relato”.
La pasada semana un importante banquero y excolaborador de Ortega fue arrestado y autoridades bancarias congelaron las cuentas de 13 destacados ejecutivos comerciales.
“Se está ejecutando una represión política en Nicaragua de un tipo que debería ser impensable en este hemisferio”, dijo Bradley A. Freden, enviado de Estados Unidos en la Organización de los Estados Americanos, tras la aprobación el martes de una resolución que condena la represión.
El Times dijo que el Gobierno de Ortega «no expresó una razón para denegar la entrada de Kurmanaev», quien después de que le cancelaron su boleto «contactó a la vicepresidenta Rosario Murillo, esposa de Ortega y vocera del gobierno, pidiéndole que se le permitiera ingresar».
Murillo le respondió con un correo electrónico en el que solo decía: “Gracias por su interés”, dijo The New York Times.
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