A pesar que la población nicaragüense sigue denunciando a la dictadura sandinista por la persecución contra la iglesia católica, prohibiendo las procesiones patronales, los viacrucis, las actividades de Semana Santa, y recetando cárcel, exilio y expulsión a los religiosos, este miércoles 5 de abril la vicepresidenta Rosario Murillo acusó a los opositores de no vivir en «cristianismo”.
Se refirió a las protestas antigubernamentales iniciadas en abril de 2018, las cuales fueron reprimidas brutalmente por la dictadura que encabezan ella y su esposo Daniel Ortega.
«Juran el nombre de Dios en vano»
«Gloria a Dios en abril, Dios de todas las victorias, de todos los triunfos, al Dios verdadero de Dios verdadero. No al dios que han inventado quienes llenos de maldad sembraron tanto sufrimiento y tanto dolor entre las familias nicaragüenses hace algunos años», dijo Murillo, conocida por su esoterismo y su creencia en los «espíritus».
Aunque el mismo papa Francisco ha condenado los abusos a los derechos humanos en Nicaragua, Murillo asegura que «ese dios lo vemos como parte de una manipulación de quienes no creen en Dios, no viven el cristianismo, no saben ser respetuosos o solidarios, solo saben de egoísmo, de codicia, de avaricia y lo sabemos todos que así son, que hablan de Dios jurando el nombre de Dios en vano. No es ese el Dios de la victoria de los pueblos».
A pesar de sus palabras llenas de amor, cristianismo y paz, su gobierno ha sido señalado de cometer de crímenes de lesa humanidad, documentadas tanto por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) en el 2018, como por Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), de la ONU, en el 2023. Jan-Michael Simon, integrante de ese grupo de expertos de la ONU, comparó en marzo pasado al régimen sandinista con los nazis.
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