El cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes reaccionó el fin de semana a la investigación anunciada por el gobierno del presidente Daniel Ortega contra las diócesis del país por supuesto lavado de dinero y dijo que «seguirán viendo cómo solucionar» la crisis que ha derivado en la congelación de las cuentas bancarias.
En una escueta entrevista vía telefónica con la Voz de América, Brenes expresó que los sacerdotes seguirán con su labor «evangelizadora», sin embargo evitó dar más detalles sobre el número de diócesis intervenidas por las autoridades.
«Esa fue la noticia que me dieron (la de la intervención de las cuentas), pero seguiremos trabajando. Vamos a ir viendo cómo solucionamos eso. No puedo decirte más cosas, pero el trabajo evangelizador sigue», subrayó.
En Nicaragua “sí se tiñe con sangre de hermanos el glorioso pabellón bicolor”
La Policía de Nicaragua acusó el sábado a la Iglesia católica nicaragüense de «lavar dinero» y ordenó al cardenal Brenes presentar documentos que muestren los movimientos de las cuentas bancarias de las diócesis que han intervenido.
Según la Policía, en el marco de esas investigaciones hallaron «centenares de miles de dólares escondidos en bolsas ubicadas en instalaciones pertenecientes a (las) diócesis» de Nicaragua.
Y el dinero supuestamente fue sustraído de forma «ilegal» de recursos de cuentas bancarias que habían sido congeladas a personas condenadas por traición a la patria, como es el caso del obispo Rolando Álvarez.
El alcance al congelamiento a cuentas bancarias se desconoce. De acuerdo con el sitio web de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, en el país hay ocho diócesis y una arquidiócesis. Inicialmente se presumía que las cuentas congeladas habían sido dos que estaban a cargo del obispo Álvarez.
Socióloga: Ortega busca «cerrar las iglesias».
Según la socióloga nicaragüense María Teresa Blandón, esta nueva escalada contra la Iglesia católica «es desproporcionada», pues a su juicio ni siquiera se presentaron pruebas «como suelen hacer los dictadores».
«Creo yo que esta escalada en el ataque a la jerarquía católica tiene que ver con una incapacidad de poder silenciar a esta Iglesia. Han logrado sacar sacerdotes, tienen a un obispo preso, han logrado que otros sacerdotes se vean obligados al exilio, pero saben que esa Iglesia está viva y que se siguen congregando, como demostraron en Semana Santa a pesar de las prohibiciones», comentó la experta a la VOA.
Blandón alerta que esta nueva ofensiva «tiene que ver con un intento de cerrar las iglesias e impedir cualquier tipo de congregación de los católicos de Nicaragua».
Durante la última semana, la Iglesia católica reportó que dos sacerdotes están siendo investigados por las autoridades por haber administrado una oenegé religiosa, mientras que otro fue detenido tras ser acusado de «traición a la patria». Los medios locales también han reportado la profanación de templos.
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