El régimen sandinista confiscó dos propiedades lujosas en el transcurso de esta semana. Se trató de un hotel de la familia del exmagistrado Rafael Solís y un condominio lujoso de la familia de doña Violeta Barrios de Chamorro. Pero también cerró una pastelería –por una multa millonaria– que tiene varias sucursales en Managua y que pertenece a la familia de la expresa política Ana Margarita Vijil.
El lunes 30 de enero inició la confiscación con el Hotel Casablanca, ubicado en la zona turística de San Juan del Sur, Rivas, cuya propietaria es Rafaela Cerda, madre del exmagistrado judicial y exiliado en Costa Rica, Rafael Solís.
Los policías al servicio de la dictadura llegaron a ese hotel, sin mostrar documentos oficiales para asaltarlo, diciendo que eran órdenes de la Procuraduría General de la República (PGR).
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Los agentes se tomaron el local tras expulsar a los empleados del hotel como los de una sucursal de la rentadora de autos Alamo, que funciona dentro del local turístico.
Este hotel perteneció a Rafael Solís durante un tiempo hasta que, aproximadamente en el año 2000, cuando fue nombrado magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), se lo vendió y traspasó a su progenitora, quien desde entonces habría manejado ese negocio.
La segunda confiscación, un condominio lujoso
La segunda confiscación sucedió el lunes 29 de enero, pero la noticia trascendió hasta el jueves 1 de febrero, fue el condominio lujoso llamado Farallón de Sotavento, compuesto por cuatro apartamentos y una casa de servicio.
El complejo de apartamentos había sido construido por voluntad de la expresidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro.
La familia afirma que esta es una propiedad que fue adquirida a finales de los años 60 por el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, mártir de las libertades públicas de Nicaragua y esposo de doña Violeta Barrios.
Una fuente cercana a la familia Chamorro Barrios indicó a La Prensa, bajo condición de anonimato, que varios agentes policiales llegaron al local y desalojaron al personal de servicio y de inmediato “ocuparon la propiedad de forma permanente”.
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Como sucedió con la confiscación del Hotel Casablanca, la fuente dijo que los policías alegaron de forma verbal que estaban ejecutando órdenes de la PGR, pero no presentaron ninguna notificación, orden de allanamiento o documento de confiscación.
En 2007, doña Violeta Barrios ordenó que se demoliera la casa y se construyera un condominio compuesto por cuatro apartamentos y una vivienda de servicio. La propiedad pertenece a la sociedad Farallón de Sotavento, cuyos propietarios fundadores fueron doña Violeta y sus hijos Pedro Joaquín, Claudia Lucía, Cristiana y Carlos Fernando.
Después, doña Violeta distribuyó sus acciones de manera igualitaria entre sus cuatro hijos. En 2017, Pedro Joaquín y Carlos Fernando vendieron sus acciones en partes iguales a otros dueños.
La Pastelería Margarita
Aunque la Pastelería Margarita no ha sido confiscada por el régimen, cerró sus operaciones en medio de las confiscaciones que sucedieron esta semana luego de que la Alcaldía de Managua, controlada por el régimen sandinista, le impusiera una multa por 22 millones de córdobas, equivalentes a unos 600 mil dólares.
La Pastelería Margarita fue fundada Josefina “Pinita” Guardián, fallecida en agosto del 2023 tras batallar durante años contra el cáncer. Ella era madre de Ana Margarita Vijil y abuela de Tamara Dávila, ambas exreas políticas desterradas en febrero del año pasado por el régimen de Daniel Ortega tras mantenerlas encarceladas desde mediados del 2021.
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La Alcaldía de Managua también abrió un proceso penal contra la junta directiva de la empresa. En consecuencia, la pastelería procedió a liquidar a los más de 40 colaboradores y a honrar con estos los compromisos correspondientes.
El reconocido negocio tiene una cede central y otras cinco sucursales en Los Robles, Bello Horizonte, Serranías, Hiper La Colonia y Esquipulas.
“Mi solidaridad con Pastelería Margarita y todos los negocios que, ante la extorsión fiscal de la dictadura sandinista de Daniel Ortega, se han visto obligados a cerrar. No hay libertades cívicas sin libertad económica y sin respeto a la propiedad e iniciativa privada, que es el principal motor del desarrollo y la prosperidad de toda sociedad”, escribió el opositor nicaragüense, Félix Maradiaga.
