La situación del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) es cada vez más compleja. Según economistas, el sistema ya “está colapsado” y es difícil encontrar una solución para sostenerlo y responder a los jubilados, pensionados y actuales cotizantes.
En tan solo cuatro meses, de marzo a julio, el INSS perdió 13,621 afiliados, de acuerdo a datos del Banco Central de Nicaragua. Esta es una cifra que además de reflejar el número de nicaragüenses sin empleo, demuestra que centenares de empresas “quebraron y hubo otras que disminuyeron su actividad económica”, afirmó el economista Enrique Sáenz en su programa La Economía de Nicaragua en 10 Minutos.
“Prácticamente fueron perdiendo su trabajo en la economía formal 3 mil trabajadores por mes, en promedio. A la calle literalmente, porque en las condiciones actuales todos sabemos que el que pierde su trabajo difícilmente va a encontrar otro en la economía formal”, expuso.
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Sáenz cuestionó los argumentos de la dictadura que insiste en una muy buena economía, la misma que según el pregón de sus funcionarios tiene un crecimiento económico de más del tres por ciento, frente a una pérdida considerable del poder adquisitivo, puestos de empleo y el cierre de empresas.
“Detrás de estos más de 13 mil trabajadores que perdieron el empleo, están sus familias. Simplemente pasan de tener un ingreso a no tener ninguno, ¿cómo hacen con los frijoles? ¿cómo hacen con el queso? ¿cómo hacen con la tortilla? penurias, mientras la dictadura pregona un crecimiento económico de más del tres por ciento”, resaltó.
INSS ya “está colapsado”
Para el también economista Juan Sebastián Chamorro, el sistema de seguridad social de Nicaragua ya “está colapsado y es muy difícil encontrar una solución racional y sostenible”. El alto déficit del INSS producto de las malas administraciones está pasando una altísima factura.
“Nada de lo que se está haciendo va a poder salvar al sistema de pensiones porque hay un problema de déficit provisional que ya no aguanta más. Las pensiones no pueden reducirse y las cotizaciones activas no pueden aumentarse más porque ya están en el tope, y aunque lo aumentaran eso no va a poder paliar el enorme problema financiero que tiene el INSS”, apuntó Chamorro.
El economista engloba en cuatro los grandes problemas del INSS:
- Altos gastos financieros
- Abusos financieros
- Malas inversiones
- No tiene reservas técnicas.
“Si a esto se le agrega más de 50 mil pensiones reducidas que fueron simplemente establecidas por las presiones de Ocupa INSS y otro tipo de pensiones que son justas y son necesarias, recaen sobre las reservas del INSS cuando en realidad este tipo de pensiones debían recaer sobre el Presupuesto General de la República, el gobierno central y no solamente a los cotizantes. Esto genera un sistema completamente desfavorecido para los cotizantes activos”, añade Chamorro.
Aunque en algunas ocasiones varios críticos han señalado que existe una especie de ensañamiento de parte del régimen contra los jubilados y pensionados, al castigarlos con una serie de reformas no solo del INSS, sino de otras como la eliminación del subsidio energético y el gravamen de IVA a ese mismo servicio, hay otros que están siendo fuertemente afectados como los cotizantes.
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Los golpes de la reforma
“Si a esto se le suma los incrementos que hay en la rama de salud, particularmente del seguro facultativo, que las cotización aumentaron radicalmente, esto hace que ahora el estar asegurado en el INSS se vuelva mucho menos atractivo porque te arrancan más dinero de tu salario para la cotización y los servicios son los mismos y cuando te jubilás la pensión va a ser significativamente menor”, resalta Chamorro.
De acuerdo a las reformas a la Ley de Seguridad Social que el régimen Ortega-Murillo impuso en 2019, trabajadores, empleadores y jubilados tendrán que aportar más al INSS a cambio de recibir menos.
Los cambios fueron los siguientes:
- Porcentaje patronal. Se obligó a las empresas a pasar de aportar 19 por ciento al 22.5 por ciento del salario bruto de cada trabajador en concepto de INSS patronal.
- Los trabajadores, pasaron del 6.25 por ciento al siete por ciento de su salario bruto.
- Trabajadores por cuenta propia. Dejaron de pagar 18.25 por ciento del salario establecido a depositar al INSS 22.25 por ciento, en el caso de la modalidad con atención médica (integral); y para cotizar a una pensión de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) sin atención médica, pasó del 10 por ciento al 14 por ciento de su salario establecido.
¿Se puede salvar al INSS? ¿Qué costo pagarían trabajadores y jubilados?
- Fórmula de cálculo de la pensión. Bajó la tasa de reemplazo máxima del 80 por ciento al 70 por ciento, es decir, lo más a lo que se puede aspirar como pensión es al 70 por ciento del salario promedio con el cual usted se va a jubilar.
- Jubilados siguen aportando al INSS el 5 por ciento de sus pensiones con el fin de garantizar su atención médica, pese a que esto debería estar cubierto tras sus años de cotizaciones.
- Reducción de asignaciones familiares. Para quienes tenía una pareja en unión de hecho estable se redujo del 15 por ciento al 13.5 por ciento y en el caso de los hijos menores de edad (hasta 21 años si están estudiando y solteros) o dependientes ascendientes (sus padres) mayores de 60 años, el porcentaje bajó de 10 por ciento a 9 por ciento.
Juan Sebastián Chamorro sostiene que ni aún con estas “medidas draconianas” se ha podido salvar al INSS de su declive.
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