Los problemas que enfrentan desde hace unos cinco años los caficultores segovianos, han terminado por pasarles factura y se verán reflejados en este ciclo productivo 2023-2024, al no cumplir la meta que se habían propuesto de sacar más de 575 mil sacos de la zona.
Algunos productores independientes y otros organizados, han confiado por separado, que según sus cálculos, unos 100 mil quintales dejarán de ser parte de la meta de sus cosechas. A factores negativos que enfrentan desde hace cinco años; como la falta de cortadores tradicionales, préstamos bancarios y de microfinancieras, mal estado de los caminos de penetración y la ausencia de políticas gubernamentales de beneficio a este sector, se añade el cierre de la empresa acopiadora CISA Exportadora.
La compañía, através de Mercon Coffee Group, se declaró en bancarrota en los Estados Unidos, lo que tiene preocupados a muchos de los caficultores porque no tienen información clara de cómo o qué compañía se encargará de comercializar el café de exportación nicaraguense en los países consumidores.
“Existe preocupación entre los productores, ya que hasta ahora el gobierno no ha dicho que empresa conocida se hará cargo de poner nuestro café en el mercado internacional”, señaló uno de los líderes cafetaleros del departamento de Nueva Segovia, y quien pidió no ser identificado por no estar autorizado a dar declaraciones públicas.
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Tiempo de incertidumbre
Los productores se quejan de la poca comunicación que tienen con gente de gobierno para responder a sus inquietudes y resolver sus problemas. Desconocen, por ejemplo, cómo marcha el monitoreo de los precios internacionales, más allá de lo que como gremio gestionan. “Es un tiempo de mucha incertidumbre”, dice otro productor.
Dijo el finquero que desde el viernes pasado el quintal del grano se cotizaba a 195.98 dólares y que el año pasado, el precio superaba los 240 dólares. “Una caída estrepitosa de precios, sería el jaque mate para los productores”, advierte.
El gobierno de Nicaragua, a través de su vocera, Rosario Murillo, se comprometió a facilitar el comercio y la exportación al sector cafetalero, tras hacerse pública la situación de CISA Exportadora. “Gestionaremos con países interesados en adquirir nuestro café de calidad ahora que hemos abierto nuevos espacios comerciales internacionales”, manifestó a horas de conocerse la bancarrota de la compañía. Sin embargo, los productores no han sido informados de esas gestiones.
El café de Nicaragua tiene como principales mercados de exportación a países como Estados Unidos, Italia, Bélgica, Panamá, Canadá, Alemania, Costa Rica, España, Australia, Suecia, México, Países Bajos, Emiratos Árabes Unidos y Jordania, según datos oficiales.
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Con muchas dificultades
En el departamento de Estelí, las zonas cafetaleras son el mismo municipio de Estelí, La Trinidad, Condega, Pueblo Nuevo y San Juan del Limay, mientras que en el departamento de Madriz las localidades cafetaleras son San Juan del Río Coco, Telpaneca, San Lucas, Las Sábanas y San José de Cusmapa. En Nueva Segovia están: Dipilto, Mozonte, San Fernando, Jalapa, Ciudad Antigua, Jícaro, Murra, Quilalí y Wiwilí.
La posible baja de 100 mil quintales de café menos en la cosecha del ciclo productivo 2023-2024, el cual está por concluir en unas cinco semanas más, se debe en parte a que los caficultores volvieron a enfrentar la falta de unos 7 mil cortadores tradicionales en las fincas y haciendas. Esto se debe a que desde el 2018, el país vive una de sus peores crisis de migración masiva, provocada mayormente por la persecución del régimen contra ciudadanos del campo y la ciudad.
“Otro el problema, es que como no hubo nuevamente préstamos bancarios no tuvimos recursos frescos adelantados para invertir en las fincas”, dijo Luis Fernando Arévalo Hernández, de la finca Los Tréboles de la comunidad de San José del Ojoche del municipio de San Juan del Río Coco, zona del departamento de Madriz.
El productor recordó que la falta de dinero dificulta preparar las covachas (dormitorios) en las fincas y la compra de víveres para los tres tiempos de comida de los jornaleros. “Había que mover camiones y camionetas para ir a otros municipios a buscar familias trabajadoras que vinieran a cortar café, aunque es inútil porque los cortadores tradicionales están fuera del país”, se quejó el finquero.
En Estelí, el sector cafetalero también enfrentó el mismo problema de los otros productores de las zonas de Nueva Segovia y Madriz. En esta región se necesitan en cada ciclo de cosecha aproximadamente unos 11 mil 350 jornaleros tradicionales.
“Cada año son menos las familias trabajadoras que encontramos para venir a cortar café a nuestras fincas. En lo personal cada año necesito unos 40 jornaleros y apenas vinieron 11 este año”, dijo José Luis Machado Tercero, productor de 80 manzanas de café en la comunidad de San Luis, municipio de San Juan del Limay, zona del departamento de Estelí.
