En Nicaragua se ha vuelto una constante ver cómo empresas de distintos sectores buscan nuevos talentos a través de ferias o anuncios en las redes sociales, en medio de una migración masiva de nicas en busca de nuevas oportunidades en otros países.
El problema es del conocimiento de la mayoría de los nicaragüenses, lo sabe el gobierno, el empresariado, sindicalistas y hasta ha sido advertido en varias ocasiones por economistas y sociólogos, la migración está pasando factura.
El economista Marco Aurelio Peña señala que en los últimos años se ha agravado la fuga de cerebros y mano de obra, es decir, el país se está quedando sin talento humano y la fuerza de trabajo.
“Las empresas demandan trabajo calificado… por supuesto que esa es una oportunidad para las personas que se quedan, pero eso no quiere decir que para todas las que están desempleadas o que están en el empleo informal y que van a mejorar sus condiciones económicas porque estamos tratando con problemas estructurales”, explica Peña.
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Un análisis similar tiene el también economista desterrado por la dictadura, Juan Sebastián Chamorro.
“Por supuesto que la migración tiene un efecto sobre el mercado laboral tomando en cuenta que los más probables a migrar son personas en edad económicamente activa que dejan sus puestos laborales para irse a otros países. Esto explica las búsquedas que hacen las empresas”, apunta Chamorro.
A corto plazo el impacto de la migración es en la falta de trabajadores y en la rotación constante de personal en las empresas, y esto lo ha reconocido el sector sindical durante las negociaciones del salario mínimo este 2024.
Pedro Ortega, secretario general de la Central Sandinista de Trabajadores (CST), reveló en febrero pasado, que en 2024 se inició con un déficit de mano de obra en algunos sectores como las tabacaleras, por la migración de más de 2 mil trabajadores y otros 4 mil en el sector textil. Agregó que esto podría aumentar al final de este año y por eso pedían aumentos salariales de dos dígitos, para evitar que los nicaragüenses se sigan yendo y retenerlos con salarios atractivos.
¿Qué desalienta a la fuerza laboral?
Pero realmente, ¿qué está empujando la migración? La respuesta ha sido más que clara en los últimos años, la represión estatal desencadenada por el régimen Ortega-Murillo, pero además otros factores como la falta de condiciones laborales, los bajos salarios y el cobro de Impuesto sobre la Renta (IR) a un significativo número de trabajadores, desalienta la fuerza laboral del país.
“Las mayores migraciones son hacia España y Estados Unidos, estamos viendo que los trabajadores se van porque el Impuesto sobre la Renta ya es pagado por el 50 por ciento de los asalariados, porque están en el rango de los 8,400 córdobas, entonces los trabajadores de las maquilas ven que las horas extras y los bonos de productividad se van para el IR”, dijo el 13 de febrero de este año el sindicalista Pedro Ortega, según declaraciones recabadas por el Vos TV.
Sin embargo, poco se ha hecho para negociar con el régimen el subir el piso para deducir el IR a los trabajadores e impedir que esto siga impactando en los ya fuertemente afectados bolsillos, por el altísimo costo de la canasta básica que ronda los 20 mil córdobas (más de 500 dólares).
“Las probabilidades (de negociación de IR) podrían ser 40-60. Elevar el piso podría ser que lo paguen quienes ganen arriba de 20 mil córdobas, por ejemplo. El gobierno podría sentarse a negociar para evitar que el malestar de la gente se siga acumulando y haciendo una pantomima de que se preocupa porque le rinda más el dinero a la ciudadanía, pero por otro lado no lo haría porque disminuiría la recaudación tributaria que lo financia”, explica Marco Aurelio Peña.
La falta de condiciones y de trabajos en los que se ofrezcan buenos salarios y sin tantos requisitos, principalmente de años de experiencia, aunado a la situación política del país y de las oportunidades que se ofrecen en el exterior como el programa de parole humanitario impulsado por Estados Unidos, hace que los nicaragüenses sigan migrando, y al régimen eso parece importarle poco, incluso ha sido capaz de desterrar a centenares de nicas y de alentar a la migración.
“Luego están ahí quejándose por los inmigrantes. Bueno, sigan poniendo sanciones e irán más inmigrantes hacia Estados Unidos”, manifestó el dictador Daniel Ortega dirigiéndose al gobierno norteamericano, a finales de octubre de 2022 durante el 43 aniversario del Ministerio de Gobernación.
No hay oportunidades atractivas
Si bien los economistas señalan que en cierto modo hay un poco de beneficio laboral para quienes se quedan porque podrían optar a nuevos empleos, ascensos, traslados y promociones a causa de la migración, en una parte de los profesionales que buscan empleo, la realidad parece ser otra.
Un joven creador de contenido para web y redes sociales, que pidió omitir su nombre, explicó a Nicaragua Investiga que no ve que haya oportunidades atractivas en el país.
“El problema de conseguir empleo ha sido siempre, incluso siendo profesional, hay plazas en las que se piden demasiados requisitos y no pagan esas habilidades del trabajador. Si una empresa pide todo eso, debería ser proporcional. En Nicaragua no existen verdaderas oportunidades laborales atractivas, por eso no es de extrañarse que la gente se vaya del país”, expone el joven.
Migración, principal problema
En las oficinas de recursos humanos de las empresas de Nicaragua ya se siente el impacto de la migración, lo ven como el principal problema de la rotación de personal y de la pérdida de mano de obra calificada y de fuerza laboral.
“La razón número uno de la rotación de personal en las empresas es la migración”, afirma a Nicaragua Investiga un reclutador con más de 14 años de experiencia, que nos pide anonimato.
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Explica que antes de que se registrara este fenómeno migratorio en Nicaragua, para aplicar a un solo puesto debían decidir entre 50 personas realmente calificadas, y que ahora el proceso se vuelve más complejo porque quienes optan por los puestos no cumplen con los requerimientos, lo que al final genera pérdidas para las empresas debido a los trámites administrativos en que incurre la contratación y capacitación.
“A veces toca entrevistar a gente que es mediocre y te vienen a solicitar un salario alto, esa es la gente que se queja. Gente que apenas terminó un curso de caja y quieren buenos puestos, gente que nunca ha trabajado en el rubro”, expone el reclutador.
En esto también concuerda el economista Juan Sebastián Chamorro.
“Aunque los puestos de trabajo libres puedan ocuparse por nuevos empleados, el problema es que hay una reducción en la productividad porque la gente tiene que pasar por un proceso de aprendizaje en las tareas nuevas”, apunta Chamorro.
Ferias laborales son cortina de humo
Por otro lado, no todas las ferias laborales parecen ser lo que anuncian, algunas son llevadas a cabo por reglamentos del Ministerio del Trabajo, pero realmente no se contrata a grandes cantidades de trabajadores, por ello se observan largas filas en las convocatorias, pero innumerables quejas en las redes sociales, de los que acuden a las convocatorias.
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“Hay empresas que para llenar un requisito en el Mitrab (Ministerio del Trabajo) hacen las ferias de empleo, pero en realidad no necesitan personal, porque en el Mitrab hay una cláusula que dice que vos tenés que estar haciendo convocatorias de manera periódica para generar empleo y contribuir a la economía del país”, explica el reclutador de personal que conversó con Nicaragua Investiga.
Agregó que “hay empresas que publican vacantes ficticias, que hacen ferias de empleo y a la larga solo necesitaban unas cinco plazas y llega el montón de gente. Cuando llega el Mitrab y ellos enseñan su estadística, quedan bien”.
El economista Marco Aurelio Peña señala que el empleo en Nicaragua no se ha recuperado y que no alcanza los niveles de 2017.
“De 2018 a 2020 se destruyeron 220 mil empleos formales y de 2020 a la fecha una vez que se dio la reactivación económica, hay empresas que han cerrado e inversionistas que se han ido”, concluye Peña.
