«En las primeras horas de la mañana del 17 de julio de 1979, el Gabinete, el Estado Mayor del Ejército, los Comandantes de los Departamentos, el Congreso y el Consejo de directores del Partido Liberal se fueron para el aeropuerto. Yo tuve la oportunidad de llevármelos a todos del país antes de que el nuevo gobierno marxista comenzara su baño de sangre». Este es parte del relato del mismo Anastasio Somoza Debayle sobre aquel día de la huida hace 45 años y el cual está plasmado en su libro Nicaragua traicionada.

Pero Somoza no es el personaje principal de esta historia, sino uno que pocas veces ha sido contado y gracias al cual las nuevas generaciones pueden dar una mirada al pasado. Pedro Antonio Valtierra, es uno de los muchos fotógrafos internacionales que llegaron a Nicaragua atraídos por el conflicto. Originario de Fresnillos, Zacatecas, México y nacido el 29 de junio de 1955. Para 1978, con apenas 23 años, era corresponsal para el periódico Unomásuno, que hizo una de las coberturas más completas sobre el avance de las guerrillas sandinistas y el fin de la dinastía somocista.

Por su trabajo, que incluyó además de la cobertura de los conflictos armados en Nicaragua, los de Guatemala y El Salvador, el reportero gráfico fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo en México en 1983 y el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en 1998.

El lente de Valtierra captó momentos clave de la historia mexicana y centroamericana. Pero hoy vamos a resumir algunas de las más recordadas fotografías que hizo en Nicaragua aquel 17 de julio y algunos días después, cuando la efervescencia por la salida de Somoza se veía y sentía en Nicaragua. Durante 4 meses, entre abril y agosto de 1979 este fotorreportero estuvo en el país y registró un total de 3,550 negativos en 35mm en blanco y negro, de los cuales menos del 10% ha sido divulgado, entre lo publicado en unomásuno, exposiciones, libros y reproducciones para carteles e invitaciones, según se indica en el estudio «La revolución sandinista en imágenes«.

En ese momento Valtierra era simpatizante de la causa sandinista, como muchos que en esa época, miraban en este grupo político la oportunidad de una transformación social y la promesa de que los más desfavorecidos cambiaran su realidad, pero hace seis años, en su libro fotográfico «Nicaragua, la revolución sandinista-una crónica fotográfica», que plasma imágenes inéditas de aquellos días, el fotógrafo escribió con decepción en la página 20: «hace 40 años pensé que veríamos un país democrático y que haría a su gente feliz […] lo que pasó después es otra historia, pero al final yo nada más retrato con mi cámara”.

1. Somoza se va

Aunque Somoza presenta su renuncia por la madrugada y desde esas horas prepara su vuelo, a las 10:30 de la mañana aun sigue en el país. El Diario unomásuno, reporta así el hecho a través de la periodista Carmen Lira, con fotografías de Valtierra.

«Cuando los periodistas ya llevaban varias horas en torno a las oficinas de Somoza, el dictador apareció vistiendo un traje gris que mostraba una mancha en el pantalón, propia de alguien que no controla sus funciones fisiológicas y aceptó hablar con los periodistas, en inglés».

Un análisis de los archivos fotográficos de Valtierra en Nicaragua señala que esta imagen particularmente «nos permite construir una narrativa visual donde Somoza, personaje principal, marcha al paredón integrado por la prensa internacional que, como señala Carmen Lira esperaba ansiosa alguna declaración». La secuencia de imágenes se ve a Somoza frente a su búnker enfrentarse a los periodistas aquella mañana.

2. Sandinistas inician su amor por propiedades de lujo

Esa mañana del 17 de julio después de que Somoza despegara en su avión y se anunciara que una junta provisional de gobierno del sandinismo que se había instalado en León meses atrás se preparaba para llegar a Managua, los guerrilleros se toman el búnker en la Loma de Tiscapa.

«La madrugada en que Somoza dimitió, Reyes Zurita y Valtierra eran los únicos fotorreporteros mexicanos que se encontraban en Nicaragua. Al primero no le publicaron una sola imagen de la toma del búnker, por el contrario Valtierra obtuvo la primera plana y dos fotografías en páginas interiores», dice en análisis fotográfico «La revolución sandinista en imágenes».

Mientras Somoza aun estaba en el aire, los guerrilleros sandinistas se tomaban sus propiedades, entraban a sus casas, se acomodaban en sus camas, sillones y bañeras.

Este análisis fotográfico dice que «simbólicamente la caída de Somoza se materializa con la toma de la fortaleza militar».

Las primeras imágenes tomadas ese día por Valtierra muestran a un grupo de catorce guerrilleros que empuñan sus armas en alto en señal de triunfo en mitad de la llamada «Loma» y se dirigen hacia el búnker de Somoza.

«Valtierra se interna en las entrañas del bunker, ubicado al sur de la capital en la Loma de Tiscapa, a escasos 50 metros del Hotel Intercontinental de Managua y de la Embajada de los Estados Unidos. El corresponsal de guerra de unomásuno camina entre las instalaciones militares de la Tercera Compañía, la Oficina de Seguridad Nacional, la Colonia Militar -donde residían los oficiales más leales-, la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería -donde se preparaban los futuros soldados de la Guardia Nacional- y los cuarteles de los cuerpos de infantería del ejército y de la Guardia Presidencial, saqueados y desiertos, dice el documento de análisis de este archivo fotográfico.

Posteriormente Valtierra retrata el saqueo en el búnker, como esta imagen, que muestra a un guerrillero llevándose una caja de armamento que encontró en el lugar.

Los milicianos disfrutaron sonrientes de los lujos en la mansión de Somoza Debayle ese día y quedan retratados para la historia.

Los guerrilleros sandinistas, incluso aprovecharon para darse una ducha en la bañera, mientras sonríen por disfrutar de los lujos de aquella enorme propiedad.

Este momento fue clave en la historia posterior al triunfo de la revolución, porque marcaría el enamoramiento del sandinismo de las propiedades de lujo que dejaron atrás no solo la familia Somoza y sus allegados, sino que más tarde, a través de varias leyes, se adjudicarían otros bienes de familias que no tenían nada que ver con la dictadura saliente, conformando la conocida Piñata, un proceso masivo de confiscación de propiedades que pasaron a manos de altos dirigentes del FSLN.

3. La plaza se alegra

La Plaza Central, luego llamada, Plaza de la Revolución, se llena de gente para celebrar el fin de 42 años de dinastía somocista, entre la multitud también hay cientos de guerrilleros sandinistas que salieron de su clandestinidad en las montañas y también festejaron.

Edén Pastora, Sergio Ramírez, Daniel Ortega, Moisés Hassan, Ernesto Cardenal y Dora María Téllez, son retratados por Valtierra entrando triunfantes, el 19 de julio de 1979, junto con la Junta de Reconstrucción Nacional a bordo de un camión de bomberos.

Cuando Valtierra presentó su libro con imágenes inéditas de esos años en Nicaragua, justamente se refirió al capítulo de la historia que su lente ya no pudo retratar, aquel, en el que el guerrillero que sustituyó a Somoza se convirtió en un dictador también. Sobre esos acontecimientos dramáticos iniciados en 2018, Valtierra dijo al Diario El País de España.

«Me duelen aquellos jóvenes de hace 40 años nos invitaron a reflexionar. La revolución la hicieron para no ser un país pobre, sino un país diferente. Lo veo con mucho dolor y sobre todo porque uno de los que está ahora al frente [Daniel Ortega] fue un joven que propuso cosas diferentes, que luchó por cosas distintas. Me duele que tantos jóvenes hayan muerto. Me duele recordar aquel entusiasmo por una revolución que dio esperanza al mundo, porque de Nicaragua se hablaba en todos lados. Nicaragua era un pueblo pequeño que luchaba por algo distinto».