Capturada en la calle por la policía, Camila Acosta fue llevada a una comisaría de La Habana donde los agentes le ordenaron que se desvistiera.
A la periodista, que trabaja para el diario español ABC y para Cubanet, un sitio independiente de noticias en línea, dos mujeres en la estación le dijeron que si se negaba, la obligarían a quitarse la ropa.
«En dos ocasiones la obligaron a desnudarse, la primera fue la más agresiva y humillante», dice un informe publicado el martes.
El caso de Acosta es uno de los 181 del informe «Tortura en Cuba», compilado por Prisoners Defenders, un grupo independiente cubano con sede en Madrid.
El informe aborda una pequeña porción de los 1.277 disidentes políticos, entre ellos periodistas, pero también taxistas y otras personas que, dice el grupo, están tras las rejas por oponerse al gobierno cubano.
Los testimonios se basan en declaraciones obtenidas a través de redes de familiares, amigos y representantes legales, y luego verificadas por Prisoners Defenders.
Javier Larrondo, presidente de Prisoners Defenders, dijo que su organización quería ir más allá de las estadísticas para brindarle a Occidente una imagen clara de cómo trata Cuba a la disidencia.
“Debemos enfocarnos en si los presos políticos reciben un trato digno o si son torturados, y este informe demuestra que en Cuba todos son torturados”, dijo a la Voz de América.
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El Centro Internacional de Prensa de Cuba, la agencia gubernamental que maneja las consultas de los medios en La Habana, no respondió a las solicitudes de comentarios por correo electrónico de la VOA.
Detenida tras cubrir protestas
En el caso de Acosta, fue detenida tras cubrir las manifestaciones de julio de 2021, las mayores protestas contra el gobierno comunista desde la revolución Fidel Castro en 1959.
Acosta fue puesta bajo arresto domiciliario después de negarse a firmar un documento que decía que era culpable de desorden público.
En ese momento, Cuba detuvo e interrogó a decenas de periodistas por su cobertura del movimiento de protesta.
Grupos de derechos humanos, la Unión Europea y Estados Unidos criticaron la respuesta de Cuba a las protestas como desproporcionada y represiva.
El gobierno cubano dijo que los encarcelados eran culpables de agresión, vandalismo y sedición.
En su informe, Prisoners Defenders encontró que la tortura se usa de manera rutinaria.
“Los actos que constituyen tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes son un reflejo más de la represión que se ejerce, entre otras razones, contra la disidencia política en Cuba”, señala el informe.
Estos métodos son también «un medio para obtener confesiones, fabricadas y falsas, con el objetivo de mantener a los activistas en prisión por largos períodos de tiempo».
El informe dice que el patrón de maltrato es «una licencia otorgada por el régimen» a elementos agresivos o inestables dentro de la policía y el ejército «que no dudan en maltratar, humillar y torturar a activistas de derechos humanos, homosexuales, transexuales y sus familias».
El informe dice que algunos guardias se abstuvieron de torturar a los reclusos porque se opusieron por motivos de conciencia.
Reclusos sometidos a extremos
Según el reporte, se ha utilizado una variedad de técnicas contra las víctimas.
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Los presos fueron privados de atención médica u obligados a hace trabajos forzados. Otros a adoptar posiciones físicas incómodas o degradantes, alegó el grupo.
Algunos fueron sometidos a períodos prolongados de confinamiento en solitario u obligados a soportar calor o frío extremos.
La agresión física o el traslado a lugares desconocidos fueron algunas de las técnicas utilizadas en las prisiones, así como propagar incertidumbre sobre el estado de sus familiares.
Otros dijeron que se les negó comida, líquidos o incluso dormir durante largos períodos, afirma el informe. En algunos casos, se impidió a los presos todo contacto con familiares o abogados.
También se documentaron amenazas físicas o intimidaciones con instrumentos de tortura.
Periodista condenado por ‘resistencia’
Entre los 181 casos analizados se encuentran dos periodistas: Acosta y Lázaro Yuri Valle Roca, periodista independiente.
Valle Roca fue detenido en junio de 2021. Fue declarado culpable y condenado a cinco años de prisión en julio de 2022 por los delitos de «resistencia» y «propaganda enemiga».
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En prisión, Valle Roca se quejó a su abogado de que le habían dado comida podrida. Ha estado sufriendo de un caso sostenido de gripe durante los últimos seis meses, dijo Prisoners Defenders.
El informe se presentará ante el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, el gobierno cubano y grupos de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
“Todas estas formas de tortura se aplican de manera generalizada y sistemática, sin limitación alguna, excepto (intuimos) en casos de objeción consciente de algunos comandantes de guardia que no actúan de la misma manera que otros”, dice el informe.
Prisoners Defenders dijo que se invitó a los encuestados a ofrecer sus declaraciones y completar un cuestionario. Las respuestas se cotejaron con otras fuentes y se verificaron las identidades de los entrevistados.
Larrondo señaló que el informe no especifica el número de periodistas supuestamente maltratados por las autoridades cubanas.
“No hemos obtenido estas estadísticas, pero la mayoría son civiles sin vínculos con la oposición o la disidencia. Son familias cubanas comunes”, agregó.
La Unión Europea anunció la semana pasada que un enviado especial de derechos humanos será enviado a Cuba este año para discutir las consecuencias de las protestas antigubernamentales en julio de 2021, informó Reuters.
Sin embargo, el principal diplomático de la UE dijo que no «impondrían» demandas a la nación caribeña.
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