Los temas que coparon la agenda en la Asamblea General de la ONU

Los discursos de varios de los mandatarios latinoamericanos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el miércoles, entre ellos los de Ecuador, Chile y Honduras, centraron principalmente su interés en la inmigración, la preservación de la democracia y el combate a las drogas.

El mandatario ecuatoriano, Guillermo Lasso, hizo un llamado a la comunidad internacional a apoyar inmediatamente el desafío que enfrenta su país ante los centenares de miles de refugiados venezolanos que se han establecido en la nación andina.

Por su parte, Xiomara Castro, exaltó las gestiones de su gobierno para hacer frente al flagelo del narcotráfico, tomando como referente la extradición a EEUU de su antecesor Juan Orlando Hernández, acusado de narcotráfico.

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Los desafíos de Ecuador: la migración venezolana y el narcotráfico

Ya en la sesión matutina del pleno de la Asamblea General, los presidentes de Ecuador y Honduras hicieron un llamado colectivo para que la región salga de la pobreza y gestione la crisis migratoria.

El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, pidió la colaboración de la comunidad internacional para acoger a los miles de migrantes venezolanos que se han instalado en su país después de que su gobierno impulsara “el proceso de registro de permanencia migratoria de extranjeros sin importar su condición migratoria”.

“Se alcanzó la cifra de 201.000 ciudadanos registrados, y en su mayoría son ciudadanos venezolanos que llegaron a Ecuador huyendo del hambre y del autoritarismo”, dijo Lasso asegurando que su compromiso pasa por “darles un mejor futuro garantizando todos sus derechos”.

El mandatario ecuatoriano aseguró que los “brazos han estado extendidos para proteger a esta población que nos pide cobijo”, aunque reconoció que “la política de puertas abiertas requiere el valioso apoyo de la comunidad internacional”.

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Xiomara Castro defiende su política antidroga en Honduras

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien cerró la primera parte de la sesión, aseguró que el compromiso de su gobierno pasa por “combatir y desmantelar el narcoestado” creado por su predecesor en el cargo, Juan Orlando Hernández.

Sobre eso, denunció que las acciones del expresidente hondureño, acusado por Estados Unidos por conspiración y organización de narcotráfico, “saqueó y destruyó la institucionalidad en el país, adulteró la voluntad popular con fraudes electorales e impuso el terrorismo de estado con escuadrones de la muerte”.

“El respaldo popular ha quedado demostrado con las recientes movilizaciones de la resistencia popular a nivel nacional, con cientos de miles de hombres y mujeres agradecidos, que me han manifestado su apoyo por nuestra lucha por el retorno al estado de derecho y la restitución de la dignidad al pueblo hondureño”, dijo.

Además, Castro hizo un llamado a una cooperación multinacional para hacer crecer la región, hacerla salir de la pobreza, en particular mirando a la situación que está viviendo Haití.

“No debemos olvidar nuestros hermanos y hermanas de Haití. La crisis humanitaria de una nación oprimida y revolucionaria merece todo nuestro apoyo y nuestra solidaridad“, dijo.

Chile recalca necesidad de la democracia en la región

El presidente chileno, Gabriel Boric, abrió su disertación ante la Asamblea abordando cómo su país superó la crisis de inestabilidad política y social tras el golpe de Estado por parte de Augusto Pinochet hace cincuenta años, pero a la vez señaló a gobiernos de la región por la práctica del autoritarismo y las imposiciones unilaterales.

Boric se refirió de manera específica a la persecución política que sufren en Nicaragua los que se atreven a pensar diferente y denunció al gobierno del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, por las constantes violaciones a los derechos humanos, impidiéndoles ejercerlos e, incluso, llegando a retirarle la nacionalidad a quienes se ven obligados a salir al exilio.

También rechazó que Estados Unidos haya impuesto sanciones económicas a Venezuela las cuales, dijo, “no aportan a mejorar las condiciones de vida del pueblo venezolano”, y llamó además a levantar el embargo económico contra Cuba y a sacar a la isla de la lista de países que patrocinan el terrorismo.

Crisis fronteriza de República Dominicana con Haití

Hace pocos días la disputa que República Dominicana tiene con Haití por el uso de las aguas del río Masacre, tomó un nuevo nivel cuando propietarios haitianos desviaron las aguas hacia su país.

“No hay ni habrá nunca una solución dominicana al problema haitiano”, dijo el presidente Luis Abinader, cuyo gobierno tomó la decisión la semana pasada de suspender los visados y cerrar las fronteras aéreas y terrestres a ciudadanos de Haití.

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Además, el mandatario dominicano expresó su preocupación por el deterioro de la situación en el vecino país y llamó a que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe finalmente el envío de una fuerza multinacional, a fin proporcionar seguridad a la población allí ante el auge de la violencia por parte de las pandillas

Brasil-EEUU por un trato equitativo

La jornada del miércoles en la Asamblea General de las Naciones Unidas estuvo marcada también por una serie de reuniones bilaterales entre mandatarios, como la del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo estadounidense, Joe Biden.

“Brasil ha vuelto”, aseguró Lula da Silva, quien resaltó el rol de su país como líder del Sur Global y pidió un trato “entre socios iguales” al país norteamericano.

“Una nueva era para la relación entre Estados Unidos y Brasil, entre socios iguales, una relación soberana, pero de interés común que beneficia a los trabajadores de su país y de mi país”, dijo.

Tanto el presidente brasileño, como el estadounidense anunciaron que ambos países cooperarán para promover los derechos de los trabajadores y detener la explotación laboral. Además, dijeron que buscarán más socios globales en esto.

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Crisis climática

Durante la jornada, los líderes del mundo se enfocaron también en lo que viene pasando con el medioambiente durante la Cumbre de Ambición Climática, celebrada en el marco de la Asamblea General.

El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que se está acabando el tiempo para hacer frente al cambio climático, en parte debido a la «avaricia descarada» de aquellos con intereses en los combustibles fósiles.

“La humanidad ha abierto las puertas del infierno. El calor horrendo está teniendo efectos horrendos. Agricultores angustiados que ven cómo las inundaciones arrastran sus cultivos. Las temperaturas sofocantes generan enfermedades. Y miles de personas huyen aterrorizadas mientras se desatan incendios históricos”, dijo.

Zelenskyy se une al Consejo de Seguridad de ONU

Este miércoles también se llevó a cabo la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que contó con la participación del residente de Ucrania, Volodomyr Zelenskyy, quién por primera vez acudía en persona a este encuentro para abordar la invasión rusa en el país.

El primer ministro albanés, Edi Rama, quien presidía la tensa sesión, respondió al embajador ruso Vassily Nebenzia, después de que este objetara que el presidente ucraniano tomara la palabra.

«Existe una solución para esto», continuó Rama, dirigiéndose directamente a Nebenzia: «Si están de acuerdo, detendrán la guerra y el Presidente Zelenskyy no tomará la palabra».

El embajador ruso no estuvo de acuerdo. Continuó diciendo que la sesión era un espectáculo y criticó a Rama por lo que consideraba declaraciones políticamente cargadas en lugar de actuar como un guardián neutral del procedimiento.

Después de la sesión, Zelenskyy agradeció a Rama en las redes sociales afirmando que el albanés, que es tanto artista como exjugador de baloncesto, «mostró al mundo cómo tratar correctamente a Rusia, sus mentiras y su hipocresía».

Al buscar justificar su invasión, Moscú ha sostenido que las aspiraciones de Ucrania de integrarse con Occidente, incluida la OTAN, representan una amenaza para la seguridad nacional de Rusia, una afirmación que Kiev y sus aliados tildan como un pretexto infundado para el ataque.

Cuando le dieron la palabra después del intercambio, Zelenskyy pidió que a Rusia se le retire el derecho a veto como uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU de la posguerra, como una muestra de castigo por atacar a Ucrania.

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Después de que Zelenskyy se marchara, el ministro de relaciones exteriores ruso, Sergei Lavrov, defendió el uso del veto por parte de Moscú como legítimo, acusando a Kiev y a Occidente de seguir selectivamente los principios de la Carta de la ONU de 1945 solo cuando les conviene.