Una manifestación que transcurría con relativa normalidad el lunes frente a la Casa Presidencial en la capital costarricense se tornó violenta de repente, sin que aún estén claras las razones, cuando los manifestantes empezaron a lanzar piedras y objetos, y la policía respondió con gases lacrimógenos.
La manifestación fue convocada por los líderes del Movimiento Rescate Nacional, una organización que agrupa a diferentes gremios de la sociedad civil (campesinos, sindicatos, algunos transportista y ciudadanos), contra las medidas económicas del gobierno del presidente Carlos Alvarado.
“Incluso, como se puede ver en los videos de varios medios de comunicación, no solo son piedras, sino pedazos de acera que empezaron a despedazar para atacarlos”, relató el ministro de Seguridad, Michael Soto, en una conferencia de prensa virtual.
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Esto provocó un ambiente de tensión en la comunidad de Zapote, cercana a la oficina presidencial, debido a la detención de personas y despliegue policial, que “dejó a 11 oficiales heridos, dos de ellos de gravedad y 28 personas arrestadas”, según detalló Soto en un informe tras controlar la situación.
En otra conferencia de prensa, el dirigente del Movimiento Rescate Nacional, el exdiputado Célimo Guido, explicó que las acciones violentas se dieron por dos razones: la negativa de la presidencia para recibir a los líderes de esa agrupación y la supuesta infiltración policial en la protesta.
“Esto está empezando. Si el gobierno creyó que porque nos ataque ferozmente en el campo y ahora en Casa Presidencial nos vamos a ‘achicopalar’ (amedrentar), eso no es así. En el Movimiento Rescate Nacional, nadie se arrodilla, nadie echa para atrás”, declaró Guido.
Costarricenses muy preocupados
Consultados por la Voz de América sobre el clima de crispación que se vive en su país, algunos costarricenses admitieron su malestar por el operativo policial de este 12 de octubre. Alejandro Salas, un motociclista que quedó atrapado en la confrontación, explicó su impresión.
“Es demasiada la represión que hay. Le digo a Carlos Alvarado que renuncie, que le diga al ministro de Seguridad que venga acá, aquí ahí hay casas, eso no se hace. Vengo pasando aquí y me afectan los gases lacrimógenos, casi me estrellé”, expresó Salas.
Otros, como Rosario González, una adulta mayor que tuvo bajarse de un autobús y caminar unas cuadras más para llegar a su casa, no pudo disimular su preocupación por la realidad que afronta Costa Rica.
“Imagínese como puedo sentirme, atemorizada y con susto… esto está fatal», relató González.
Ya son más de 12 días de manifestaciones y bloqueos de carreteras, que comenzaron como protesta a una propuesta que iba a presentar el gobierno al Fondo Monetario Internacional (FMI) para un préstamo de 1.750 millones de dólares para amainar los efectos económicos causados por la pandemia de COVID-19 en las finanzas públicas del país centroamericano.
La propuesta fue descartada por Alvarado y concertó en la última semana reuniones con diferentes sectores de la sociedad costarricense y el despliegue de miembros de su gabinete para que los huelguistas suspendieran los bloqueos, los cuales en su mayoría fueron depuestos.
Alvarado anunciará junto al presidente de la Asamblea Legislativa, Eduardo Cruickshank, el inicio de una mesa de diálogos el próximo 17 de octubre, con diferentes miembros de la sociedad civil, políticos y empresarios, pero sin la presencia, de momento, del Movimiento Rescate Nacional.
Estos diálogos contarán con la mediación del centro de estudios Estado de La Nación y sus resultados o propuestas se darán a conocer tres o cuatro semanas después del inicio de las conversaciones.
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