El ciudadano Carlos Alberto Mendoza Ramos, de 44 años, originario de Tipitapa perdió la vida luego de ser embestido por un toro que le propinó una cornada en la cabeza.
El infortunado hombre se encontraba sentado dentro de una barrera de toros, ubicada en su municipio de origen, cuando abruptamente fue embestido por el enfurecido animal, llamado “El Venado”.
Mendoza Ramos, quien habitaba frente al complejo judicial del municipio de Tipitapa, falleció de manera instantánea debido a que el ataque del animal le provocó un trauma craneal severo que acabó con una fuerte hemorragia.
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Pese a que paramédicos de la Cruz Roja brindaron asistencia inmediata, no pudieron hacer nada para salvar la vida de Carlos Mendoza.
Crueldad animal
El fatal incidente enciende nuevamente los debates sobre este tipo de eventos en los que los animales son estresados entre ruidos y sometidos al sufrimiento para despertar su agresividad, que luego se ve reflejada en las embestidas hacia ciudadanos que resultan con graves lesiones y hasta pierden la vida.
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En Nicaragua las corridas y fiestas de taurinas son muy comunes en los diferentes municipios del país y aunque existe una ley de protección y bienestar de los animales (Ley 747), que obliga a que se les dé un “trato digno y respetuoso” cuando son utilizados en espectáculos; es notorio darse cuenta del sufrimiento al que son sometidos.
En mayo de 2011 cuando fue aprobada dicha ley, se prohibió las “corridas de patos, tiro al blanco, gallo tapado u otros, cuyo fin sea causarles daños, lesiones o la muerte de los mismos”; sin embargo, se siguió permitiendo “las peleas de gallos” y “las montas de toros”, pese a que estas también son formas de crueldad animal.
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