La Asamblea Nacional, controlada por el gobernante Frente Sandinista, aprobó este lunes un financiamiento por 116 millones de dólares adicionales provenientes del Banco Mundial, a través de la International Development Association (IDA), para la ejecución del “Proyecto de Respuesta a la Emergencia COVID19”.
La iniciativa fue introducida el pasado 15 de julio con “trámite de urgencia” por Daniel Ortega, quien argumentó en la exposición de motivos que en “Nicaragua se ha logrado avances significativos en la mejora del estado de salud de su población y estos logros deben conservarse como motores del crecimiento económico sostenible y la reducción de la pobreza”.
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En 2020, se aprobó un préstamo de 20 millones de dólares para “combatir la pandemia” que también fueron solicitados al Banco Mundial, los que totalizan 136 millones de dólares.
Sin embargo, desde la llegada de la pandemia a Nicaragua, no se decretó un “estado de emergencia”, tampoco se tomaron medidas de parte del gobierno para frenar los contagios. En cambio, el régimen ha promovido actividades masivas desoyendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Compras de vacunas?
El financiamiento de 116 millones de dólares tiene como supuesto objetivo garantizar el despliegue efectivo de las vacunas COVID19 a fin de fortalecer la respuesta de salud en general ante la pandemia y robustecer la resiliencia general del sistema de salud del país, indica la iniciativa presentada.
Pero el régimen ha recibo grandes lotes de dosis de vacunas donadas por Estados Unidos, Rusa, India, China, Canadá, entre otros países.
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El documento también refleja que se garantizará la compra de insumos y equipos médicos para fortalecer la prestación de servicios de salud para los casos leves y graves del COVID19 y la protección del personal de salud de hospitales y centros de salud.
Por otro lado, el préstamo “contribuirá” al fortalecimiento de la respuesta del sistema de salud ante la pandemia a fin de robustecer la atención y tratamiento de enfermedades no transmisibles y transmisibles que permita enfrentar mejor los efectos de la pandemia a corto y largo plazo.
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