Surge la preocupación de que opositores y trabajadores del Estado son más vigilados a través de sus publicaciones en redes sociales. El método de espionaje, amenaza los derechos y libertades civiles de los nicaragüenses y lo confirmó un joven que dejó recientemente llegó a Estados Unidos beneficiado por el Parole humanitario. Él denunció que la policía orteguista y paramilitares, lo seguían por sus publicaciones en Facebook.
“La policía comenzó a investigar después que finalizó la Semana Santa. En esos días publiqué el asedio de la policía a las procesiones e iglesia a la que asistía”, dijo Edwin, un joven que pertenecía a la comunidad parroquial San Juan Bautista de Sutiaba, en el municipio de León.
El 1 de mayo, Día de los Trabajadores, Edwin salió de Nicaragua con rumbo a los Estados Unidos, favorecido por el permiso humanitario que evitó que cayera en las manos de la Policía Orteguista. Asegura que le venían dando seguimiento por sus publicaciones en contra de la represión.
“Un amigo me dijo que la policía me estaba vigilando y que me estaban abriendo un proceso por robo con intimidación. Mi delito fue publicar sobre el destierro de monseñor Rodrigo Urbina y las amenazas de la Policía contra la Iglesia para que no sacaran las procesiones en la Semana Santa”, contó.
Jovenes perseguidos
Agregó que en el 2018, los jóvenes de León le dijeron “fuera” a Ortega, sin embargo, se aferró al poder y respondió con las armas. “Desde entonces, el asedio, las amenazas de muerte, la cárcel y el exilio forzado no han parado y ahora nos vigilan por las redes”, denunció.
El joven, de 25 años, es católico practicante, y ha criticado las acciones arbitrarias que comete el régimen de Ortega y Murillo contra la iglesia católica y el pueblo nicaragüense secuestrado por su política represiva. Aseguró que dos de los miembros de su comunidad también se vieron obligados a dejar su tierra y exiliarse para salvar sus vidas porque los perseguían por compartir noticias de medios opositores.
“Hay una cacería de bruja en León contra todo opositor. Hace un mes una amiga que trabajaba para el gobierno también se exilió porque la tildaron de golpista, solo por criticar el asedio de la policía a las iglesias. En Nicaragua, la mayoría somos católicos y marianos por excelencia, eso no lo va a cambiar Ortega”, recordó.
¿Quiénes vigilan las redes?
Un expolicía consultado para este reporte, dijo que la búsqueda de opositores inició desde el 2019, luego que el régimen de Ortega logró tener el control del país, pero no de las redes sociales.
“En la actualidad es una de las herramientas utilizadas por el equipo político y el de Inteligencia. Ellos vigilan las redes sociales de opositores y de trabajadores del Estado con el objetivo de identificar posibles amenazas de rebelión”, manifestó el expolicía que desertó a principios del 2022 y ahora vive en el exilio.
Aseguró que la Juventud Sandinista también vigila y que estos se encargan del monitoreo de las redes sociales y medios opositores, pero la Policía no confía en ellos. Entonces ahora lo hacen con el apoyo de políticos, estudiantes del CUNN, el Tecnológico Nacional Inatec, Alcaldía, Ministerio de Salud, Educación, Juzgado y operadores del departamental del FSLN.
Con cuentas falsas
Una fuente allegada al departamental del partido sandinista en León, reveló que el régimen también utiliza las redes sociales para tener una «oreja parada» a través de cuentas falsas para identificar a los opositores y cualquier coordinación de movimiento que estos estén haciendo.
«Estas orejas monitorean una larga lista de sitios web y páginas de noticias que han sido creadas desde el 2018, y que han tenido buena aceptación en las plataformas de redes sociales. Este tipo de vigilancia puede alertar al gobierno sobre las últimas noticias que se publican de orden político, social y religioso y que son identificadas como una amenaza o peligro para el régimen», manifestó la fuente.
Expertos cibernéticos alertaron de los peligros que hay en la profundidad de la web y recomendaron al usuario a saber identificar a sus contactos, amigos o seguidores en sus plataformas de red social ahora monitoreada por policías y su sistema represivo en Nicaragua para encarcelar, enjuiciar y condenar.
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