Costa Rica es uno de los cinco países que el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, visitará próximamente como parte de su primera gira tras su nombramiento oficial el 20 de enero.

Ese país centroamericano es el epicentro de un numeroso, pero cada vez más dividido y frágil racimo de activistas políticos opositores nicaragüenses exiliados tras el inicio de la crisis sociopolítica de 2018. Por esa razón, una delegación de estos grupos habrían aprovechado para solicitar un encuentro con el alto representante de la diplomacia estadounidense, pero este declinó la invitación. Así lo confirmó a Nicaragua Investiga una fuente cercana a congresistas norteamericanos.

Otra fuente consultada bajo anonimato y vinculada al activismo político en el exilio, confirmó esta información. Aunque el rechazo a un encuentro aparentemente está relacionado al poco tiempo del que dispone Rubio para su gira, los grupos opositores parecen estar temerosos de que los rumores que se han empezado a propagar sobre un rechazo de la nueva administración a la supuesta tendencia izquierdista o progresista de los principales activistas políticos nicaragüenses sean ciertos y vayan a tener consecuencias.

Trump y su equipo abrazan las tendencias más radicales de la ultra derecha y han prometido no tener vínculos con lo que califican como comunistas, en ninguna de sus tonalidades.

Con un Trump sin censura ni límites ¿Qué hará Ortega con su retórica ofensiva contra EEUU?

Consultamos al activista político opositor Félix Maradiaga sobre esta situación, pero nos indicó que estaba trabajando y no podía atendernos en ese momento.

Juan Sebastián Chamorro mientras tanto, dice que de parte de ellos nunca solicitaron una reunión con Rubio, porque «es ilógico pensar que el recientemente nombrado Secretario de Estado se iría a reunir más allá de las autoridades del país que visita» y dice que gestionar un encuentro a ese tan alto nivel suele tomar mucho tiempo.

Una oposición que arrastra años de decepciones

Un analista político consultado bajo anonimato, señaló que este rechazo de Rubio puede ser el indicio de un agotamiento claro de Estados Unidos hacia una oposición, que aun con todo el apoyo de la potencia geopolítica, no ha hecho más que decepcionar y dividirse.

«Con su bizantismo y voracidad han botado al basurero las oportunidades», indicó el analista.

Este también recordó que esta administración está más orientada a los resultados, y que no teme seguir métodos radicales para enfrentarse a los países a los que considera una amenaza a sus intereses, en lugar de escoger la influencia sutil, que es lo que han hecho otros gobiernos al apoyar a grupos políticos de oposición.

«Después de 7 años estos grupos no han logrado crear una coalición, no alcanzan ni siquiera a ponerse de acuerdo, y por el contrario, la crisis se ha agudizado en Nicaragua. Esta administración ha dejado claro que vienen a eliminar los desperdicios, y en ese sentido estos esfuerzos hechos con estos grupos no son más que enormes decepciones», indicó el especialista, que aseguró que para Trump «estos grupos ya no son indispensables».

En las redes sociales la batalla está a dos bandos. Unos que creen que los opositores no han hecho nada significativo, y otros que reconocen que no hay mucho que hacer con un régimen tan avasallante como el de Ortega, y atribuyen a estos activistas políticos algunas de las más importantes batallas ganadas, como los informes internacionales generados por especialistas en derechos humanos y que documentaron claramente crímenes de lesa humanidad por parte del régimen.

Maradiaga y Trump

El pasado mes de noviembre, poco después de que se conocieran los resultados de las elecciones en Estados Unidos, el activista opositor Félix Maradiaga publicó con entusiasmo que el equipo de transición de Trump lo había buscado.

“Ellos nos dijeron que les interesa que los opositores de Nicaragua, Cuba y Venezuela unamos nuestros puntos de vista frente a tres dictaduras similares para que las acciones que vengan de parte de Estados Unidos tengan un impacto conjunto en la búsqueda de la democracia”, explicó a medios internacionales Maradiaga en esa ocasión.

Sin embargo, ahora, todo hace indicar que esos acercamientos van a tener que esperar, o peor aún, que los grupos políticos de oposición podrían ser sometidos antes a un riguroso escrutinio para saber qué han hecho en estos 7 años.

Rubio está claro

Aunque las acciones de Rubio parecen desconcertar ahora a los mismos activistas opositores nicaragüenses que tanto celebraron su nombramiento, una cosa parece no estar en duda. El nuevo Secretario de Estado tienen claro hacía donde es prioritario apuntar.

El pasado 15 de enero  durante una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Rubio declaró que el régimen de Daniel Ortega es una amenaza para Estados Unidos.

«Los nicaragüenses básicamente han invitado a los rusos a establecer un ejército en Nicaragua, en nuestro hemisferio, que representa una amenaza a nuestra seguridad nacional que debe ser abordada», dijo.

El año ha empezado agitado con Trump para los opositores que vieron detenidos los programas de respaldo a su trabajo  de incidencia, a través de los programas de USAID. Lo que se plantea en los círculos políticos ahora es solo una duda: «¿Será solo un impasse o Trump ya no necesitará como intermediarios a los opositores y negociará directamente con Ortega?».