A cuatro años del inicio de las protestas antigubernamentales de Abril del 2018, la vocera del régimen sandinista, Rosario Murillo, aseguró que ese año en Nicaragua hubo una manipulación y que lo que se presentaba en los medios era un «teatro».
«Nosotros hemos conocido la manipulación a través de la información y la comunicación. ¡Cuántos escenarios fueron coreografiados, construidos aquí en ese nefasto abril que todos aborrecemos y que nunca volverá! ¡Cuántos escenarios, los vimos, los veíamos! ¡Cuántas personas incluso fuera del país se confundieron cuando vieron teatro, teatro puro!, por eso sabemos que hay coreografías, escenografías construidas para pretender movilizar conciencias hacia un lado o hacia otro», expresó Murillo este miércoles, completando ya tres días seguidos de lanzar amenazas, insultos y acusaciones a los líderes católicos y a los opositores.
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Murillo catalogó a quienes protestaron en el 2018 como «destructores de la paz», que querían «que el mundo creyera que la insurrección (sandinista de 1979) se repetía en Nicaragua».
«Lo que había era crimen, crimen organizado, con montajes coreográficos que simulaban la epopeya de la insurrección», indicó.
En sus ataques verbales omitió adrede los testimonios de las víctimas y las investigaciones de organismos de derechos humanos que señalan al gobierno y al Frente Sandinista de masacrar las protestas.
Murillo, cuyo régimen ha ido confiscando medios de comunicación independientes y silenciando, encarcelando y obligando a exiliarse a periodistas, dijo que «la mentira tiene patitas cortas» y que «todos los trucos de la comunicación cesaron».
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Dijo que eran «todos los trucos que incluían la presentación del vandalismo como heroísmo, que incluían falsos profetas bendiciendo la maldad, la perversión, usando y jurando en el nombre de Dios totalmente en vano».
En momentos en que se denuncia al ejército ruso por cometer crímenes de guerra y matanzas en Ucrania, Rosario Murillo, cuyo régimen es aliado de Rusia, aseguró que actualmente «se manipula se abusa de una comunicación tendenciosa» y que «pretenden hacernos creer que el mundo es como lo quieren las potencias».
De acuerdo a organismos de derechos humanos, las protestas antigubernamentales del 2018 en Nicaragua dejaron más de 320 personas asesinadas, la mayoría opositores.
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