La industria de las rosquillas atraviesa por enormes dificultades por las imparables alzas en los precios de la libra de queso, cajillas de huevos, cajas de margarinas y el quintal de maíz, entre otros insumos, los que se utilizan para la producción diaria de las sabrosas rosquillas somoteñas y del municipio de Yalagüina, ambas zonas del departamento de Madriz.
Desde hace tres semanas que el quintal de maíz pasó de costar mil 100 córdobas, su precio anterior era de 950 córdobas. “Creemos, y no descartamos, que el quintal de maíz se oferte a mil 200 córdobas esta misma semana”, aseguró Wilfredo Miranda, comerciante minorista de un puesto de granos básicos en las inmediaciones del mercado municipal de la ciudad de Somoto, cabecera del departamento de Madriz.
Mientras que la cajilla de huevos pasó de costar 160 a valer 170 córdobas, y la unidad se ofrece en ocho córdobas. “Hace unos días un huevo costaba seis córdobas y ahora lo compramos a ocho pesos”, dijo Esperanza Manzanares, habitante del Sector 17 de Somoto, parte noreste de esta localidad, quien agregó que la libra de queso lo están comprando a 120 córdobas, “valía 90 la libra”, dijo.
Por su parte, Yolanda Tercero, propietaria de un pequeño taller de rosquillas en la comunidad La Esperanza del municipio de Yalagüina, zona de Madriz, dijo que la caja de margarina también subió de precio. “Últimamente la estábamos comprando caro, como a 2 mil córdobas la caja, pero ahora ya nos vino a 2 mil 300 córdobas”, puntualizó.
Talleres la pasan mal
También otras propietarias de talleres de rosquillas en la ciudad de Somoto, en Madriz, y que no quisieron ser identificadas para evitarse problemas con el gobierno, aseguraron que desde hace unos cinco años que vienen implementando medidas difíciles para esa industria con la finalidad de no cerrar, a como ya ocurre con unos siete negocios en Somoto y Yalagüina.
“Estamos reduciendo el tamaño de las rosquillas y hasta el número de unidades en las bolsas de empaque, esto con el objetivo de no subirle al precio”, dijo una de las consultadas.
Las propietarias de unos 46 talleres de rosquillas en Somoto y Yalagüina, en Madriz, llevan años enfrentando una serie de problemas que a obligado al recorte de producción, reducción de días laborados y despidos de personal y tener que implementar el trabajo de mano de obra familiar, mientras que ya unos siete talleres han cerrado operaciones. Entre los serios problemas enfrentados está la caída de las ventas, ante la ausencia de compradores, principalmente la ausencia de turistas extranjeros, la caída de las exportaciones a España, Estados Unidos y países centroamericanos.
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Otros insumos suben
Además de las alzas en los precios del queso, huevos, maíz, aceite o margarina, la carga de leña para el encendido de los hornos tradicionales al igual que el uso de cilindros de gas para hornos mejorados, también han subido de precio las panelas de dulce de caña.
“Cada día es más difícil sostener un taller de rosquillas, porque las ventas se han caído. Recordemos que el sector turístico nos generaba grandes ventas por la llegada de turistas extranjeros, ahora solo vienen unos cuantos (turistas) nacionales pero estos compran muy poco”, se lamentó una de las propietarias de un negocio de producción de rosquillas somoteñas.
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