En noviembre de 1967 Casimiro Sotelo, Roberto Amaya, Hugo Medina y Edmundo Pérez, fueron ejecutados por la Guardia Nacional de Somoza a la orilla del lago de Managua. A ellos la dictadura les atribuyó el asesinato del sargento Gonzalo Lacayo. Los dos primeros eran inocentes del crimen, los que sí habían participado eran Medina y Pérez junto a Daniel Ortega y otros miembros del FSLN.
El libro El Preso 198, del periodista Fabián Medina, señala que en octubre de 1967 Daniel Ortega y los guerrilleros sandinistas Hugo Medina, Edmundo Pérez, Óscar Turcios y Gustavo Adolfo Vargas, asesinaron a Gonzalo Lacayo en venganza, porque estaba considerado como uno de los más grandes torturadores de sandinistas.
Esto enfureció a la Guardia Nacional porque le habían asesinado a un destacado oficial, en consecuencia emprendieron una intensa búsqueda de los asesinos. Fue así que el mediodía del 4 de noviembre el teniente Alesio Gutiérrez descubrió la casa de seguridad en Monseñor Lezcano donde estaban Casimiro Sotelo, Hugo Medina, Roberto Amaya y Edmundo Pérez.
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Ortega confesó su participación en asesinato
El mismo Daniel Ortega confesó en septiembre de 1987 a la revista Playboy, haber participado en el asesinato de Lacayo.
“En relación a un verdugo como Lacayo, cuando lo matamos, pues yo me sentí satisfecho. Sentí que estábamos haciendo algo justo: eliminar a un individuo dañino, un verdugo”, declaró Ortega, quien nunca pagó por ese crimen, pese a haber pasado varios años en la cárcel por asaltar la sucursal del banco Kennedy, en Managua.
Ortega le debe la vida a Casimiro Sotelo
Jacinto Suárez, amigo personal de Daniel Ortega, relató en su libro «En el mes más crudo de la siembra», que la noche que mataron a Gonzalo Lacayo, a él lo sacaron como a la 1:00 de la mañana de su celda en La Aviación y el alcaide, Orlando Gutiérrez, el mismo que luego recibió a Ortega, le dijo: “¿Vos sabés cómo se ve un cadáver con 18 balazos?”, en ese momento no supo de qué se trataba, pero tiempo después se enteró.
“Si no hallaban a los que lo mataron, me matarían a mí”, contó Suárez en su libro. “Necesitaban matar a alguien para vengar la muerte de Gonzalo Lacayo”, agregó Suárez, fallecido en el 2020.
Por esta razón es que Suarez creía que él y Daniel Ortega, arrestado el 18 de noviembre de 1967, le debían la vida a Casimiro Sotelo y demás sandinistas que ejecutó la Guardia el 4 de noviembre después de su captura.
“Si a ellos no los hubieran matado, seguro nos hubieran matado a nosotros. A Casimiro se le atribuyó la muerte de Lacayo aunque no hubiera tenido nada que ver, porque la orden de Carlos Fonseca era que en los interrogatorios les echáramos la culpa a los muertos”, relató Jacinto Suárez en sus memorias.
Ortega el “Soplón”
Pero el que Casimiro Sotelo y otros sandinistas acabaran pagando por un crimen cometido por Ortega, Hugo Medina, Edmundo Pérez, Óscar Turcios y Gustavo Adolfo Vargas, no fue lo único que se le atribuye al actual dictador de Nicaragua, también ha sido identificado como un “soplón” entre las filas del sandinismo.
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A finales de agosto de 2018 la exguerrillera e historiadora Dora María Téllez dio a conocer documentos en los que indica que Ortega “sopló” todo el proceso de formación del incipiente Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de los primeros movimientos guerrilleros en la montaña, en ese entonces en la clandestinidad. Igualmente dio los nombres de los principales líderes estudiantiles de aquel entonces.
Cuando Daniel Ortega cayó en prisión por el asalto bancario el 18 de noviembre de 1967, fue sometido a interrogatorios y confesó su participación en la lucha sandinista.
En el extenso relato, Ortega revela las direcciones de las casas de seguridad y los nombres de los colaboradores que las habían dispuesto para proteger a los involucrados en la rebelión armada, entre 1964 y 1967, desde que él se integró a la organización. “Relate en forma detallada sus actividades en el Frente Sandinista desde su ingreso hasta la fecha de su captura”, le pidieron los interrogadores al hoy dictador.
Las confesiones de Ortega también fueron noticia el 20 de noviembre de 1967. En esa fecha el periódico oficialista Novedades relató que Daniel Ortega, al ser interrogado por la Oficina de Seguridad “dio una serie de pistas y detalles relacionados con el movimiento subversivo”.
Extracto del periódico Novedades. Foto: redes sociales.
“Por las mismas informaciones suministradas a la seguridad, por el individuo Daniel Ortega, se ha verificado una serie de cateos en Managua y otros lugares de la República”, se lee en parte del artículo.
A menos de tres meses de cumplirse 56 años de la ejecución de Casimiro Sotelo, el régimen de Ortega trata de retribuirle el haber tenido que pagar por un crimen que no cometió, al imponer su nombre a una “nueva universidad” en las confiscadas instalaciones de la UCA, la cual tenía 60 años de existencia.
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