El control que el régimen Ortega-Murillo pretende establecer con la confiscación de las universidades privadas, traerá consecuencias en el desarrollo del país, señala el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM).
“Convertidas en centros de adoctrinamiento, el control de las universidades tiene implicaciones para el desarrollo del país”, expone el CETCAM en su reciente boletín de análisis político Perspectivas.
El organismo destaca que el acelerado control que los Ortega-Murillo han venido imponiendo sobre las universidades y otros centros educativos, “apunta a un modelo de adoctrinamiento más que de educación”.
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La UCA era más que una universidad
Esa misma percepción de “adoctrinamiento” la sintieron muchos de los estudiantes de la Universidad Centroamericana (UCA), cuando su alma máter fue confiscada y convertida en la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro. Lo mismo ocurrió con otras 27 universidades confiscadas por la dictadura.
“Mi sentir es de tristeza porque la UCA era casa, era familia. No era un espacio donde yo solo me llegaba a sentar a recibir clase y ya está, no, la UCA a vos te permitía crecer a nivel humano, a nivel espiritual, intelectualmente, a nivel artístico, socialmente”, explicó una estudiante bajo condición de anonimato a Nicaragua Investiga.
Para esta estudiante, la UCA era un espacio diferente donde se sentía que «abrías la puerta y entrabas a otra Nicaragua, a una Nicaragua soñada, a una Nicaragua libre, a una Nicaragua donde eras respetado en tu esencia por ser persona, donde tu voz tenía un espacio».
«Entrar a la UCA era soñar de que un día Nicaragua podía ser diferente (…). Que nos hayan quitado la UCA para mí fue como que me quitaron una esperanza”, subrayó.
“Blancos de la represión”
Según el CETCAM, la “arbitraria” confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) y, la posterior cancelación de la personería jurídica de la Asociación Compañía de Jesús de Nicaragua, han generado “una enorme zozobra entre la población y un amplio rechazo internacional por representar otro de los ataques abiertos en contra de la Iglesia Católica, así como a la educación y el control sobre los jóvenes del país”.
“Las universidades se convirtieron en blancos de la represión de los Ortega-Murillo inmediatamente después que iniciaron las protestas de 2018 por la participación de los jóvenes estudiantes, esto ha significado el cierre de 27 universidades desde diciembre 2021 hasta agosto del 2023 y se estima que la cantidad de estudiantes afectados alcanza ya casi los 43 mil”, expone la organización.
El CETCAM sostiene que el cierre de la UCA y de la Compañía de Jesús además de castigar a la educación superior busca la venganza contra la Iglesia Católica, “es parte de la confrontación abierta que mantiene con la Iglesia Católica hasta el más alto nivel”.
Estudiantes frustrados
La exestudiante de la UCA mostró su enojo y frustración al darse cuenta que la universidad en la que cursaba el cuarto año de su carrera, fue cancelada y confiscadas sus instalaciones por el régimen Ortega-Murillo hasta convertirla en una entidad estatal.
“Me enoja porque la van a destruir y creo que un cristiano lo diría, es como una Jerusalén destruida, aquel lugar que amas totalmente destruido, todo el esfuerzo de tantos años en los que ha crecido la UCA verlos en nada porque sabemos que no se va a cuidar”, expresó la universitaria.
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