El Ejército de Nicaragua, al servicio de la dictadura Ortega-Murillo, sigue fortaleciendo sus fuerzas, esta vez al graduar a 344 nuevos soldados en el más reciente curso de la Escuela Nacional de Adiestramiento Básico de Infantería (ENABI).
La graduación estuvo presidida por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua, el mayor general Bayardo Ramón Rodríguez Ruiz.
“Un soldado es un servidor público, que desde su integración al Ejército de Nicaragua asume la decisión permanente de servir y deberse a la Patria y de esa visión y conducta es digno protagonista en la consecución del bien, es ser ejemplo de moralidad, honor y ética militar, con profundo sentido patrio, de dignidad e identidad nacional”, dijo Rodríguez, según un comunicado emitido por las fuerzas castrenses.
El Ejército asegura que los «soldados que egresan de este centro de estudio militar cumplen misiones de protección a las fronteras terrestres, marítimas y aéreas».
Señalado de violaciones de derechos humanos y con jefes sancionados
Vale apuntar que el Ejército de Nicaragua está señalado por organismos y activistas opositores, de cometer violaciones a los derechos humanos.
El gobierno de Estados Unidos sancionó en mayo de 2020 al jefe del Ejército, general Julio César Avilés Castillo, por negarse a desmantelar a los grupos paramilitares que operan con toda impunidad en el país. En esa ocasión el Departamento del Tesoro informó que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) había bloqueado «todos los bienes e intereses” del jerarca del cuerpo castrense nicaragüense, y que a la vez estaba “alineado políticamente con el presidente (Daniel) Ortega”.
En enero de 2022 el gobierno de Estados Unidos también sancionó a seis funcionarios cercanos a la dictadura nicaragüense, entre estos al general de brigadas Bayardo De Jesús Pulido Ortiz, jefe de la Dirección de Personal y Cuadros del Ejército de Nicaragua, y miembro de la junta directiva del Instituto de Previsión Social Militar (IPSM); y al mayor general Bayardo Ramón Rodríguez Ruiz, jefe de Estado Mayor General del Ejército de Nicaragua, y miembro de la junta directiva del IPSM.
La Casa Blanca dijo que el Ejército “no solo se negó a ordenar el desarme y desmantelamiento de las fuerzas paramilitares o parapoliciales durante y después de los levantamientos políticos, sino que también proporcionó armas a los parapoliciales que cometieron actos de violencia contra los nicaragüenses”.
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