Dictadura acusa a la UCA de «terrorismo» y ordena confiscar sus bienes

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo está acusando de supuesto terrorismo a la Universidad Centroamericana (UCA) y giró orden para confiscarle todos sus bienes, incluyendo sus cuentas bancarias.

Una fuente judicial y otra ligada a la universidad dijo al medio de comunicación Divergentes por separado el giro acusatorio que fue notificado la tarde del martes 15 de agosto a las autoridades de la UCA.

La UCA informó el martes mediante un correo electrónico, que no puede pagar a su personal de manera masiva. Explicó que el inicio de pago de la primera quincena de agosto lo realizaría en dos días, iniciando el 15 de agosto y finalizando el 16.

Nicaragua Investiga buscó en el sistema del Poder Judicial la acusación contra la UCA, pero no se encontró nada.

Esto confirma lo que la fuente explicó a Divergentes de que la Fiscalía, alineada a la dictadura, se encuentra escribiendo el legajo acusatorio.

En caso de concretarse la confiscación, la UCA pasa a manos del régimen y se sumaría a las 26 universidades privadas que le quitaron su autonomía y están bajo personal ligado al sandinismo.

Se conoce que varios jesuitas han salido del país por la acusación y la confiscación de sus bienes, evitando ser encarcelado por la dictadura.

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Duro golpe para educación superior

“Significa un golpe duro para la educación superior, para la iglesia, para el pensamiento crítico. Es un día de mucho dolor, de mucha tristeza. Pero también nos damos cuenta que Ortega es un imitador barato de la dictadura de Cuba”, dijo Arturo McFields, exembajador ante la OEA.

“Lo que está sucediendo hoy en Nicaragua con la UCA, sucedió en 1961 cuando la dictadura cubana asaltó la Universidad Villanueva, una universidad católica, jesuita Pero también recuerda cuando se expulsaron más de 130 sacerdotes y se confiscaron 360 escuelas católicas. Es un patrón que se repite”, zanjó McFields.

“La dictadura no crea riquezas, se las roba”, apuntó, y agregó que la educación nicaragüense está de duelo por el “sicariato judicial” que ordenó esta acción contra la casa de estudios.