El gobierno de Estados Unidos enviará 1.500 militares adicionales de manera temporal a la frontera sur con México, para dar respuesta al previsible aumento en las llegadas de migrantes, a poco más de una semana de que se ponga fin al Título 42, informó este martes el Departamento de Defensa en un comunicado.
El envío de personal militar se realizó a petición del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) y reforzará los 2.500 efectivos que se encuentran en el límite entre EEUU y la nación mexicana.
«Durante 90 días, estos 1.500 militares llenarán los huecos en capacidades críticas, como detección y monitoreo en tierra, ingreso de datos y soporte en labores de intendencia, hasta que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) pueda abordar estas necesidades a través del soporte contratado», detalló el portavoz del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder.
«No participarán directamente en las actividades de aplicación de la ley. Este despliegue en la frontera es consistente con otras formas de apoyo militar al DHS durante muchos años», especificó el vocero militar.
En otro comunicado, el DHS explicó «si bien esta solicitud es por 90 días, el Departamento de Defensa ha apoyado al DHS en la frontera todos los años desde 2006».
«El personal del Departamento de Defensa nunca ha realizado ni realizará actividades de aplicación de la ley ni interactuará con inmigrantes u otras personas bajo la custodia del DHS. Este apoyo liberará al personal del DHS para realizar sus misiones críticas», insistió el Departamento de Seguridad Nacional.
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Preparativos para el fin del Título 42
El envío de nuevas tropas se realiza en un momento de tensión para los funcionarios del CBP.
Más de 2,4 millones de migrantes han llegado a la frontera de Estados Unidos en el último año, muchos de países centroamericanos, pero también de países del Caribe, África, Ucrania y otros lugares.
Las autoridades fronterizas se preparan para un incremento en las llegadas de migrantes luego del 11 de mayo, cuando deje de estar en vigor el título 42, la provisión sanitaria que permitía enviar a México a los solicitantes de asilo que llegaran a la frontera.
En su lugar quedará el Título 8, para lo cual el DHS está «implementando medidas radicales con nuestros socios regionales para reducir la migración irregular, garantizar un procesamiento seguro, ordenado y eficiente, y expulsar rápidamente a las personas sin una base legal para permanecer en los EEUU».
«El CBP está invirtiendo en tecnología y personal para reducir su necesidad de apoyo del DOD en los próximos años, y seguimos pidiendo al Congreso que nos apoye en esta tarea», indicó el DHS en su comunicado.
Ante preguntas de la prensa sobre por qué son necesarias más tropas, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, aseguró que se necesita más personal. «Se necesita hacer más trabajo [en la frontera]. Hemos presentado un plan comprensivo sobre Inmigración y el Congreso se rehúsa a actuar», dijo la portavoz.
«El presidente [Joe Biden] entiende que necesitamos un sistema migratorio que satisfaga las necesidades para afrontar el momento actual. Y una de las cosas que ha sido muy clara es que quiere hacer esto de una manera humana y diferente a como se hizo en la última administración», subrayó Jean-Pierre.
Reacciones desde la bancada demócrata
Poco después del anuncio, el senador demócrata de origen cubano, Bob Menéndez criticó duramente la maniobra de la Administración Biden, a la que calificó de “inaceptable militarización de la frontera”.
“Ya hay una crisis humanitaria en el hemisferio occidental, y el despliegue de personal militar solo señala que los migrantes son una amenaza que requiere contener las tropas de nuestra nación. Nada más lejos de la verdad”, enfatizó Menéndez en Twitter.
Para el veterano legislador, la administración ha tenido “más de dos años para planificar el fin eventual de esta política de la era Trump de una manera que no compromete nuestros valores como país”, destacó el legislador, que además mencionó su propuesta de “un plan estratégico e integral, que en gran medida han ignorado”.
Para Menéndez esta es apenas una estrategia de la Casa Blanca para “intentar sumar puntos políticos o intimidar a los migrantes enviando a los militares a la frontera” que sólo “responde a los ataques xenófobos del Partido Republicano a nuestro sistema de asilo”.
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