Para millones de personas de América Latina y otras regiones, Estados Unidos es el destino predilecto, ese país donde empezar una nueva vida, lejos de la pobreza, los problemas políticos y la persecución que sufren en sus tierras natales, Primero es llegar y con el tiempo hacerse cuidadanos para gozar de todos los beneficios y derechos que confiere pertenecer plenamente a la principal potencia económica del mundo, donde impera la democracia, el capitalismo, el estado de derecho y donde cada quien se labra su futuro. Son personas que piensan que «el sueño americano» es algo posible para ellos también.
Sin embargo, soñar con la ciudadanía estadounidense es sencillo, materializarlo no es nada fácil y conlleva una serie de complejidades, que no todos los inmigrantes puden cumplir.
Primero hay que estar claros que la mayoría de las personas deben aplicar a través del proceso de naturalización, y para este no se puede optar directamente a la ciudadanía estadounidense desde que se pisa ese territorio, se tiene que llevar un proceso y hay que esperar unos cinco años después de la fecha de admisión como residente permanente legal.
Para adquirir la ciudadanía estadounidense, puede aplicar cualquier persona, siempre que cumpla los requisitos establecidos por ese país.
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Hay seis formas de adquirir la ciudadanía estadounidense:
- Por nacimiento: Se otorga a las personas nacidas en suelo estadounidense (salvo excepciones como los nacidos de padres extranjeros en servicio diplomático en Estados Unidos).
- Por derecho de sangre: aplica a los nacidos fuera de Estados Unidos con al menos un padre estadounidense, aunque deben cumplirse ciertos requisitos para transmitir este derecho.
- Adopción: los niños nacidos en el extranjero que son adoptados por ciudadanos estadounidenses adquieren automáticamente su nacionalidad.
- Derivación: un menor de 18 años obtiene automáticamente la ciudadanía estadounidense cuando uno de sus padres se naturaliza, siempre que el niño sea residente legal en EE. UU. y esté bajo la custodia del naturalizado.
- Naturalización: es el método más común, y para ello hay que ser residente permanente legal durante al menos cinco años. En el caso de menores de 18 años al menos uno de sus padres tiene que ser ciudadano estadounidense por nacimiento o naturalización para poder ser beneficiado.
- Naturalización para militares: los miembros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos pueden optar a un proceso acelerado de naturalización, incluso si se encuentran en el extranjero.
Requisitos
Tal como se mencionaba, el proceso de naturalización, de acuerdo al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), es la forma más habitual en que un extranjero puede convertirse en ciudadano estadounidense, pero para ello es necesario ser residente permanente legal, es decir, contar con el Green Card (tarjeta verde de residencia).
Además de la residencia por cinco años, quienes soliciten la naturalización necesitan tener al menos 18 años de edad y demostrar una moral intachable.
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Además deben:
- Pagar, llenar y presentar un formulario de solicitud de naturalización conocido como N-400, cuyo costo es de 640 dólares y otros 85 de tarifa por servicios biométricos, para un total de 725 dólares, según consta en la web de USCIS.
- Aprobar un examen básico de inglés.
- Superar un examen de historia, civismo y gobierno de Estados Unidos.
- Presentarse a una cita para datos biométricos.
- Acudir a una entrevista.
- Tomar el Juramento de Lealtad a los Estados Unidos.
Después de todo ello, recibirá su Certificado de Naturalización, USCIS recomienda verificarlo y notificar “si hay algún error en su certificado antes de salir de la ceremonia”.
Posteriormente se puede solicitar un pasaporte estadounidense.
