El Fondo Monetario Internacional publicó un informe en el que tira por la borda una de las mayores afirmaciones del Presidente de Costa Rica Rodrigo Cháves durante su gestión.

Cháves ha afirmado en reiteradas ocasiones que los migrantes y refugiados representan una carga económica insostenible para el país, llegando a significar, según él, un costo anual de entre 200 y 300 millones de dólares para ofrecerles atención en salud y educación.

El informe del FMI evalúa datos de entre los años 2017 y 2021, destacando que contrario a lo que afirma el mandatario costarricense, los migrantes (que en su mayoría son nicaragüenses), aportan a la productividad, la inversión y la recaudación de ingresos. La contribución de los migrantes en ese país es de al menos el 6.5% del Producto Interno Bruto, destaca el documento oficial.

«Los migrantes y refugiados aportan un conjunto diverso de habilidades a Costa Rica, complementan la participación de los nativos en el mercado laboral, ayudan a mitigar el envejecimiento de la población del país e impulsan la actividad económica y la recaudación de impuestos a un costo fiscal relativamente bajo», dice el FMI.

Y es que de acuerdo con los datos de este informe, mientras los migrantes aportaron un 1.1 del PIB entre 2017 y 2021 por medio de la seguridad social e impuestos sobre la renta y el consumo, el costo por su atención en salud, educación y otros beneficios sociales apenas alcanzan el 0.6% del PIB, por lo que es mayor el monto que el Estado recibe de los migrantes que lo que gasta en ellos.

No le quitan trabajo a los ticos

Otro de los grandes mitos que ha habido a lo largo de los años es que los nicaragüenses que llegan a Costa Rica le quitan oportunidades laborales a los costarricenses.

El informe aclara que no es lo que sucede, pues detalla que «los nicaragüenses participan en un mercado laboral segmentado, a menudo complementando en lugar de sustituyendo a los trabajadores nativos». En las zonas urbanas el 30 por ciento de los hombres nicaragüenses trabajan en la construcción, mientras que en las zonas rurales, donde la informalidad es más prevalente, trabajan principalmente en la agricultura, un 56 por ciento.

Mientras a nivel nacional, el 34 por ciento de las mujeres nicaragüenses trabajan en empleos domésticos remunerados, y en las zonas rurales también trabajan en alojamiento, 24 por ciento.

Mujeres migrantes nicaragüenses: el drama en la búsqueda de atención ginecológica

«Las mujeres costarricenses altamente calificadas y las mujeres nicaragüenses poco calificadas se complementan entre sí en términos de ingresos y empleo. A medida que las mujeres nicaragüenses asumen trabajos de limpieza y cuidado, las mujeres costarricenses más calificadas pueden aumentar su participación en el mercado laboral», indica el informe.

Migrantes mueven la economía

Además de sus contribuciones al mercado laboral y la producción, los migrantes y refugiados «impulsan el consumo y la inversión privados, demandan bienes y servicios públicos (como salud y educación) y reciben transferencias. Las contribuciones a la seguridad social, el valor añadido y los impuestos sobre la renta también aumentan junto con su integración en la economía», señala el informe.

También destacan que sus remesas tienen un impacto positivo en la economía. El informe deja claro que Costa Rica recibe fondos millonario de la cooperación internacional para atender su carga migratoria. ACNUR, Estados Unidos y la Unión Europea son los principales benefactores.