Un tribunal salvadoreño condenó al expresidente Mauricio Funes (2009-2014), quien vive asilado en Nicaragua, a ocho años de cárcel por lavado de dinero, informó este miércoles la Fiscalía General de la República (FGR).
«Mauricio Funes ha sido condenado a ocho años de cárcel por el delito de casos especiales de lavado de dinero y activos», anunció la Fiscalía en la red social X.
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«Funes favoreció a una empresa guatemalteca para que le adjudicara la construcción del puente de San Isidro sobre el río Lempa», en el norte del país, aseguró la Fiscalía.
«A cambio de ese beneficio a la empresa constructora, Funes recibió una avioneta como dádiva», aseguró el ente de justicia.
Según la Fiscalía, Funes y el empresario José Miguel Menéndez realizaron «una negociación ilícita» al adjudicarle a la empresa guatemalteca Servicios Calificados de la Construcción dos proyectos de construcción en carreteras del país, sin que esta tuviera «capacidad» para realizar la obra.
El requerimiento fiscal contra Funes y Menéndez se inició en febrero de 2022. El empreario fue condenado a 8 años de cárcel en agosto de 2022.
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Tras ser acusado de malversar 351 millones de dólares, entre otros cargos de corrupción durante su gobierno, Funes huyó a mediados de 2016 a Nicaragua, donde recibió asilo. En julio de 2019, el gobierno de Daniel Ortega le concedió la nacionalidad nicaragüense.
Otros dos exmandatarios salvadoreños afrontan procesos judiciales también por casos de corrupción.
El expresidente derechista Elías Antonio Saca (2004-2009) guarda prisión desde 2016 y purga desde 2018 una condena de 10 años de cárcel por lavado de dinero y otros actos de corrupción por 301 millones de dólares durante su gestión.
También el exgobernante Salvador Sánchez Cerén (2014-2019) afronta cargos de corrupción por malversar 350 millones de dólares. Antes de ser detenido también huyó y se asiló en Nicaragua, donde fue nacionalizado.