Laureano Ortega ¿El heredero de una futura dinastía?

El 19 de julio del 2003, la Plaza de la Fe estaba abarrotada de militantes sandinistas cuando apareció un muchacho de 20 años en la tarima y empezó a cantar el Ave María de Franz Schubert. Era su presentación ante el público, no el público amante del canto lírico, sino el que previere “el gallo enavajado”, pero sus padres querían mostrarlo ante sus adeptos, que tuviera su baño de masas, que lo conocieran, que los militantes del FSLN empezaran a familiarizarse con su rostro.

Ese muchacho era Laureano Ortega, a quien por esos años diarios de circulación nacional lo presentaban como “el primer tenor de Nicaragua” y hasta le hacían entrevistas.

Hoy a Laureano Ortega se le considera el heredero de una nueva dinastía en el poder, pero en ese momento quizá nadie pensé en ello. Al fin y al cabo, el retorno al poder de Ortega no era seguro y pocos años antes había sumado una nueva derrota ante el presidente Enrique Bolaños. Esa presentación era para sus padres algo simbólico, pero muchos nicaragüenses lo tomaron como sin importancia y fuera de lugar.

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Preparación académica

Laureano cumplirá 40 años el 20 de noviembre. Es un año menor que Juan Carlos, quien pese a ser considerado supuestamente por Rosario Murillo como la “reencarnación” de Sandino, no hay visos de que vaya a ocupar un alto cargo público, tal como sí ha pasado con Laureano.

El “heredero” de la dinastía además del español habla inglés e italiano y cursó estudios de sociología en la Universidad Centroamericana (UCA), esa misma que hoy es tachada de “elitista” por la maquinaria mediática del FSLN. En San José, Costa Rica, se graduó en producción audiovisual en la Universidad Veritas, un centro de estudio superior conocido por sus costosos aranceles.

También estudió en la escuela de música de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) y en dos conservatorios de Italia.

Se empieza a proyectar como el heredero

Su padre lo lanzó a la gestión pública en el 2009 cuando lo mandó como “asesor” a ProNicaragua, la Agencia de Promoción de Inversiones de Nicaragua. Se trataba de un puesto de gran proyección con la élite económica y política, ya que empezó a ser presentado a empresarios nacionales, a inversionistas extranjeros y, por supuesto, a altos funcionarios de otros gobiernos.

Casi de inmediato empezó a figurar en los medios de comunicación y en especial en los oficialistas, donde era evidente el protagonismo que se le daba.

Adepto a los lujos

Lo que más llamaba la atención eran sus apretadísimos y costosos trajes. Pronto se descubrió que su muñeca la adornada un reloj Rolex de 43 mil dólares.

Laureano, al menos con la ropa, se presenta como alguien de alcurnia, pese a que la fortuna familiar tiene un oscuro origen y, según los críticos ,está sustentada en el crimen, la corrupción, los fraudes electorales y tres poderes armados a su servicio: la Policía, el Ejército y grupos armados del FSLN, cuyos miembros defienden la forma de vida de sus jefes mientras ellos malviven al igual que la mayoría de nicaragüenses.

Investigaciones periodísticas han revelado que cuando estudió en Costa Rica vivió en una lujosa mansión propiedad del entonces presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto Rivas, y manejaba un lujoso auto deportivo Porsche 911.

En enero del 2016 se celebró una ostentosa “fiesta rusa” en su honor. Un reporte de La Prensa indica que tuvo un costo de 50 mil dólares y fue financiada con fondos de la fábrica de vacunas Mechnikov.

Un fracasado promotor de inversiones

Con el paso del tiempo, Laureano “ascendió” a Asesor Presidencial para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional.

Dentro de su faceta de “promotor” de inversiones lo más conocido que ha hecho es llevar a Nicaragua al oscuro empresario chino Wang Jing para construir un Canal Interoceánico, proyecto del que no se cavó ni una sola zanja. También prometió que Nicaragua tendría un satélite de telecomunicaciones, pero los nicaragüenses se quedaron esperando su lanzamiento.

Al igual que Daniel Ortega con Rosario Murillo, Laureano Ortega también ha metido a su esposa Karen Santamaría en asuntos públicos. Por ejemplo en diciembre del 2019 la hizo parte de la delegación oficial al importante Foro de Doha, en Qatar. En la lista de asistencia figuraba como la “Asistente” del Asesor Presidencial para Inversiones y Cooperación.

Cantante

Las asignaciones políticas las comparte con su pasión musical organizando cada año el costosísimo Festival Pucciniano.

Una persona que asistió en una ocasión a un concierto del heredero de los Ortega se refirió a él de la siguiente manera: “Ni canta ni encanta”.

También dio vida a la Fundación Incanto, desde donde se ha convertido en una especie de mecenas de aspirantes a incursionar en el canto lírico. Todo esto se ha hecho gracias a fondos públicos, de acuerdo a investigaciones periodísticas.

Laureano Ortega usa trajes finos y relojes que superan los 40 mil dólares. Foto | Prensa oficialista

¿Acomplejado con su calvicie?

En diciembre del 2021 él y su hermano Daniel Edmundo viajaron a Rusia para un importante encuentro con representantes del gobierno de ese país. Aparte de las cosas eminentemente de gobierno, hubo dos cosas que no pasaron desapercibidas para el ojo siempre pendiente de sus detractores.

La primera: Laureano y Daniel Edmundo posaron junto a un busco de Stalin, uno de los mayores criminales y genocidas de la historia. La segunda: En las fotos Laureano lucía una tupida cabellera cuando se sabe que padece una creciente y irreversible calvicie. En redes sociales surgieron todo tipo de especulaciones, desde que se había hecho un injerto capilar hasta que andaba peluca.

De regreso en Nicaragua se presentó ante medios de comunicación oficialistas y era evidente que no se había hecho ningún injerto. Poco después se rapó completamente.

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China

Si existe alguna duda del protagonismo de Laureano Ortega y que se perfila como el “sucesor”, basta tomar como ejemplo el rompimiento de relaciones diplomáticas con Taiwán. Un día después, estaba en China firmando el restablecimiento de las relaciones con el gigante comunista. No lo hizo ni siquiera el Canciller Denis Moncada.

Sancionando al sucesor

Cuando en abril del 2019 Estados Unidos sancionó a Laureano Ortega, el Asesor de Seguridad, John Bolton, lo describió como un “corrupto” que había sido “preparado como sucesor por el régimen y está bajo el disfraz de la agencia líder de inversiones de Nicaragua”.

Por su parte, el Departamento del Tesoro afirmaba que “a partir de 2018, Laureano se involucró en negocios corruptos en los cuales inversionistas extranjeros pagaron por un acceso preferencial a la economía nicaragüense”. También indicaba que que pese al fracaso del Canal Interoceánico, el régimen, incluido Laureano, “continúan utilizando la Compañía del Gran Canal de Nicaragua como medio para lavar dinero y adquirir propiedades a lo largo de la ruta planificada del canal”.

De buen trato

Una periodista que durante algún tiempo laboró en un medio de la familia Ortega asegura que Laureano parecía tímido, y siempre fue muy respetuoso en las pocas ocasiones que logró tenerlo cerca.

“Se dirigía a los periodistas y a los demás muy respetuoso. Era agradable. La mayoría de ellos (los hijos de Ortega) son así. Hasta Juan Carlos era respetuoso con uno”, señala.

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En el buen trato coincide también el director de música, maestro Mario Rocha, quien compartió escenarios con Laureano. «Él en los ensayos y presentaciones se portaba amable con sus colegas. Siembre hubo un trato cordial al respecto», manifestó.

Tras la represión del 2018 Rocha se sumó a las protestas pacíficas, pero luego debió exiliarse. «Nunca pensé que él fuera igual a sus padres, pero ya todos sabemos cómo se desarrolló todo desde abril de 2018, él y muchos otros sacaron a relucir lo que realmente son», subraya Rocha.

Laureano llamó “asesino” a Báez

A diferencia de Juan Carlos Ortega, que suele liarse en ofensas con opositores y ofrecerles “balazos”, recordando que los sandinistas son los que tienen las armas en Nicaragua, Laureano es más comedido y en redes sociales no se enfrasca en esas discusiones.

Sin embargo, su compromiso con el sistema y la forma despótica y sucia de ejercer el poder es evidente. En octubre del 2018 se sumó junto a Juan Carlos en una campaña de desprestigio contra el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez. Laureano llamó “asesino” al líder religioso.

“Dice el Señor Báez que tiene ganas de llevar al paredón y fusilar! ¿Será esto lo que nos enseña Cristo? ¡Golpista asesino!”, escribió en su cuenta de Twitter en referencia a unos audios manipulados que los medios oficialistas habían empezado a circular.

Opositores tienen reto de no permitir sucesión

Para el analista político Eliseo Núñez es evidente que Daniel Ortega está trabajando dentro de su partido para imponer la sucesión familiar.

“Para mí ese es el centro de todo esto, el punto toral. Ortega no hizo todo lo que hizo el año pasado para garantizar la elección. La hubiera podido garantizar de otra manera, robándose la elección o cualquier cosa. Lo hizo porque él está limpiando la mesa para echar la batalla interna, a lo interno de su partido para imponer la sucesión familiar que primero va a ser Rosario y después uno de sus hijos, seguramente”, señala.

A criterio de Núñez la comunidad internacional no tiene más mecanismos que los que ya ha echado a andar para impedir que sucedan este tipo de cosas, de allí la responsabilidad que tienen los nicaragüenses de no dejarse someter a algo “absurdo”.

“Si él cree que nos vamos a parecer a los países africanos, que nos vamos a parecer a algunos países del sudeste asiático, está muy equivocado. Ortega está viviendo una calma artificial creada por la represión pero, en algún momento, la gente se va a hartar de tener miedo y en ese momento lo que tenemos que lograr es que no volvamos al conflicto. Nicaragua tiene el reto más grande que no es salir de Ortega, sino salir de Ortega por la vía pacífica. Si salimos de Ortega de manera violenta o algo similar, corremos el riesgo de activar nuevamente esos ciclos de violencia con los que hemos lidiado en toda nuestra historia”, refiere.

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Cara o sol

Se ha hablado de que en las tiranías los traspasos de poder a lo interno generan cambios y se espera que el “heredero” o “sucesor” sea más benévolo que el “fundador”. Pero estas son simples suposiciones y los herederos de las dictaduras son como una moneda al aire: Puede caer cara o puede caer sol.

Háfez al-Ássad fue dictador de Siria desde 1971 hasta su muerte en el 2000. Lo sustituyó su hijo Bashar al-Ássad. En una romantización del caso, los medios occidentales esperaban cambios profundos en el régimen y argumentaban su formación académica en Londres donde obtuvo una especialización en oftalmología.

Hasta destacaban la influencia que podría tener su esposa Asma, nacida en Londres y formada completamente en ese país. Finalmente Bashar al-Ássad resultó ser un tirano igual que su padre y ya tiene más de 20 años en el poder en medio de una guerra civil.

Analistas políticas apuntan que posiblemente estén preparando a Laureano como sucesor de una dinastía de los Ortega-Murillo.

La historia de Nicolás Maduro es otro ejemplo. Designado por el déspota Hugo Chávez como su sucesor, Maduro terminó cometiendo mayores crímenes que su predecesor y hundiendo aún más a Venezuela.

Raúl Castro heredó el trono de su hermano Fidel Castro, cuando este aquejado por sus enfermedades decidió retirarse del poder. Poco cambió Cuba. El sucesor de Raúl, Miguel Díaz-Canel no es precisamente benevolo y a mediados del 2021 demostró que no le pesa la mano para mandar a reprimir.

El famoso dictador dominicano Rafael Trujillo, asesinado el 30 de mayo de1961, soñaba con heredar el poder en alguien de su familia, Sin embargo, según su biógrafo Robert Crassweller, estaba consciente de que en su familia no había mucho potencial.

Tras el asesinato de Trujillo, su hijo Ramfis demostró lo cruel que podía ser. Se afirma que tras ese galán de rostro sonriente se escondía un psicópata. Finalmente asesinó a casi todos los que habían conjurado para matar al dictador. Tenía poco interés en gobernar, según Crassweller. Poco después del asesinato del dictador, la familia salió al exilio y la «Era Trujillo» se derrumbó.

El heredó en el gobierno dominicano fue Joaquín Balaguer. Tras un golpe militar se exilió, pero en 1965 estaba de regreso y al año siguiente ganó las elecciones. Si bien fue totalmente diferente a su jefe Trujillo, demostró estar obsesionado con la Presidencia. Ocupó el cargo en 7 ocasiones.