Banco Central prevé un gran cierre para el 2021, pero ¿qué pasará con la economía en 2022?

Las perspectivas económicas del país continúan inciertas, mientras las cifras manejadas por el gobierno de Nicaragua muestran un cierre ampliamente positivo para la nación, otros organismos multilaterales mantienen sus datos moderados. Sin embargo, lo que sí es un hecho es que este 2022 dicha recuperación experimentará una desaceleración.

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Según el presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes, esperan el país cierre el año 2021 con un crecimiento económico de entre 7.5% a 9.5%. Una previsión optimista frente a la esperada por otros organismos.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es la que más se ha acercado a dichos cálculos y prevé que la economía nicaragüense haya crecido un 7.4% en 2021. Pero el Banco Mundial (BM), mantiene más bajos sus números y en su último informe señala que este será de apenas el 5.5%.

En 2022 ya no habrá «rebote económico»

Sin embargo, el crecimiento que ha experimentado Nicaragua durante el pasado año también lo han reportado otros países. Los expertos aseguran que se trata de un fenómeno normal tras una crisis, a lo que denominan un “rebote económico”.

Por lo que una vez que desaparezca el “efecto rebote”, se espera un crecimiento moderado en la economía del país. De hecho, la Cepal reconoce que Nicaragua será uno de los países de América Latina que menos crecerá en 2022, con una proyección del 3%, igual a la de Venezuela.

Mientras tanto el Banco Mundial, prevé para este 2022 un crecimiento del 3% del Producto Interno Bruto (PIB), y de apenas 2.5% para el año 2023.

En cuanto al régimen sandinista, la apuesta gira en torno a un 3.5% y 4.5% de crecimiento económico para el año corriente, a pesar de los riesgos de que vuelva a elevarse la curva epidemiológica a nivel global por el surgimiento de nuevas variantes de la COVID-19.

El mismo Banco Mundial reconoce en su más reciente informe que “las perspectivas se ven empañadas por diversos riesgos, como las nuevas variantes del coronavirus, el desanclaje de las expectativas inflacionarias y el estrés financiero”.