En la víspera de la audiencia inicial en contra de monseñor Rolando Álvarez, obispo auxiliar de Matagalpa, programada para este martes 10 de enero, en esta ciudad la policía orteguista mantiene sitiada la Curia Arzobispal, según denuncian pobladores, quienes se sienten intimidados por la excesiva presencial de los uniformados.
“Los policías vinieron a Matagalpa porque creen que nosotros como población vamos a hacer alguna acción de protesta, cuando lo que estamos haciendo es una jornada de oración por nuestro obispo”, dijo escuetamente una feligresa matagalpina.
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Yonarqui Martínez, defensora de derechos humanos en Nicaragua, tiene claro tres eventos violatorios a los derechos humanos del obispo, el primero es el secuestro en Matagalpa por parte de la Policía orteguista, el segundo considera que es el imponerle una condición de “detención domiciliaria” sin ser decretada por un juez, por lo que la Policía no tiene competencia, ni está facultada para tener un ciudadano con una medida privativa de libertad.
Proceso «plagado de irregularidades y atrocidad»
“Y tercero, es un proceso que se realiza fuera de su jurisdicción, sin permitirle un abogado de su elección. Por su naturaleza es un proceso que está plagado de irregularidades y atrocidad. No respetan el proceso, menos los derechos humanos. De modo que el obispo se someterá a un juicio carente de imparcialidad, donde todo ya lo decidieron los gobernantes de este país”, critica la activista.
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Gonzalo Carrión del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, apuntó que este martes la dictadura orteguista le dará formalidad a la represión contra el obispo a través del instrumento llamado Poder Judicial para ponerle algún vicio de legalidad a un proceso que no tiene ni forma ni fondo de ninguna manera.
“Mañana (martes) será un día para la infamia para el obispo Rolando Álvarez, en una fecha muy simbólica por un aniversario mMonseñor Rolando Álvarez a juicio este martesás del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, por cuestionar a otra tiranía, y el obispo está criminalizado por no callar y al igual que los otros obispos criminalizados, optó por los oprimidos, por eso está privado de su libertad”, enfatizó el agremiado.
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La represión contra el obispo tuvo su nivel más alto el 19 de agosto de 2022, cuando fue sacado en horas de la madrugada de la Curia arzobispal de Matagalpa junto a sacerdotes y laicos que lo acompañaban en ese momento, y lo trasladaron a un domicilio en la capital. El 13 de diciembre de ese año fue presentado ante los tribunales orteguistas para una audiencia preliminar, en cuya judicatura le dictaron arresto domiciliar.
El líder religioso es acusado por el Estado orteguista de los supuestos delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüenses”.
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