Carolina del Carmen López Ramírez es una muestra de fe y fervor hacia la Purísima Inmaculada Concepción de María, pues tiene 10 años ininterrumpidos de celebrar en su hogar y a la vez negocio (fritanga) La Gritería, una festividad religiosa que acompaña a los fieles católicos cada 7 de diciembre con el tradicional grito de: ¿Quién causa tanta alegría!, ¡La Concepción de María!
«Mi fervor y devoción hacia la virgen nació hace 10 años, lo que tiene mi negocio. Una persona me regaló una imagen pequeña de la Virgen y me indicó que había que rezarle su novena, Gritería o su Purísima el ocho de diciembre. Y a los dos años de iniciar mi novena murió mi hermano, quien me regaló la Virgen grande que tengo y en memoria de él y la madre de Jesucristo, hacemos la Novena y La Gritería», explicó la devota de la Virgen María.
Carolina o Carol como la conocen en el barrio Villa San Jerónimo de la ciudad de Masaya, asegura que durante todo el año, tiene un ahorro especial pues le pide a Dios y la Virgen que le ayuden a tener buenas ventas para así retribuir el trabajo y salud que la Virgen María le concede.
«Siempre le pido a Dios y a la Virgen de que me ayude en mi venta para poder dar o retribuir lo que ella me da en el año que es trabajo y salud, entonces eso no tiene precio y no me molesta retribuir en la celebración de La Gritería gracias a la Virgen. Tengo un ahorro especial para ella de lo que yo vendo cada mes, es decir que los 12 meses del año ahorro y gracias a la bendición de ella (Virgen) siempre lo he hecho», manifestó López Ramírez.
Carestía de productos no puede con la fe
Los precios elevados de productos tradicionales, plásticos y granos básicos afectan un poco en la celebración de La Gritería, pero no impiden que se lleve a cabo, ya que el amor hacía la Virgen deja a un lado cualquier obstáculo. Como toda masayense, Carolina da brindis de la tradicional gorra, pero también combina artículos plásticos y granos básicos pensando en las necesidades de las familias.
«Siempre han afectado los precios elevados de productos, pero con la fe y fervor eso no tienen precio, para mí no tiene precio. Gracias a Dios logré ahorrar y este año me dio más de lo que he podido. Mantengo los brindis tradicionales como la chicha, vigorón, cajetas, pero siempre incluyó plástico, provisión o granos básicos una libra de cada cosa para que se alimenten las familias porque sé que muchos hogares carecen», puntualizó.
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En otro punto de Masaya, los integrantes de una familia han logrado unir esfuerzos por cumplir ‘’un año más de gracia a la Virgen María. Este año ha sido más difícil llevar a cabo la tradición por la carestía de la vida, aunque vamos a celebrarla tenemos brindis para unas dos horas hace dos años por lo menos la gritábamos 4 horas. Pero siempre hay tiempo y sacrificio para la tradicional Gritería, ya que como dicen: la unión hace la fuerza’’, explicó otra devota quien omitió su nombre.
Por su lado, los diferentes templos de la ciudad de Masaya al igual que en años anteriores reciben ofrendas de los fieles devotos para poder cantarle a “La Conchita” y en lo que respecta a la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, está previsto que a las seis de la tarde se realice el grito oficial de: ¿Quién causa tanta alegría?
La festividad que contagia al pueblo católico surgió el siete de diciembre de 1857 en León, donde el amor a la madre de Jesucristo se desborda por los hogares y calles de Nicaragua. Una tradición que espera Carolina López Ramírez que sus hijos continúen. Este año, ella considera al menos celebrar entre cuatro y cinco horas de Purísima, y pretende iniciar este miércoles siete de diciembre a eso de las 4:30 de la tarde, llenándose su hogar y negocio de fervor, y cariño a la Virgen María.
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