El cementerio de la ciudad de Matagalpa es considerado en la región Norte, Las Segovias y Central, como uno de los más grandes en extensión y más ordenado.
Este camposanto, está ubicado al sur del municipio, funciona como tal desde la primera década del siglo XX.
El historiador matagalpino Eddy Kuhl, en su libro “Matagalpa y sus gentes”, asegura que el cementerio se divide en dos: el de los católicos y el de los extranjeros. Éste último se encuentra justo en el costado oeste del primero.
Monumento a los indios flecheros está abandonado.
A través de los años, los gobiernos municipales de turno han invertido recursos económicos, técnicos y humanos para darle mejoras y crear condiciones a la última morada de todas las personas que allá descansan.
El cementerio de Matagalpa cuenta con una extensión de más de cinco manzanas de terreno, se divide en clases que van desde la primera, que se ubica a la orilla de la entrada principal, hasta la sexta clase, la cual llega hasta la cumbre del cerro, para cuyo acceso han habilitado una entrada nueva que colinda con un barrio periférico afuera de la ciudad.
Día de los difuntos: el lamento por los migrantes sin tumba que no han podido ser repatriados
Un lugar seguro
Todo el perímetro está asegurado con un muro de concreto y enrejado. Al avanzar en su interior el visitante puede caminar (o ir en vehículo) por sus calles asfaltadas, resguardadas por altos pino, frondosos cipreses, palmeras, árboles frutales, ornamentales, vistosos mausoleos, tumbas lujosas, humildes, nuevas y muy antiguas.
El cementerio de Matagalpa alberga a personalidades nacionales como los restos del expresidente Bartolomé Martínez, el ex vicepresidente Francisco Navarro, así mismo combatientes de la guerrilla de los años setenta, cooperantes internacionales de los años ochenta como Bert Kovestein, Benjamín Linder, entre otros, sin olvidar que aquí descansan los restos de la madre de Carlos Fonseca, doña Agustina Fonseca; y la mamá de Tomás Borge, doña Ana Martínez Rivera.
Oportunidad de ingresos
Este lugar de paz es visitado por miles de personas durante todo el año, desde familiares de los fieles difuntos hasta turistas locales, nacionales y extranjeros.
Mako Mining dice que sanciones de EEUU no afectarán sus operaciones en Nicaragua
Al igual que en otras partes del país, el de la Perla del Septentrión, hoy el cementerio es el punto de reunión de hombres y mujeres que visitan a sus difuntos, mientras que otros andan en busca del pan nuestro de cada día.
En toda la necrópolis matagalpina, abundan personas dedicadas a construir, reparar y retocar las edificaciones en las tumbas y las que también por encargo les dan mantenimiento.
Para estas fechas y en este sitio no faltan tampoco los vendedores de flores, arreglos, adornos y motivos para embellecer el sitio donde descansan los que en vida fueron ciudadanos y ciudadanas.
Y si se trata de alegrar el momento en que se visita y se recuerda a los deudos en su descanso eterno, nunca está de más la música en vivo al ritmo de los vistosos mariachis, tan oportunos como necesarios.
El último aliento de Yilber Antonio Cáceres, que quedó en el Río Bravo
En fin, el cementerio de Matagalpa no sólo es grande en extensión y cómodo para el que llega y lo admira, también es excelente para el turismo, para el apasionado por la historia y para quien hoy requiere llevar algo de sustento a la familia.
Nicaragua Investiga
You must be logged in to post a comment Login