La familia Campbell Hooker, originaria de Bluefields, Costa Caribe Sur, es el ejemplo más representativo del nepotismo de la dictadura de Daniel Ortega. Los costeños han logrado introducirse en las altas esferas estatales cobijados por el sandinismo, al punto de ocupar diversos cargos públicos, incluso por encima de la lealtad a su pueblo.
Esta forma de conseguir cargos públicos sin tener los méritos es propia de regímenes corruptos que buscan ganar lealtades a través de esta vía, señalan opositores.
En esta línea, el nepotismo es parte de la táctica del régimen para garantizar la sumisión hacia su líder Daniel Ortega, quien ha usado las embajadas de Nicaragua para implementar el modelo, tal como el clan Campbell que cada vez es premiado con más representaciones diplomáticas.
Muchos de ellos han sido premiados con vivir en Washington, al que Ortega llama «el imperio»; otros, ocupan cargos de relevancia en el país.
Francisco Obadiah Campbell Hooker, embajador de Nicaragua en Estados Unidos desde mayo de 2010. Según el exdiplomático Arturo McFields, Francisco ha renunciado al cargo en al menos tres ocasiones, pero Ortega y su vicemandataria, Rosario Murillo, le han negado retirarse del puesto. Mientras tanto, este Campbell chupa del pueblo nicaragüense C$255,078.32 córdobas mensuales (US$7,092.30 dólares en agosto 2022).
Miriam Elinore Hooker Coe, esposa de Francisco Campbell, es cónsul general de Nicaragua en la Embajada de Estados Unidos.
Mabel Leilani Campbell Hooker, hija de Francisco Campbell y Miriam Hooker, es la agregada de Prensa y Cultura en la misma Embajada de Washington.
Michael René Campbell Hooker, hijo de Francisco Campbell y Miriam Hooker, ha ostentado varios cargos diplomáticos, siendo el más reciente el de embajador ante China y representante concurrente ante Camboya.
Lina María Bacon García, esposa de Michael Campbell, fue recientemente puesta en el cargo de ministra consejera con funciones consulares de Nicaragua en Beijing, tras el nombramiento de su marido.
Lumberto Ignacio Cambpell Hooker, reconocido como el único comandante guerrillero afrodescendiente del partido FSLN, es hermano del embajador Francisco Campbell. Lumberto es magistrado del Consejo Supremo Electoral (CSE), sancionado por Estados Unidos.
Maylon Gregory Campbell Hooker, hermano de Lumberto y Francisco Campbell, funge como Delegado Regional del Ministerio de Economía Familiar (MEFCCA) en la Costa Caribe Sur.
Shantanny Anasha Campbell Lewis, sobrina en segundo grado de Lumberto y Francisco Campbell, es codirectora del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur).
Joel Narváez Campbell, sobrino de Lumberto y Francisco Campbell, es juez de Distrito de Familia en Bluefields.
Slilma Lila Zuñiga, esposa del juez Joel Narváez Campbell, fue nombrada jueza del Distrito Penal de Audiencias en Bluefields.
La familia goza de los cargos con total mutismo ante las problemáticas del pueblo de la Costa Caribe nicaragüense, de los más marginados en el país. Pese a las denuncias de deforestación e invasión de colonos en territorios indígenas, los Campbell guardan silencio. De acuerdo a investigaciones periodísticas, hasta aprovechan sus cargos para involucrarse en la explotación de los ricos recursos naturales de la región.
Silencio ante expresiones racista de Ortega
Ortega, por su lado, hace gala de su racismo sin que los Campbell se inmuten, por ejemplo cuando en septiembre del 2022 en un acto público llamó «perro bulldog» y «pobre negro» a Brian Nichols, subsecretario de Estado de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental.
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Nepotismo, red de corrupción e influencias
«El nepotismo es un delito. En la función pública debe prevalecer la honestidad, el mérito, la preparación, la adecuación, el carácter y la personalidad para servir públicamente», manifestó el dirigente opositor Juan Sebastián Chamorro.
«El nepotismo de Ortega la han estado implementando en otras dictaduras como la venezolana y cubana que, además de alimentar una red de corrupción y tráfico de influencia, es una forma de chantaje y soborno«, dijo a Nicaragua Investiga.
Ejemplificó los cargos públicos dados a militares y policías y sus familiares, quienes se exponen a ser despedidos en combo si alguno se niega a seguir apoyando a Ortega.
«El costo económico, social y político de este funcionario que debería de servir a la institución se compromete por sus intereses particulares. Así Ortega compra lealtad a través del miedo y servilismo«, añadió el político y empresario.
El activista Héctor Mairena, secretario de Relaciones Internacionales de UNAMOS, agregó que «toda la política exterior del orteguismo está orientada a apuntalar su proyecto de establecer en Nicaragua un régimen dinástico a largo plazo».
Coincidió en que, bajo esa premisa, los criterios para los nombramientos «tienen como base la fidelidad a los Ortega Murillo».
El nepotismo observado en los Campbell es «una réplica de lo que hace Ortega con otras instancias del Estado, donde casi la totalidad no tiene méritos profesionales ni experiencia en el cargo», sostuvo.
Para Mairena además existe un «caos» en los continuos cambios en las sedes diplomáticas, lo que «da muy mala imagen del Estado nicaragüenses frente a los países receptores por la inestabilidad en los nombramientos».
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